sábado, septiembre 14, 2013

La Escuelita Nº 3151 del Barrio San Isidro


LA ESCUELITA Nº 3151 DEL BARRIO SAN ISIDRO
  (LA ESCUELITA DEL SEÑOR GONZÁLEZ)

1971:Grupo de profesores y padres de familia: Esther Quiñones 
Benites,  Maruja Morales de Ángeles,  Magda González Martell, 
Rómulo Salazar Silva, Eva Carbajal de García,  Felipe González 
Olivera,  Adela  Martell  de  González,   Natividad   Sánchez,   y  
Edita  Ramírez de Asmat (Foto: Cortesía de Ana Asmat Ramírez)


Cuando en 1958, en la ciudad de Chimbote, un puñado de invasores visionarios fundó el barrio Prolongación San Isidro, con buen tino reservaron la mejor ubicación para su local comunal. El lote se situaba en la cuadra catorce de la avenida Aviación, haciendo esquina con el jirón Huáscar.


Hasta 1960 este lugar fue el teatro de operaciones de los fundadores que organizaron el barrio. En 1961 el local se convirtió en la Escuela Fiscal de Varones Nº 3151 y por una década completa fue el palomar de los estudiantes que año a año, como en la letra de la vieja canción de Virgilio Dávila, cual bandada de palomas, regresábamos anhelantes de saber.


Sin embargo, tal parece que desde siempre estuvo escrito que aquel lugar debió ser local comunal, pues en 1971 la escuelita se fusionó con otro centro educativo para formar la Escuela Nº 89007 y se mudó a la urbanización 21 de Abril Zona “B” de Chimbote, permitiendo que el barrio volviera a contar con su antiguo local comunal.

La escuelita fue una construcción de esteras, con el paso de los años el salón grande de la parte frontal mejoró con paredes de ladrillo y techo de eternit, pero el resto siguió igual. Y cuando el terremoto de 1970 destruyó lo poco que pudo devastar, los padres de familia volvieron con sus palos y sus esteras y lo levantaron una vez más.

1959: Grupo de fundadores del Barrio San Isidro posan frente a su 
primer Local Comunal (En 1961 se convirtió en la Escuela Nº 3151)
Fue conocida también como “La Escuelita del Señor González”, por su familiaridad con el fundador y director del plantel, don Felipe González Olivera. Un venerable educador que consagró su vida al magisterio y que perteneció a esa noble generación de maestros nacida en los albores del siglo veinte para alumbrarnos con saber, humildad, elegancia y buenas maneras.

El Señor González nació el primero de mayo de 1917 en Yungay, Ancash. Estudió primaria y secundaria en su tierra natal y educación en la Universidad Nacional de Trujillo. Trabajaba como profesor en la sierra ancashina cuando conoció a su esposa, doña Luz Adela Martell Canchis. En 1954, la pareja y sus tres hijos: Mery, Felipe y Magda se trasladaron de Yungay a Chimbote, y se instalaron en una casa de la sexta cuadra del jirón Espinar.

En 1956 adquirieron una propiedad en la intersección de las avenidas Pardo y Aviación. Entonces él trabajaba en el distrito de Moro. Luego, en 1957 fue trasladado a la Escuela 329 de Chimbote. En 1961 fundó la Escuelita 3151 de mi barrio. Y a fines de la década del sesenta la familia se mudó a su hogar definitivo en el pueblo joven San Francisco de Asís.

1967: Aula de Transición (Primer Grado) 
Nací en 1960 y mis primeros recuerdos del señor González retroceden en el tiempo a cuando yo debo haber tenido unos cinco años de edad. Mi casa quedaba en la cuadra trece de la avenida Aviación y mi padre tenía una tienda de abarrotes. Temprano por las mañanas don Felipe González Olivera caminaba a lo largo de la avenida con dirección a la escuelita. Vestía siempre lo mismo: terno oscuro, camisa blanca y corbata de color. Al pasar frente a mi casa se detenía en nuestra tienda y pedía una botella de cerveza negra marca “Sansón”. Tomaba un vaso, y luego decía: “Me guardan el resto para mi regreso”.

En casa fuimos cuatro hermanos hombres y cuatro mujeres. Todos los varones estudiamos en la Escuelita del Señor González. Roger, mi hermano mayor, empezó la primaria en 1961. A partir de ese año, e inmediatos siguientes, estudiaron ahí muchachos de la época como Guillermo Asmat Banini, Arturo “Gato” Tarazona Villanueva, Enrique Dongo Quiñones, Edwin Campos Espinoza, Andrés Mamerto López, Elías “Cotorra” Peláez Hervias, Teófilo Víctor “Tofi” Alva Castro, Walter “Gringo” Ynguill Collado, “Canuto” Chávez, Ángel Covián Romero, Walter Quiróz Villanueva, “El Burro” Méndez, José Isidro “Piero” Quiróz Contreras, Rosario “Chayo” Milla, Santos González, Ángel González Rojas, José Asmat Rodríguez, José Torres, Genaro Damaso Ramírez, Manuel Montenegro Medina, Jorge “Carbonero” Bautista, Nelson Florencio "Panahuero" Chávez Ortega, Raúl Espinoza Lara, y Alfonso Chacón Yupanqui. Aquí estudiaron sólo hasta el cuarto grado, pues la escuela no tenía quinto ni sexto grado. Mi hermano terminó la primaria en la Escuela Minerva de don Arsenio Vásquez Romero.

1967: Aula de Primer Año (Segundo Grado)
La plana docente de aquellos tiempos estaba formada por Felipe González Olivera, María Céfora Chávez, Gonzalo “Chalo” Gutiérrez Torres, y Walter Razza. En 1966 mi hermano Fernando empezó la primaria y cuatro años más tarde terminó el quinto grado en un aula de reciente creación, pero el sexto grado lo estudió en el centro educativo Elías Aguirre Romero de la urbanización 21 de Abril Zona “A”.

En lo que a mí se refiere, inicié la primaria en 1967 y terminé el quinto grado en 1971, justamente el último año de existencia de la escuelita, y también año en que mi hermano menor Alberto empezó sus estudios. Yo estudié el sexto grado en la Escuela Nº 89007 y Alberto continuó en este mismo centro educativo.

La última plana docente que en 1971 enseñó en la escuelita de mi barrio, estuvo integrada por Felipe González Olivera, Rómulo Baltazar Salazar Silva, Eva Carbajal Mantilla de García, Segundo Fermín Orbegozo Luján, Imelda Castañeda de Carranza, Elcira Giraldo Guzmán, y Alicia Asunción Rodríguez de Alegre.

Mil novecientos setenta y uno fue también el año en que el señor González se jubiló por razones de salud. Fue a mediados del año escolar. Aún conservo en mi mente la imagen de aquel día cuando el plantel en pleno se reunió para darle la despedida. Él vestía terno oscuro, camisa blanca y corbata roja, y pronunció un discurso pausado y cargado de emoción. A su lado, su esposa vestía blusa blanca y de rato en rato lo animaba a sorber un trago de agua. Los niños de 1971 entonamos las canciones del programa con fervor, como entendiendo el significado del momento. La emoción creció aún más cuando cantamos “San Isidro Labrador”, aquel tema compuesto por el mismo señor González en homenaje al barrio. 

2013: Vista actual del Local Comunal del Barrio San 
Isidro (Esquina de la Av. Aviación con el Jr. Huáscar)
Luego del verano de 1972 fuimos al nuevo centro educativo, y un  día de abril los profesores nos organizaron para ir de vuelta a la escuelita y trasladar el mobiliario y material recuperable. Cargábamos por la calle las carpetas e incluso los eternits del techo, cuando apareció un grupo de moradores liderados por la vecina Carmela Cabrera de Rodríguez. Ella increpó a los profesores que para conseguir lo que el barrio tenía había costado lucha y esfuerzo, y acto seguido los corrió a latigazos. A mí alcanzó a decirme: “Estás ayudando a destruir lo que a tu padre, construirlo, hasta cárcel le costó”.

Don Felipe González Olivera falleció el 26 de enero de 1980. En las páginas de Chimbote casi no hay rastros de su existencia. Lo mismo podemos decir de mi escuela. Polvo y olvido cubren parte de nuestra historia, especialmente la de los barrios marginales que fue protagonizada por gente humilde y decente. Este relato busca recordar a este gran educador, a una escuela, y a los niños descalzos que en aquel lugar aprendieron las primeras letras y las primeras lecciones de civismo.

Nunca olvida la paloma... su querido palomar, dice la letra final de la vieja canción de Virgilio Dávila. Y tiene razón.

New Hampshire, USA
Septiembre, 2013

P.D.: En relación a esta misma escuela, el autor tiene publicado el siguiente relato: 1971: LA ESCUELITA Y EL PARTIDO DE DESEMPATE

NOTA:
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51 comentarios:

  1. Quien en nuestra niñez no conoció la escuelita del Barrio San isidro...mas aun nosotros tus hermanos que vivimos en el mismo Barrio... El profesor González un excelente maestro y persona que solía tomar su cervecita negra en la casa.... El dejó huellas en los corazones de sus alumnos como a ti que lo recuerdas con agradecimiento.
    MARY DE ALEMANIA

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    1. Muchas gracias Mary, cariños para la familia por Alemania, bendiciones para Luz Quilla y su bebé.
      Te quiere,
      Eduardo

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  2. Buenas reseñas historicas de tu niñez educativa, lo mas resaltante de tu narración es el recuerdo  de tus compañeros de estudios y de profesores, me alegró que el famoso Chalo Gutierrez haya sido tu profesor, tambien era delegado del Club Manuel Rivera, hoy José Galvez, un polifacético como cantante de boleros, arbitro, redactor deportivo y amigo mio, actualmente vive en Trujillo en la urbanizacion de La Noria, con él y otros chimbotanos que residen en Trujillo formamos una asosiacion de residentes chimbotanos en Trujillo, que se tiene en el Club Ancash.

    Acerca de tu narración es una vivencia eterna y me alegró por difundirla, siempre tenemos algo que contar de nuestras reseñas de infancia, niñez, juventud y de adulto.
    Me despido y que siga las vivencias eternas con nostalgia, con alegria y con la realidad.
    Cuidate y saludos
    Pedro Haro Diaz.

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    1. Hola Pedrito, muchas gracias por tus palabras. A mi también me alegra que conozcas al buen Chalo Gutiérrez, por un buen tiempo he tratado de contactarlo sin mucho éxito. A lo mejor tú me das una mano en ese sentido.

      Un abrazo,
      Eduardo

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  3. Gracias Eduardo por los recuerdos y a la memoria de nuestro primer director y fundador de nuestra escuelita del barrio el Gran Profesor Felipe gonzales. Saludos cordiales.
    Hugo Pisfil Reque.

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    1. Gracias Huguito... y no te me pierdas, recuerda que tenemos un proyecto pendiente (Chibolos del '72)
      Un abrazo,
      Eduardo

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  4. Rolando Lucio
    Oportuno rescate de una real historia, antes que pase al álbum del olvido; Eduardo Quevedo, retorna a sus raíces, transcribiendo una crónica del pretérito con el rigor y anécdotas que acostumbra, un buen ejemplo de ello es la remembranza del señor Gonzalez, bebiendo solo un vaso de aquella cerveza negra Sansón, y solicitando que guarden el resto "para su regreso".
    Es importante señalar que existen en la actualidad una pléyade de escritores que alentados por la cibernética se animan a descubrir sus vivencias, Quevedo sobresale por la fluidez de su léxico, porque localiza sus narraciones en trozos de su vida, porque sus entregas son reales como la vida misma.
    Que sigan los recuerdos, es imperativo traerlos al presente.
    Abrazos de cariño y admiración al autor.

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    1. Muchas gracias por tus palabras Rolando, aprecio altamente tus conceptos. Igualmente, tengo mucha admiración por tu bitácora EL SECUESTRO DE LA INSPIRACIÓN, y espero con expectativa cada uno de tus escritos.

      Un abrazo,
      Eduardo

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  5. MARCO ANTONIO ARROYO BENITES14 de septiembre de 2013, 2:26 p.m.

    Amigo Ed. como en tu crónica sobre el himno no oficial de Chimbote (Canción A Chimbote) te encargas de poner en la historia a tan noble educador, el señor Gonzáles quien dejando de enseñar en un centro de estudios de prestigio en Chimbote como la Gloriosa 329, decidió ir a fundar una escuela de esteras y piso de tierra, que le movió, estoy seguro, a brindar su saber en un barrio marginal.

    Cual bandadas de palomas ávidos de saber, luego se dispersaron ávidos de progreso por todas partes del mundo, como tu mi querido Ed. pero continúan aportando a la tierra chimbotana.
    Un abrazo de pelícano,
    Marco

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    1. Muchas gracias Amigo Marco, aprecio tus palabras inmensamente. Nuestra amistad también viaja por el tiempo cual bandada de palomas!
      Un abrazo,
      Eduardo

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    2. MARCO ANTONIO ARROYO BENITES14 de septiembre de 2013, 2:31 p.m.

      Mi querido Ed, aportas historia, fechas, datos exactos, nombres, apellidos, sobrenombres!! No cabe duda que saliste de la bandada de palomas, pasaste por la de los abogados, para finalmente encontrar tu lugar en la bandada de los escritores... grandes escritores!!
      Otro abrazo de pelícano.

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    3. Un abrazo hermano. Muchos éxitos para Tocco Salón. Seguimos en contacto.

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  6. EDDY:
    LINDO RELATO,, HONOR PARA LOS GRANDES MAESTROS Y TAMBIEN PARA QUIENES COMO TU RESCATAN LA HISTORIA PARA EL FUTURO,,,, HE VISITADO TU CASA EN CHIMBOTE MUCHAS VECES Y POSIBLEMENTE HE CONOCIDO LA ESCUELITA DE TU BARRIO.

    FELICITACIONES Y SIGUE ‘PALANTE¡¡¡¡¡
    TU AMIGA TECHY TRUJILLO

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    1. Hey Techy, muchas gracias por escribir y por tu permanente apoyo a Confesiones a un Árbol. Sé que para ti, amistad y lealtad son dos cosas que van de la mano. Gracias otra vez!
      Eduardo

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  7. BELLOS RECUERDOS AMIGO CHATO,TAL COMO LO CUENTAS PARECE QUE FUE AYER. UN ABRAZO AMIGO.
    TU PATA CHACA.

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    1. Hey Chaca, un abrazo hermano. Recuerda este año: 1967. Fue el año en que iniciamos juntos Primer Grado (Transición)
      Tu pata Chato... jejeje!!

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  8. Eduardo, quien en el barrio "San Isidro" no conoció la decencia, y sencillez del profesor González?... un hombre sencillo pero grande de corazón, impecable de vestimenta como la fluidez digna de su palabras reposadas o pausadas. Dice la Biblia que nadie es profeta en su tierra y efectivamente el profesor Gonzales, a quien todos en el barrio considerabamos como que fuera o nació en Chimbote, no dejó huella en periódicos, revistas o libros, pero eso no importa, porque lo mas bello e importante fue, que dejó la inexorable huella del recuerdo como educador, como consejero y gran maestro en todos y cada uno de los corazones de sus alumnos tal como tú lo estás recordando ahora con este homenaje y porque no decirlo, de los padres respectivos que lo querían.

    Un buen Recuerdo estas dejando para un sabio y prudente profesor. QEPD.

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    1. Hola Nelly, gracias por tus palabras, y por tus persuasivas reflexiones que siempre nos alcanzas por este medio. Tú eres un poco mayor que yo y recuerdas bastante al señor González.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  9. Como siempre,Eduardo, le das más vida a los recuerdos, aquellos que se impregnan en todas las células, personales y sociales. Yo no estudié en tu escuelita, pero la recuerdo. Angel Cobián estudió conmigo en la GUE SAN PEDRO, jugué futbol con Chayo Milla, el equipo infantil de La Estrella Roja... en fin, tantos recuerdos. Las reuniones en el Local Comunal, incluso las "kermeses" en las tardes.
    Un abrazo.

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    1. Hola Segundo, gracias por escribir, en el barrio hemos compartido una parte importante de nuestras vidas y conservamos muchos recuerdos comunes. Éxitos en tu vida personal y profesional!
      Eduardo

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  10. UN EXCELENTE RELATO EDUARDO.TU SIEMPRE DELEITANDONOS CON TAN BELLOS RECUERDOS Y EN ESTE HAS TRAIDOS TAN HERMOSOS RECUERDOS DE MI NIÑEZ Y MIS HERMANOS AUN NIÑOS EN ESPECIAL MI HERMANO LUCHO QUE FUE QUIEN ESTUDIO EN LA ESCUELITA,LOS PROFESORES EN ESPECIAL EL PROFESOR SALAZAR QUE TAMBIEN FUE NUESTRO PROFESOR DEL QUINTO AÑO,MI MADRINA ESTHER,LA SEÑORA NATI,LA SEÑORA ANGELES,LA PROFESORA EVITA Y SOBRE TODO LO MAS BELLO PARA MI VER A MI QUERIDA Y ADORADA MADRE.LINDO RELATO EDUARDO.FELICITACIONES¡¡¡¡¡¡

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    1. Hola Anita, me alegra tanto que hayas disfrutado la presente publicación. Tengo tantas cosas para agradecerte, incluyendo la primera foto que acompaña el relato. Es una imagen tan especial!
      Un abrazo especial querida amiga,
      Eduardo

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  11. EDUARDO

    El progreso de las familias entra a través de los niños mediante la educación, lo que constituye el capital intelectual de los pueblos y las naciones, logrando de este modo el progreso de los mismos.

    Tu escuelita de varones la Nº 3151 de paredes y techos de palos y esteras al igual que la mía de mujeres Nº 3157 en el barrio La Libertad, tuvo también las mismas características: Precariedad, limitaciones como la falta de carpetas, mobiliario y también plana docente, pero supieron enseñarnos las primeras letras y pudimos adquirir conocimientos y valores gracias a la loable y abnegada labor de los maestros en la ardua tarea de la enseñanza.

    Muy linda esa canción de Virgilio Dávila... Cual bandadas de palomas anhelantes del saber.... muy de moda en ese entonces, a nosotros también nos hacían cantar a viva voz....

    Don Felipe Gonzáles Olivera, a quien tuve el gusto de conocer, pensaba que aún seguía viviendo en Yungay jajaja. y por eso se tomaba el vasito de cerveza para calentar el cuerpo por el frío del día jajaja. También conocí a su hija Magda.

    Importante el reconocimiento que les haces a Don Felipe Gonzáles Olivera, por su gran desempeño como Director de tu flamante escuelita que forjó hombres talentosos como tú y mi rechazo total a las políticas de estado neoliberales de los años 70 que aplastaron y destruyeron la educación en nuestro país.

    Felicitaciones Eduardo, interesante relato y seguimos a la espera de tus escritos, cuentos y poesías.

    Un fuerte abrazo
    Tu amiga Narcisa.

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    1. Hola Narcisa, gracias por escribir, veo que conociste a mucha gente en el sector educación, en varias ocaciones has mencionado conocer a diversos personajes de mis escritos. Desde luego no escapa a mi conocimiento que trabajaste por muchos años en el área administrativa de la zona de educación de Chimbote.

      Siempre es un placer recibir tus escritos y aportes!
      Un abrazo grande querida Narcisa.
      Eduardo

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  12. Gracias Eduardo por tu hermoso relato con el gran mensaje de recordar a nuestros compañero de escuela y profesores, el mensaje a la juventud de hoy para admirar y respetar a nuestros sacrificados profesores.

    Saludos Eduardo, esperando que pases un gran fin de semana.
    Víctor Santana
    Tampa Florida USA

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    1. Hola Víctor, gracias por leer nuestros relatos, aprecio tu amistad.
      Suerte por Florida,
      Eduardo

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  13. Muy interesante y hermoso los escritos que haces estimado Eduardo, felicitaciones y sigue adelante en tus proyectos , que Dios te bendiga y un abrazo a la distancia.
    Jorge Quiñones

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    1. Muchas gracias Koky, saludos para la familia y los amigos del barrio. Abrazos!!
      Eduardo

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  14. EDUARDO... Maravilloso relato de tu niñez, faltó ponerte tu boina.. Jejeje un abrazo!!!
    Tu amiga, Gladys Zevallos

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    1. No boina (o cristina, como se llamaba entonces) pero por lo menos zapatos... Jejeje!!
      Otro abrazo para ti,
      Eduardo

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  15. Eduardo, de verdad un maravilloso relato, y felicito tu acuciosidad en los detalles. Muestra que hay un gran trabajo en cada uno de tus artículos. Que continúen tus éxitos amigo.
    Un fuerte abrazo,
    Bernardo Cabellos Sabino.

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    1. Gracias Bernardo. Un abrazo grande para ti, y que esa salud continúe recuperándose; mi mismo deseo se hace extensivo para tu querida madre también.
      Eduardo

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  16. Eduardo, te conté que yo estudié transición en la escuela municipal que quedaba en San Isidro y el primer grado lo estudié en una escuela del 21 de abril en 1970 que queda cerca a la Iglesia San Francisco si no me equivoco. Tengo muchos recuerdos de esa época vivida. El terremoto me llevó a estudiar en Lima para luego volver a mi escuela del 21 de Abril. Tiempos casi paralelos y experiencias únicas y similares a la vez.
    Saludos Eduardo.

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    1. Y luego en el Colegio San Pedro volvimos a coincidir, no nos conocimos mucho en ese tiempo, pero una vez recuerdo que te busqué y te hablé sobre un proyecto político estudiantil (tu padre me había recomendado que te busque), fue en 1978.

      Un abrazo Alberto,
      Eduardo

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  17. Mi estimado Eduardo: Las escuelitas de barrio, como lo conocíamos antes, fueron para la mayoría de nosotros nuestro primer lugar de aprendizaje. Las habían por todo lado. Sólo bastaba que un profesor o profesora dispusiera de un local y la escuela comenzaba a caminar. Recuerdo, por ejemplo, en la Avenida Buenos Aires, frente a la Parroquia Señor de Los Milagros, la Escuela de la profesora Cabanillas, en la Avenida Balta, antes y pasando Derteano habían dos escuelas: una de la profesora Guzmán y la otra conocida como El PIno, donde hizo sus primeros estudios mi hermano Carlos Sánchez.

    La historia del profesor Gonzáles, a quien no tuve el privilegio de conocer pero desde acá le rindo un merecido homenaje por su aporte a la educación de nuestro Chimbote, es la historia de muchos profesores anónimos, verdaderos educadores que, lamentablemente, los medios de comunicación no lo mencionan, pero que con su vocación, sacrificio y entrega fueron los formadores de muchos ahora buenos profesionales. Por eso se dice la Escuela del profesor Gonzáles o al 89007 se le conoce como Gómez, porque su aporte y calidad de maestro perduran en el tiempo. Nunca olvida la paloma su querido palomar. Es lo más preciso para recordar y valorar a todos aquellos héroes docentes que entregaron su vida para que muchos ahora seamos hombres de bien.

    Por mi parte, amigo, todos los profesores que me enseñaron no sólo están en mi corazón y mis recuerdos, sino que valoro en ellos lo mucho que aprendí en sus distintas etapas.Dos cosas para terminar mi querido Eduardo. La primera, quizás insignificante, pero en 1968 no existía San Francisco de Asís. Yo llegué en el 69' a mi casa actual y era simplemente la prolongación de San Isidro. Fue en el año 70' que se formó San Francisco de Asís.Lo otro hermano es que no pude leer tu publicación anterior -y me gustaría muchísimo leerla- por una sencilla razón: No sé por qué pero cuando le doy click aparece la historia de las casas. Por favor, te agradecería mucho si me la vuelves a enviar para leerla y comentarla.

    Un abrazo Eduardo y nuevamente felicitaciones por tu capacidad narrativa y el excelente disco duro que tienes.

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    1. Hola Papi, muchas gracias por tus palabras y por los importantes aportes que siempre nos alcanzas cada vez que comentas nuestros escritos. Sobre la casa del Pueblo Joven San Fracisco de Asís te diré que ese es el dato que me alcanzaron tanto Felipe como Magda, hijos del señor González. La casa, más exactamente, está ubicada en el pasaje San Jerónimo de lo que actualmente es este pueblo joven, y los descendientes del señor González aún viven ahí.

      Prometo volver a alcanzarte el enlace de mi anterior entrega.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  18. Agradezco a mi amigo Eduardo Quevedo, para felicitarlo de su gran proyecto de investigación que a realizado a su estimado profesor Felipe González Olivera, y a la vez agradecer ese gran gesto que tiene hacia mi padre y a sus profesores.
    Bueno eso es todo por ahora.
    Felipe González Martell

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    1. Un abrazo grande para ti Felipe, saludos para tu hermana Magda. Mis mejores deseos para que tu salud se recupere, prometo visitarte durante mi próximo viaje a Perú.
      Eduardo

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  19. Estimado Eduardo: Conozco personalmente a la señora Magda Gonzáles y por referencias a su hermano Felipe, ambos muy ligados al desarrollo de San Francisco de Asís. Y, también, por coincidencia, ambos delicados de salud, según comentarios de algunos vecinos. Que sea esta tribuna, y a través tuyo, un reconocimiento a los hermanos Gonzáles y a su señor padre por todo el aporte que han brindado -y me imagino lo siguen haciendo- por el desarrollo vecinal y de la educación. Muchas gracias y saludos hermano

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    1. Muchas gracias Papi, me aseguraré que tus buenos deseos lleguen tanto a Magda como Felipe. Reiteramos nuestros votos porque la salud de ambos se recupere.
      Un abrazo grande para ti,
      Eduardo

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  20. Santos Feliciano Varas Castro25 de septiembre de 2013, 5:51 a.m.

    Buen relato y muy buena memoria Eduardo; pienso que debes dedicar más tiempo a escribir y, sin duda alguna, serás el mejor; porque en mis recuerdos siempre estuviste tú como uno de los mejores del salon de nuestra Profe. EVA; creo que el salón era de los mejores del plantel. Felididades dondes estés.
    Santos Feliciano Varas Castro

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    1. Gracias “Palacho” por tus palabras. Aquí te dejo algo: Era 1969, tú y yo estudiábamos Tercer Grado en el aula de la profesora Evita. Ella nos eligió a ambos para escenificar un diálogo en la actuación de la escuela por fiestas patrias.

      Recitamos de memoria un largo libreto que terminó así: (Eduardo) “Soy descendiente de Hernán Cortés”, (Santos) “Soy granadero de San Martín”.

      Un abrazo "Palacho",
      Tu amigo Eduardo

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  21. Elizabeth Castillo Villanueva26 de septiembre de 2013, 5:57 a.m.

    Como siempre un hermoso relato, yo aún no nacía precisamente por esos años pero me emociona saber la historia de Chimbote y como se formo. Me trajo a la memoria gratos recuerdos de mi infancia yo también estudie en el colegio Minerva y conocí al director pero Ivan Vásquez Salazar aunque ya de una edad avanzada.
    La emoción que pone en la que escribe hace que la lectura fluya y que uno se quede con las ganas de saber más.
    felicitaciones.
    Elizabeth Castillo Villanueva

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    1. Hola Elizabeth, muchas gracias por escribir. Éxitos en tu vida personal y profesional!
      Un abrazo,
      Eduardo

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  22. ME ENCANTO!..COMO SIEMPRE BRILLANTE EN TU RELATO,TAL CUAL SIN DEJAR PASAR NINGUN ACONTECIMIENTO IMPORTANTE,UN GRAN ABRAZO MI QUERIDO AMIGO
    GLADYS CORREA

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    1. Muchas gracias Gladys, encantado de contar con tu compañía en Confesiones a un Árbol!!
      Un abrazo,
      Eduardo

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  23. Elmer Alberto Laureano Cornelio9 de octubre de 2013, 8:49 p.m.

    Eduardo, eres formidable, tienes los recuerdos muy frescos y una imaginación para poder escribirlos, gracias a tu persona que uno puede recordar la infancia y leerlos es un placer incomparable. te felicito por todo lo que escribes, chau cuidate y sigue escribiendo.

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    1. Hola Elmer, muchas gracias por tus generosas palabras. Y corre la voz: Los Chibolos del '72 se preparan para reencontrarse!!
      Un abrazo,
      Eduardo

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  24. Eduardo Quevedo-Serrano gracias, muchas gracias por esos hermosos momentos de mi niñez que volví a vivir al leer tu bello artículo sobre nuestra querida e inolvidable escuela 3151, pobre, de esteras, casi sin mobiliario pero que para nosotros era un castillo, en un instante recordé a mi admirado director Felipe Gonzáles, un noble docente lleno de conocimientos y valores que nos inculcaba el amor a Dios, a la patria y nos dejaba boquiabiertos cuando hablaba sobre nuestra Independencia nacional o sobre las batallas decisivas de Junín y Ayacucho, o sobre lo que en esos tiempos se conocía como el Día del Indio, ni qué decir del Día de la Madre, todos esos años vividos los recordé en un instante mi querido Eduardo, ni qué decir al ver a mi madre en la primera foto, recordé también a mi hermosa profesora María Chávez, cuánta felicidad al recordar cómo nos engreía con ese don maternal que siempre tuvo para con todos los que tuvimos la suerte de ser sus alumnos, recordé también a mi gran amigo Méndez que le decían burro porque era el más grande, al "Canuto", a los hermanos Montenegro, a Edwin, Arturo.

    Gracias nuevamente mi querido Eduardo, mi admiración por tu dedicación a estas artes y a la maestría con la que escribes y un orgullo pues eres chimbotano y con sinceridad te digo que no logro ubicarte pero si a tus hermanos mayores y quién pues, en el barrio no conocía "la tienda de Quevedo",

    Un gran abrazo, que el Señor te bendiga y a tu familia y que sigan los éxitos.
    Enrique Dongo Quiñones

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    1. Gracias Enrique por tus palabras y por compartir tus propios recuerdos. Yo soy de 1960 y un poquitín menor que tú. A principios de los '80s trabajé en el Hospital del Seguro Social con tu mamá y uno de tus hermanos menores.

      Un verdadero placer saber algo de ti. Bendiciones para ti y toda tu familia!!
      Eduardo

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  25. Muy interesante el relato de parte del amigo Eduardo Quevedo, y ya que forme parte de esa bonita y recordada escuelita fiscal, y mencionado en tan calificado relato , quiero agregar algunos recuerdos que a pesar de los años transcurridos , todavía discurren por nuestra memoria , como un gran recuerdo por los años idos,por los años compartidos y por la grandeza de aquellos docentes que no solamente supieron poner las primeras bases de nuestros conocimientos , sino nos impartieron grandes enseñanzas éticas y morales .

    Bueno empecemos diciendo que la infraestructura de nuestra escuelita era precaria, es cierto solo el perímetro de material noble , quizá reflejo de una supuesta bonanza de la pesca por esos años, pero que los beneficios no llego por allí y se traslado sus inmensas ganancia ya sea a la capital o bancos americanos, bueno pero ese es otro asunto, pero hay que mencionar que a pesar de nuestras limitaciones estábamos contentos, tarde y mañana estudiábamos y bajo el brazo con nuestro libro Coquito y el Venciendo y en la hora de recreo ni bien tocaba el silvato , corríamos a jugar una pichanguita en el gran campo de tierra que hoy es el colegio Santa María Reina, y terminado el recreo, ni zapatos , ni uniforme limpio y con el resondron del profesor de turno que se encontraba en la puerta, famoso era el Profe "Chalo Gutierrez" que por la voz gruesa infundía temor, tambien recuerdo la señora que vendia sabrosa papa a la huancaina, frente a la escuela , y que por tanto fiar, los sabados -que se estudiaba- para el día lunes ya no había capital , tambien estaba un muchaco que le decian "manicero".

    Muchos recuerdos de los grandes amigos que pasaron por tan recordada escuelita de nuestro barrio, yo estudie hasta el tercer año, 1967 ya que no tenia cuarto ni quinto año de primaria , de los mencionados en el relato muchos estuvimos en el mismo salón, diré sus sobrenombres "canuto", "panahuero" ,el recordado "tofi","ronco" montenegro, "burro" Mendez, "chayo" Milla y agregando a "vito" Palacios, Diaz Auquiñivin, Arias Fajardo, el famoso "chancho Erizo" Cordova, Cadillo, Porfirio Sanchez, los hermanos Guada (con excelente voz" y tantos otros que se pierden su recuerdo en el tiempo uno.

    Un homenaje especial al director Gonzales , hombre probo y de una gran calidad humana, con sus grandes conocimientos y enseñanzas nos ayudo mucho en nuestra vida futura; tuve la suerte de que sea mi profesor en el 3er año y bueno cuantas anécdotas que sera tema de otro recordar.

    Igualmente recuerdo a los hermanos Quevedo ,no tuve la suerte de estudiar con alguno de ellos , pero eran muy formales, unos "gringuitos" simpáticos y con su corte de peluca "aleman", muy cierto muy respetuosos , un saludo y una felicitación al amigo Eduardo por mantener ese contacto con la ciudad que lo vio nacer y crecer y que muchos de nosotros hemos regresado a vivir aquí, y nos permite recordar tan grandes momentos de nuestra niñez. Un saludo

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