DON ALFONSO HUAPAYA “HUAPAYITA”,
O EL ENTRENADOR-SASTRE
Don Alfonso Huapaya Cabrera, El Entrenador-Sastre |
Cuando llegó a Chimbote la primera semana de noviembre de 1971, el José Gálvez FBC, sus dirigentes y la afición chimbotana necesitaban un santo que haga el milagro de salvarlos del fantasma de la baja, pero en realidad arribó un sastre bien enternado y con tiza de costurero en el bolsillo. Se trataba de don Alfonso Huapaya Cabrera, conocido en el ambiente deportivo como el entrenador-sastre.
En la edición 1970-71 de la Copa Perú el José Gálvez FBC había ganado un cupo para ascender al descentralizado. Pero desde su debut en la profesional “El Equipo del Pueblo”, como también se le llamaba, había ido de tumbo en tumbo y semana a semana permanecía en el sótano de la Tabla de Posiciones. Todo parecía indicar que su paso por la primera división iba a ser flor de un día, y que al final del torneo volvería a su liga de origen.
Don Carlos Aparicio Cuadros fue el entrenador que clasificó a la escuadra galvista a la profesional, y en esta nueva etapa estuvo al mando del equipo durante las tres fechas iniciales y luego renunció.
A continuación Juan “Chueco” Honores asumió el cargo y se mantuvo al frente de la franja roja hasta el final de los dos primeros tercios del campeonato. Los hinchas nunca estuvieron contentos con él. La prensa radial y escrita exigía su renuncia. El cuadro directivo se sumía en el caos. Y se hablaba de indisciplina y falta de esfuerzo en el plantel. Era la primera vez que Chimbote tenía presencia en la profesional, y el entusiasmo inicial se fue envenenando y transformando en desilusión.
Huapayita, 1971 |
El domingo 30 de mayo el José Gálvez había iniciado su participación en el descentralizado enfrentando al Melgar de Arequipa, le correspondió jugar de local en Chimbote. Pero el partido se disputó en Trujillo debido a que el estadio “Vivero Forestal” no se encontraba completamente rehabilitado tras la destrucción causada por el terremoto del 31 de mayo de 1970. En realidad, a lo largo de la campaña galvista de 1971 buena parte de Chimbote permaneció en escombros. Y la gente ansiaba buenas noticias, por lo menos en lo deportivo.
El sábado 23 de octubre el José Gálvez perdió de visitante en Lima ante el Defensor Arica por dos goles a uno. Cuatro días después renunció el entrenador Juan “Chueco” Honores y, en forma interina, se hizo cargo del equipo el preparador físico Luis Alva Yépez.
El domingo 31 de octubre se disputó la vigésima primera jornada del torneo. El campeonato se componía de un total de treinta fechas. Aquel día el Gálvez jugó contra otro equipo también comprometido con la baja, el Octavio Espinosa. El estadio “José Picasso Peratta” de Ica fue testigo del encuentro de coleros. “El Solitario del Sur” con dos goles de Albino Nieri y uno de Agustín Herrera derrotó de manera contundente a los visitantes, y los envió de vuelta a Chimbote en un largo viaje con mucho que pensar sobre su precaria situación en la Tabla de Posiciones.
Huapayita, 1971 |
“El José Gálvez se queda” dijo don Alfonso Huapaya una vez llegado a Chimbote en el mes de noviembre. El Equipo del Pueblo no va a bajar, se va a quedar en la profesional fue su mensaje. Era un hombre de sesenta años de edad, diminuto, inteligente, elegante y sobre todo carismático. Siempre se le conoció como “Huapayita”. Pero ese apelativo no reflejaba mucho el gran lugar que tenía ganado en la historia del balompié nacional.
Entrenó al famoso Mariscal Sucre de Lima sacándolo campeón de la Primera División en 1944. Luego dirigió al “Equipo Semillero del Fútbol Peruano”, como se le conocía al Centro Iqueño. En 1951 obtuvo el título de campeón con el Sport Boys en el primer torneo profesional de la historia del fútbol nacional. En 1952 estuvo al frente de la Selección Peruana que participó en el Campeonato Panamericano de Santiago de Chile. Y, entre otros equipos, también entrenó al Alianza Lima y Carlos Concha del Callao.
En 1971, antes de venir a Chimbote don Alfonso Huapaya sacó campeón de la Segunda División al Deportivo Sima del Callao, clasificándolo para el torneo descentralizado de 1972. Y si avanzamos en la máquina del tiempo diremos que en 1992, estando ya en sus cuarteles de invierno y con ochentaiún años a cuestas, aceptó volver a la profesional y entrenar al equipo Hijos de Yurimaguas de Ventanilla. La que no fue una grata experiencia pues el cuadro chalaco ya se encontraba en caída libre y hasta los propios dirigentes abandonaban el barco.
Huapayita y los uruguayos Mastoro & Techera. 1971 |
El domingo 7 de noviembre el José Gálvez jugó de visitante ante el Juan Aurich de Chiclayo. Cuatro días antes don Alfonso Huapaya “Huapayita” se había hecho cargo de la dirección técnica del Equipo del Pueblo, y aquel domingo el entrenador-sastre se sentó en las tribunas del estadio “Elías Aguirre” como observador. El marcador fue una decepción más para la franja roja, con gol de Andrés Zegarra “El Ciclón del Norte” venció por uno a cero. Si algún consuelo hubo ese día fue la derrota del Octavio Espinosa con el mismo marcador ante el Melgar de Arequipa.
A estas alturas sólo faltaban ocho fechas para la finalización del torneo. Según las bases del campeonato los tres últimos equipos perdían la categoría. Dos cuadros capitalinos estaban en la cuerda floja y parecían no tener salvación: el Porvenir Miraflores con 11 puntos y el Atlético Deportivo Olímpico (ADO) con 12. Igualmente, el José Gálvez continuaba cerca del fondo de la Tabla de Posiciones con tan sólo 12 unidades, mientras que el Octavio Espinosa tenía 14.
A continuación el José Gálvez, bajo el mando de “Huapayita”, empató de local ante el Defensor Lima, perdió de visitante contra el Alianza, derrotó al Porvenir Miraflores en Chimbote, perdió frente al Sporting Cristal en Lima, igualó de local con el Carlos Mannucci, empató en la capital frente al ADO, y en la penúltima fecha del torneo descentralizado igualó con el Deportivo Municipal en el estadio “Vivero Forestal" de Chimbote.
Rodomiro Solar y Huapayita 1971 |
De tal suerte que faltando una fecha para el final del campeonato la pelea para evitar la baja entre el Gálvez y el Espinosa se había puesto de candela, pues la escuadra chimbotana logró acumular 18 unidades, igualando a los iqueños en puntaje. El drama se definiría en la última jornada del torneo. En cuanto a los otros dos candidatos para el descenso, los dados ya estaban echados para el Porvenir Miraflores y el ADO.
El mérito principal del elenco galvista que disputó la campaña profesional de 1971 fue ser, en lo fundamental, el mismo grupo de muchachos que en 1970 ganó la liga local en el destruido estadio “Vivero Forestal” de Chimbote. Avanzó, luego, en la Copa Perú y el 23 de abril de 1971 derrotó a Los Diablos Rojos de Chiclín en el Estadio “Lolo Fernández” de la “U” clasificando a la finalísima del “Fútbol Macho”. Y en esa final el 8 de mayo venció al Unión Tumán ascendiendo al fútbol profesional por primera vez. A esa base de jugadores se le agregó algunos refuerzos. Y en el último tercio del campeonato un entrenador que también era sastre con una tiza les dibujó los diagramas de ataque y defensa que debían ejecutar en el terreno de juego.
Mastoro, Huapayita, Mazzo, Arias, el árbitro César Orozco y Palacios. 1971 |
La fecha final del torneo se disputó el domingo 9 de enero de 1972. El José Gálvez recibió la visita del Atlético Torino de Talara, y el Octavio Espinosa enfrentó al Alianza Lima en el Estadio Nacional. Para el duelo a muerte con el “Taladro del Norte”, “Huapayita” alineó a Francisco Ponce en el arco; Demetrio Mazzo, Nicolás Mastoro, “Pepe” Acosta, y “Pepe” Arias en la defensa; Germán Astupuma, “Papi” Estrada, y Rubén Techera en la volante; “El Feo” Gonzales, “Casaretto” Luces, y “Moloche” Palacios en la delantera. El estadio estuvo lleno de bote a bote, como se decía entonces, y las cuatro tribunas respiraban inquietud pero también optimismo.
Tanto el Gálvez como el Espinosa jugaron a la misma hora de aquel domingo. Los hinchas galvistas en las graderías alentaron sin cesar al equipo de sus amores, y al mismo tiempo escuchaban en radios a pila la transmisión del partido en Lima a través de “Pregón Deportivo” en Unión, La Radio, dirigido por Oscar Artacho. En Chimbote terminó el primer tiempo con el cuadro local adelante en el marcador gracias a dos anotaciones del “Feo” Gonzales, en la capital tanto íntimos como iqueños se fueron al descanso con el marcador en blanco. En la segunda mitad descontaron los talareños mediante gol de “Muchachito” Guerrero pero “Casaretto” Luces convirtió dos tantos más, mientras que en el Estadio Nacional José Sierra abrió el marcador para los aliancistas y Ricardo Ormeño puso el empate. Resultado final en Chimbote 4 a 1 en favor del José Gálvez, y en Lima empate a un gol por bando. La franja roja salvó la categoría.
Huapayita y Astupuma, más atrás "El Feo" Gonzales. Fecha: 9 de enero de 1972 |
Tras sonar el pitazo final en el estadio de Chimbote la angustia contenida por la hinchada galvista a lo largo del campeonato explotó en júbilo. Los aficionados invadieron el campo y cargaron en hombros a sus ídolos. Previamente los despojaron de sus camisetas para llevárselas como recuerdo, y los hicieron dar la vuelta olímpica con el torso desnudo. Un grupo de fanáticos imitando a las plañideras cargaron un ataúd con las siglas del Octavio Espinosa. Y “Huapayita” corrió por todos lados para abrazar a sus pupilos. La ciudad de Chimbote se fue de parranda.
Yo tenía once años de edad cuando se dio esta historia. Cada domingo fui al estadio con mis hermanos para ver jugar a la franja roja de local. Y en la radio escuchamos los partidos de visitante. Fue un privilegio para Chimbote tener el fútbol profesional de la década setenta. Un período formidable del balompié nacional. Nuestra selección asistió a dos mundiales y también fuimos campeones sudamericanos. En el viejo estadio “Vivero Forestal” pudimos ver a Cubillas, Sotil, Cueto, Chumpitaz, Challe, Cachito Ramírez, Perico León, Gallardo, El Trucha Rojas, Muñante, Patrulla Barbadillo junto a otros grandes jugadores de la época. Y la presencia providencial de Huapayita, el entrenador-sastre, fue parte de la historia que aquí contamos.
New Hampshire, USA
Febrero del 2023
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TODO es sacrificio, gracias Eduardo
ResponderBorrarExtraordinaria crónica, apreciado Eduardo, tantos detalles que sinceramente, cual introspección, nos permites ser testigos de una temporada memorable del José Gálvez y del fútbol nacional y local. Este artículo debe ser ampliamente difundido.
ResponderBorrarEduardo, como bien lo dices en tu crónica los años ’70 fueron muy buenos para nuestro fútbol tanto a nivel nacional como local. Tuvimos la suerte de ver a lo mejor de lo mejor en nuestro querido Estadio Chimbote, a todas las estrellas de la “U”, Alianza, Cristal, Defensor Lima, Deportivo Municipal, Sport Boys, etc. Merecido homenaje para el profesor Huapayita quien fue muy querido por la hinchada chimbotana. Un abrazo mi hermano y que sigan los éxitos.
ResponderBorrarEsa tarde estuve presente en el Gómez Arellano cuando Gálvez enfrentaba al Torino de Talara. Al final del triunfo Galvista se paseó por el campo de Fútbol un Ataúd hecho rusticasmente para celebrar la continuidad del fútbol profesional. El Ataúd estaba con el nombre del Octavo Espinoza de Ica. Gracias Eduardo por tu bello relato y hacernos recordar a "Huapayita". Saludos Amigo.
ResponderBorrarExcelente relato Eduardo que nos recuerda aquellos años cuando el GÁLVEZ histórico de los setenta estuvo en la profesional. HUAPAYITA salvó a la franja que ya se iba a pique. Nosotros éramos chibolos pero recuerdo que Huapayita se ganó el corazón de la gente. Tú siempre en lo tuyo Eduardo y rindiendo tributo a personajes que se lo merecen, caso contrario nadie lo haría ni recordaría. FELICITACIONES MAESTRO.
ResponderBorrarFelicitaciones hermano Eduardo por tus escritos, escribes los temas con conocimiento y son tan bonitos que nos atrapan de comienzo a fin. Haces muy bien en preocuparte de escribir de personajes que forman parte de la historia de Chimbote pero que están olvidados, como el entrenador Huapaya. Cuidate mucho.
ResponderBorrarMuchas gracias estimado Eduardo por este excelente relato, recuerdos inolvidables del equipo del pueblo, el Profesor Huapayita es parte de la historia del Galvez. Abrazos
ResponderBorrarQue bueno que rescates las historias y recuerdos saludos.
ResponderBorrarMuy interesante la historia de Gálvez con toda la picardía en la narrativa. Gracias Eduardo
ResponderBorrarTU NARRATIVA ES TAN INTERESANTE QUE ASI NO SEPAMOS NADA DEL TEMA NOS MANTIENE PEGADOS A LO QUE ESCRIBES,, SIGUE ESCRIBIENDO EDDY ES UN PLACER LEERTE,, FELICITACIONES
ResponderBorrarFue tragica, emocionante y de suspenso la pernanencia del Galvez en la profesional pero con Huapayita se logro lo que pocos quizas creian, pero ya Chimbote merece futbol profesional pues cuenta con una de las mejores hinchadas del norte y con un gran estadio monumental que muchos quisieran tener en su region, un saludo postumo hasta la eternidad al gran Alfonso Huapaya "huapayita" y que Dios lo tenga en su Santa Gloria😪🌹🙏
ResponderBorrarInteresante narrativa de nuestra historia Chimbotana, un aporte importante a la cultura de nuestra ciudad. Épocas de gloria. Gracias Eduardo y un fuerte abrazo a la distancia.
ResponderBorrarExcelente narración amigo Eduardo, usted siempre refrescandonos la mente de aquella época de nuestro equipo del pueblo José Gálvez. Recuerdos inolvidables de aquel año hermoso.
ResponderBorrarEduardo, parece que vas a ser testigo y escribir el epitafio del J.G., la F.P.F. ha dictado normas que lo ponen en la liga distrital y si baja a segunda, iría a tercera división. Así es este pueblo que solo le gusta criticar y no conoce su historia. Saludos a la distancia.
ResponderBorrarExcelente relato, como siempre nos embriagas con las descripciones y acontecimientos de nuestro querido Chimbote y en especial de nuestro gran equipo el Jose Galvez, que es baluarte de nuestra ciudad, felicitaciones amigo Eduardo, un abrazo a la distancia .
ResponderBorrarTengo un grato recuerdo del Sr Huapaya,muy buena persona.
ResponderBorrarImportantes recuerdos estimado Eduardo.
ResponderBorrarGratos momentos de gran emoción deportiva para Chimbote con el equipo del pueblo "José Gálvez ".
Tiempos 👏 maravillosos.
Saludos desde nuestro rico Chimbote.
Una simbiosis de sastre y entrenador. Bueno en sus dos oficios.
ResponderBorrarBrillante relato mi estimado Eduardo Quevedo Serrano me hiciste recordar ese lindo partido al que asistí y salí muy contento, el Profesor Alfonso Huapaya una persona muy sencilla. Sigue escribiendo con esa pluma prodigiosa a la que nos tienes acostumbrados. Un saludo fraterno.
ResponderBorrarHola Eduardo,como estas te mando saludos,un abrazo a la distancia, tambien te felicito por tu narracion del jose galvez, y que tengas muchos exitos en tu vida,y muchas bendiciones.
ResponderBorrarSaludos recordado amigo Eduardo, hacernos recordar momentos gratos vividos del equipo del pueblo, esos nombres de los jugadores vuelven a la memoria, buenos partidos de aquella época. Un fuerte abrazo amigo, cuidate!
ResponderBorrarUN ABRAZO GRANDE Chatito soy tu seguidora...me encantan tus relatos y rindes homenajes a personajes grandiosos q hacen historia en nuestro Chimbote amado
ResponderBorrarUn abrazo a la distancia Eduardo, me gusta el footbool y lo que has contado lo he vivido, en nuestro queridísimo Chimbote.
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