ASÍ NACIÓ MI BARRIO
1959: Grupo de vecinos fundadores posan frente al
primer local comunal del Barrio Prolongación San Isidro
Alejandro y Elsa, mis padres, se casaron en Trujillo en 1955 y en esta misma ciudad nació Roger, el primero de sus ocho hijos. Luego mi papá viajó a Chimbote para probar fortuna con su oficio de panadero, y al poco tiempo mi mamá le dio el alcance. Durante los tres años siguientes vivieron en cuatro lugares diferentes en condición de inquilinos.
El último de estos lugares se ubicaba en la parte antigua del barrio San Isidro. Estando aquí, un día, mi papá salió a la puerta de la calle y vio pasar gente cargando palos y esteras. Regresó en busca de mi mamá, y le dijo: “Parece que están invadiendo por acá cerca”. Era 1958 y para entonces ya tenían tres hijos.
Por aquellos tiempos San Isidro sólo comprendía la parte que empezaba en el pasaje Ramón Castilla, lindero con el barrio 12 de Octubre, y terminaba en la excalle Sáenz Peña (hoy avenida Perú). Un total de tres cuadras con vista a la avenida Aviación, y detrás de ellas un número variable de manzanas de fondo hasta llegar al pasaje San Martín que es el límite del barrio en cuanto a su parte posterior. La avenida se llamaba así porque colindaba con el antiguo campo de aterrizaje que, posteriormente, devino en la urbanización 21 de Abril.
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1958: Alejandro Quevedo Acosta habla en
Chimbote en un mitin de la Federación
Provincial de Barrios
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Una noche de aquel 1958 mi papá cargó sus palos y esteras y se unió al grupo invasor. Había cumplido treinta y cinco años de edad, era panadero, ávido lector, y seguidor de Haya de la Torre. La vida lo puso en este trance, y lo asumió con la misma tenacidad que lo acompañó durante toda su existencia. Junto a don Julio Guzmán González, un compañero de ideología, lideraron la invasión desde el principio hasta el final.
Las tierras invadidas se ubicaban a continuación de San Isidro, y pertenecían al comunero Miguel Grimaldo Huaraz Loli. A lo largo de varias semanas los invasores levantaron sus ranchos cinco veces, y sucesivamente fueron incendiados por la policía. La Comunidad Indígena de Chimbote y Coishco denunció penalmente a los líderes Guzmán y Quevedo ante el juez instructor Leoncio Valderrama Herrera por el delito de Usurpación y Daños. Los enjuiciados encargaron su defensa a un joven y brillante abogado que llegaba recién a Chimbote, y que terminó estableciéndose aquí a raíz de este emblemático caso. Su nombre, Cupertino Foronda Macedo.
Cada vez que los invasores eran desalojados, éstos se apostaban en el campo de aterrizaje, en actitud de espera. Entre tanto, por esos mismos tiempos, iban llegando también a este lugar las primeras familias fundadoras de la urbanización 21 de Abril. Después del cuarto intento, la familia Huaraz cercó sus terrenos con alambre de púas y sembró maíz para desvirtuar el argumento de los invasores, según el cual, las tierras eran baldías y abandonadas.
Junto a los líderes Guzmán y Quevedo destacaron también los dirigentes
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1959: Plaza Bolivar de Lima, frente al
Congreso de la República del Perú.
Exigen dación de la Ley de Barriadas:
Sara Sánchez, Dr. Cupertino Foronda
Macedo, Julio Guzmán González y
Alejandro Quevedo Acosta
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Carmela Cabrera de Rodríguez, Eugenia Guevara de Ugaz, Dagoberto Campos Reyes, y Lino Vargas Panduro. Todos ellos planearon el quinto intento de invasión, lo pusieron en marcha, y esta vez ni la policía ni las alambradas pudieron detenerlos. La Comunidad Indígena de Chimbote y Coishco solicitó garantías al Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas. Éste las brindó a través del subprefecto Héctor “Manco” Valdivia. Es así como Guzmán y Quevedo fueron apresados y detenidos durante cuarenta y cinco días en la entonces cárcel central, ubicada cerca de la Plaza de Armas.
Los invasores resistieron. Los dirigentes del barrio San Isidro “Viejo”, Manuel García Vidal y Anatolio Toledo Campos, apoyaron a sus pares del San Isidro “Nuevo” (llamado entonces Prolongación San Isidro). La Federación Provincial de Barrios, cuyo presidente era justamente don Julio Guzmán González, movilizó a centenares de personas para enfrentar a la policía y exigir la libertad de los dos dirigentes presos. En Lima, Víctor Raúl Haya de la Torre y Ramiro Prialé Prialé coordinaban esfuerzos parlamentarios para aprobar una ley del congreso que solucione la situación de los barrios e invasiones en el país, y también facilitaban ayuda logística para las comisiones barriales enviadas desde Chimbote.
Mientras mi padre estuvo preso, mi madre caminaba todos los días desde San Isidro hasta la cárcel para llevarle su comida. Cargaba en brazos a mi hermana María, y en su vientre a mi hermano Fernando, quien nacería en marzo del año siguiente. El día número cuarenta y cinco de sus visitas, ella hizo el camino de vuelta a San Isidro acompañada de su esposo, quien acababa de ser liberado.
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1959: Julio Guzmán González, Manuel García
Vidal, Dr. Cupertino Foronda Macedo, Sara
Sánchez, y Alejandro Quevedo Acosta
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Mi padre se encargó del plano del nuevo barrio. Con rigor métrico dibujó y organizó cada detalle. Sus únicas herramientas fueron lápiz, papel, una caña y una soga para establecer las medidas y distancias. La exactitud de cada una de sus manzanas da fe de su trabajo. Él determinó también los nombres de algunas calles, así por ejemplo, a la nuestra denominó jirón Unión, en homenaje a la calle Unión de Trujillo donde vivió parte de su vida.
Los planos del barrio fueron terminados el día 15 de febrero de 1959, un día antes del nacimiento de Julio Víctor “Tobi” Rodríguez Cabrera, quien fue el segundo vecino nacido en el barrio. El primer bebé fue Luis “Cachema” Prieto Ángeles, nacido el 08 de febrero de 1959. Y el tercero fue mi hermano Fernando, cuyo alumbramiento ocurrió el 25 de marzo del mismo año.
El juicio penal fue abandonado por los comuneros luego de encontrarse en segunda instancia en la Corte Superior de Huaraz. Finalmente, en 1961 se expidió la Ley 13517 de Barrios Marginales que legalizó las invasiones a la propiedad pública y privada ocurridas hasta 1960. Esta norma estableció el compromiso público para entregar los títulos de propiedad y apoyar a la consolidación de las viviendas.
En la parte inicial de este relato decíamos que San Isidro “Viejo” tenía
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2011: Jirón Unión del Barrio San Isidro. Esquina
derecha, Flia. Quevedo. Esquina izquierda, Flia.
Guzmán (Intersección con la avenida Aviación)
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tres cuadras con vista a la avenida Aviación. Luego, como consecuencia de la invasión aquí reseñada, cuatro nuevas hileras de manzanas se adicionaron al barrio: las que empiezan en la avenida Perú y terminan en el jirón Unión, luego las que van hasta el jirón Huáscar, continúan las que terminan en la calle Leoncio Prado, y finalmente las que concluyen en la calle Benavides, límite mismo con el pueblo joven San Francisco de Asís. Todas ellas enmarcadas por la avenida Aviación en la parte delantera, y el pasaje San Martín en el límite posterior.
Soy el quinto de ocho hermanos y nací en Prolongación San Isidro en 1960. Salí de Chimbote hace varias décadas, pero mis pasos vuelven siempre a la esquina de la avenida Aviación y el jirón Unión donde todo empezó. Hoy, San Isidro es un barrio moderno, con pistas, veredas y edificios de llamativos colores. Mi padre ya no está con nosotros. Mi madre continúa al mando de la casa. Cada vez que viajo a Chimbote visito a los antiguos vecinos, los escucho, y me llena de satisfacción la manera como recuerdan a mi papá.
Buscando información para escribir este relato visité al viejo abogado, escritor y luchador social, don Cupertino Foranda Macedo. Al final de una larga charla en su oficina frente al mar de Chimbote, le pregunté: ¿Cuál es su opinión personal de don Alejandro Quevedo Acosta?
Me respondió: “Fue constante en la lucha, consecuente con la clase que representaba, la gente confiaba en él. Fue magnífico. Fue promovido a la Federación. Elocuente oratoria, sencillo y sano. Era reconocido por dirigentes de otros barrios. Como persona, entregado a su hogar, sano, amigable, respetado y considerado. Su esposa Elsa fue su leal compañera”.
New Hampshire, USA
Julio, 2013
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RELACIÓN DE FUNDADORES DEL BARRIO PROLONGACIÓN SAN ISIDRO:
Julio Guzmán González & Dolores “Lola” Manrique La Madrid
Alejandro Quevedo Acosta & Elsa Serrano Rodríguez
Sofía Carmela Cabrera Chávez & Gonzalo Rodríguez
Eugenia Guevara de Ugaz & Augusto Ugaz Nuñez
Dagoberto Campos Reyes
Raúl Alcalde Linares & Juana Rodríguez Díaz
Isabel Rodríguez Díaz
Rosa Zavaleta
Rosa Marrú
Irene Vásquez
José Lino Vargas Panduro & Angélica Morales
Etelvina Pérez Pinedo & Jacinto Acosta
Mariana Pérez Pinedo
Modesta Peláez Milla
Amador Maza Polo & Irene de Maza
Felipe Quezada & Juana Maza de Quezada
Luis Prieto González & Narcisa Ángeles
Eulalio Rafaile Lino
Juan Eufemio Cano Roque
Arminda Barreto Rafael
Alejandro Reyes Barreto & Elena Manrique de Reyes
Norma Rojas de La Peña & Jorge La Peña Cáceres
Avelina Bocanegra Aguilar & Andrés Pinedo
Juanita Caballero Cribillero
Amanda Flores de León
Teodoro Paredes
Catalina Paredes Acosta
Cirilo Paredes & Andreíta Pinedo
Wenceslao “Venchi” Castillo Corales
María Eliza Romero Cortez
Zósimo Espíritu Jara.
Nota: Estimado lector, si conoces de algún nombre que deba ser incluido en esta relación, por favor házmelo llegar a mi correo (edquevedo@yahoo.com) junto a una pequeña nota que fundamente tu pedido. Gracias.