viernes, septiembre 20, 2019

La Inundación del río Lacramarca en 1972


LA INUNDACIÓN DEL RÍO LACRAMARCA EN 1972

A la altura de la Prolongación Ugarte los  dos 
ramales de las  avenidas Balta y Aviación  se 
unieron cuesta abajo e inundaron "El Zanjón"
En marzo del año 2017 seguí con preocupación las noticias sobre las lluvias e inundaciones que asolaron Chimbote y otros pueblos del Perú. A través de las redes sociales pude ver en tiempo real centenares de imágenes de la desgracia captadas por vecinos y curiosos, y el contacto con lo que acontecía en mi tierra me sumergió en el dolor de mis compatriotas.

Durante aquellos días traté de estar en comunicación con mi madre, no sólo para brindarle algunas ideas de cómo evitar las filtraciones de la lluvia por el techo, sino principalmente para tranquilizarla. “Nosotros somos gente que hemos afrontado terremotos, incendios e inundaciones. ¿O acaso no recordamos la inundación del río Lacramarca de 1972?”, le dije. 

Yo tenía once años de edad cuando ocurrió. Fue una crecida devastadora que arrasó sembríos de modestos agricultores, paralizó el tránsito en una zona amplia de la ciudad, anegó viviendas, y trajo dolor a la población. Siempre tuve un interés especial en el tema porque afectó la avenida donde crecí. A través de los años recopilé diversos recortes periodísticos del hecho. También busqué fotografías aunque sin mucha fortuna. Y es que 1972 todavía fue un año en blanco y negro, pocas familias poseían cámaras fotográficas, y era casi un lujo pagar los servicios de los fotógrafos de entonces que recorrían las calles cargando un caballito de madera.

“¡Se viene el río!” había gritado uno de esos días “Lagaña”, alertando al vecindario. No sé cómo se enteró pero él siempre conocía las noticias antes que los demás muchachos del barrio. Cuando salí a verlo, él ya había volteado la esquina de La Aviación con rumbo a la calle Unión y en la segunda cuadra corría con los brazos extendidos repitiendo: “¡Se viene el río… se viene el río!”.


Pasaje Aviación con vistas a la avenida Meigg
Históricamente, el río Lacramarca ya se había desbordado varias veces anegando partes de la ciudad, pero la de 1972 es la primera que recuerdo desde que tengo uso de razón. La segunda semana de marzo de aquel año el agua arrasó la campiña noreste de Chimbote, y avanzó longitudinalmente por entre la urbanización El Carmen y el barrio El Porvenir. Cuando llegó al punto de conexión con la urbanización 21 de Abril la riada se bifurcó en dos grandes ramales: uno que ingresó directamente al jirón Balta, y el otro que, rodeando la parte final del 21 de Abril, se encausó hacia la avenida Aviación.

La Aviación fue inundada de punta a punta. Desde su última cuadra de entonces, la número 23, donde se ubicaba el antiguo “Cine al Aire Libre” o “Cine Pirata” como también se le llamaba, y que fue nuestro favorito cuando se trataba de ver las películas para adultos en épocas en que la mayoría de edad se alcanzaba recién a los 21 años. El desbordamiento siguió su curso y avanzó por la cuadra 21 frente a “Tienda Merchan”, una de las más antiguas del barrio y que aún a la fecha mantiene sus puertas abiertas desafiando al tiempo y la competencia.

Incontenible, el agua corrió por las cuadras 16 y 17, pasó muy cerca a unas legendarias áreas verdes que cautivaron a los chicos de mi generación. Se las conoció como “El Bangú”. Eran tiempos en que el pueblo joven San Francisco de Asís todavía estaba en formación, y aún coexistían chacras y casas de adobe. Recuerdo que en mi niñez estas viviendas me llamaban la atención por la forma de arco que tenían los dinteles de sus puertas y ventanas. A menudo yo entraba a la de la familia Matheus para alquilar comics. Cerca al “Bangú” había un muro de adobe que en una parte asemejaba a un fuerte militar, y en otras secciones la pared estaba caída. Junto a mis amigos entrábamos por estos huecos y disfrutábamos una vista impresionante. Era una hondonada con árboles, vegetación, y grama espinosa. Aquí los muchachos jugaban pelota y los más avezados mataban pajaritos con sus “huaracas” o “hondillas”. Los mejores siempre fueron los hermanos “Chatarra”, “Leo Dan”, “Loco Manzanero”, “Palta”, y “Pajero” Gonzales.


Jirón Piura  al costado  derecho del  antiguo Campo 
de Fútbol del barrio Miramar, entre la avenida Meigg 
y el mar de Chimbote
En su recorrido por La Aviación el desbordamiento pasó frente a la iglesia San Francisco de Asís, la cual fue una construcción transitoria que reemplazó a la anterior destruida por el terremoto del 31 de mayo de 1970. La crecida parecía un verdadero río la noche del sábado 11 de marzo de 1972 cuando el reverendo padre Rodolfo Masciarelli ofició el matrimonio religioso de Edith Asmat, una de las chicas más bonitas del barrio, quien tuvo que proteger su traje de novia del agua al caminar desde su casa ubicada a dos cuadras de la iglesia.

Era el verano de 1972 y la crecida coincidió con las vacaciones de los estudiantes. El colegio Santa María Reina ultimaba detalles para el inicio del año escolar en su nuevo local ubicado, precisamente, frente a la iglesia y a un costado de la avenida Aviación, en un terreno donde antes existió una antigua Pampa de Fútbol. Las aulas fueron construidas con paredes prefabricadas, techos de canalones y grandes ventanas. Hasta 1971 las alumnas marianistas estudiaron en una edificación del jirón Alfonso Ugarte y, por un azar del destino, el flamante local les iba a dar la bienvenida con sus vías de acceso inundadas por el río Lacramarca.


"Puentes Peatonales" improvisados a lo
largo  de  las  avenidas  Balta y Aviación
Frente a mi casa, en la cuadra 13 de La Aviación, el agua avanzó con un caudal vertiginoso. Fiel a su estilo perfeccionista, mi padre hizo un excelente puente de ladrillos y maderas para que mi madre y vecinos puedan cruzar la pista y hacer la plaza y otras actividades. Diversas personas hicieron lo mismo a lo largo de la avenida, y en muchos casos usaron sogas para sujetarse ante la fuerza de la corriente. En su recorrido por la cuadra 10 el agua pasó ante el Local Comunal del barrio 12 de Octubre; en la siguiente cuadra frente al taller de reparaciones “Paramotos” del maestro Jacobo y su operario “Canuto”; y casi al final del indicado barrio, a la altura del “Depósito de Materiales de Construcción 12 de Octubre” de don Sergio Flores, el agua se encrespó aún más debido al marcado declive existente en esa parte de la pista.

Mientras tanto en el jirón Balta la situación fue igualmente devastadora. El agua corrió a raudales a lo largo de la zonas “B” y “A” del 21 de Abril, pero al llegar a la intersección con Alfonso Ugarte, frente a la antigua farmacia “San Francisco”, las autoridades ordenaron el levantamiento de una gran barrera de contención que cerró el indicado jirón y desvió las aguas cuesta abajo hacia el barrio Pueblo Libre. De tal suerte que los dos grandes ramales de agua (Balta y Aviación) se unieron a la entrada de “El Zanjón” y lo inundaron completamente.


La imagen de los fosos de la edad media que circundaban a los castillos feudales viene a mi mente cuando recuerdo al 21 de Abril. Un cinturón de agua rodeó completamente a la urbanización y la aisló del resto de la ciudad. El jirón Balta y la avenida Aviación que la delimitan quedaron sumergidos. Los moradores de los barrios Progreso, San Francisco de Asís, San Isidro, y 12 de Octubre, cuyas arterias colindaban con estas vías, bloquearon sus bocacalles con sacos de arena erigiendo barricadas de dos metros de altura. Y, a lo largo del recorrido del agua las puertas de cada vivienda fueron tapiadas con muros para evitar la inundación de los hogares. A pesar de las barreras de contención que las autoridades ordenaron levantar en los puntos de acceso al centro de la ciudad, éste también fue afectado pero en mucho menor escala.


En la esquina de mi casa, formada por el jirón Unión con la avenida Aviación, se construyó también una gran defensa. A los chibolos de mi tiempo este desafortunado suceso nos pareció mayormente motivo de diversión. Las calles estuvieron libres para jugar a la pelota sin temor a los carros, y las barricadas fueron convertidas en fuertes para jugar a la guerrita. Por esos días era común ver a “Lagaña” bailando sobre lo alto de los sacos de arena. Él era un chiquillo de La Unión. Un palomilla bastante popular, bromista y hasta cargoso. Solía repetir la frase “¡Vamos a la tildá, tildá, tildá, tildá, tildada!”, cuyo significado nunca conocí. La brevedad de su vida tampoco permitió mayores explicaciones: falleció ahogado en la víspera del año nuevo de 1977 a la edad de 17 años.

Tras inundar “El Zanjón” y anegarlo en sus partes más hondas hasta una profundidad cercana a los dos metros, el desborde continuó su frenético recorrido a lo largo del barrio Pueblo Libre teniendo como cauce a La Aviación. El agua cruzó las avenidas Pardo y Meiggs e invadió al campo deportivo Miramar, la escuela República de Francia, y todos los sectores colindantes hasta desembocar finalmente en el mar de Chimbote.


Comunicado del 20 de Mayo de 1972
del barrio Pueblo Libre ante la orden
de  desalojo por  parte  del gobierno
(Cortesía de Fernando Bazán Blas)
Desde antes de 1972 el sector de “El Zanjón” ya tenía una historia repetida de inundaciones. Su emplazamiento en el curso natural de las crecidas del río y la depresión de su topografía lo hicieron blanco de severos desbordes. CRYRZA (Comisión de Reconstrucción y Rehabilitación de la Zona Afectada), creada a consecuencia del terremoto de 1970, en marzo de 1972 estableció que ciertas áreas del barrio Pueblo Libre (el cual incluye a “El Zanjón”) no eran adecuadas para vivienda e intentó erradicarlas. La defensa organizada de los moradores en más de una ocasión evitó que las fuerzas del orden cumplieran con la ejecución de la medida gubernamental.

Pero los dados ya estaban lanzados, y para un sector de “El Zanjón” la suerte ya estaba echada. Al cabo de cierto tiempo personal especializado del ejército demolió la hilera de casas comprendidas entre las calles Huayna Cápac y Pachacutec, cerca al sector conocido como “Las Palmeras” en el límite mismo con los barrios San Isidro y Magdalena Nueva. Entre estas viviendas recuerdo que había un gran edificio de color amarillo de propiedad de don Sebastián “Cheva” Araujo Díaz, un paisano celendino de mi padre que tenía un puesto ambulante grande en la esquina de los jirones Ruiz y Espinar frente al mercado Modelo de Chimbote. Posteriormente otro grupo de casas ubicadas en el corazón mismo de “El Zanjón” también fueron derrumbadas para dar lugar a la proyección de la última cuadra del jirón Alfonso Ugarte.


Casi dos años antes de la inundación del río Lacramarca, la ciudad de Chimbote y la región Ancash fueron devastadas por el terremoto del 31 de mayo de 1970, el desastre natural más grande de la historia del Perú, y uno de los sismos más devastadores de la historia de la humanidad. De tal suerte que, durante el desborde de las aguas, nuestro puerto todavía estaba recuperándose de la primera desgracia, y muchas familias golpeadas por la inundación aún vivían en casas de esteras levantadas a raíz de la destrucción de sus viviendas por el terremoto.

Con el correr de los años otras inundaciones más han asolado Chimbote con similar dureza. Estas líneas son un pequeño aporte para documentar la que ocurrió durante mi niñez allá en 1972. Y es también mi homenaje a los hombres y mujeres de aquel tiempo que durante varias semanas lucharon contra la adversidad para salvaguardar a sus familias y hogares.

New Hampshire, USA
Septiembre, 2019

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La Prensa Nacional y la Inundación en 1972

Diario Última Hora. Lima, 9 de Marzo de 1972



Diario Última Hora. Lima, 9 de Marzo de 1972

Diario La Tercera de la Crónica. Lima, 9 de Marzo de 1972



Diario Tercera de la Crónica. Lima, 9 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo. 9 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 10 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 10 de Marzo de 1972



Diario Última Hora. Lima, 11 de Marzo de 1972



Diario Última Hora. Lima, 11 de Marzo de 1972



Diario Tercera de la Crónica. Lima, 12 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 12 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 16 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 17 de Marzo de 1972



Diario La Industria. Trujillo, 17 de Marzo de 1972