LA RADIO Y YO EN TRES ACTOS
En los barrios humildes de Chimbote, los muchachos de mi generación no crecimos con la televisión sino con la radio. Llegué al mundo en 1960 y mi niñez transcurrió sin electricidad, agua potable, desagüe, ni otras comodidades que poco a poco llegarían con el tiempo, y que hoy nuevas generaciones dan por sentadas como un derecho natural.
Ninguna de las carencias de aquel entonces hizo de nosotros unos muchachos tristes, muy por el contrario. En nuestras calles siempre hubieron piedras para hacer los arcos y corretear felices tras una pelota, abundaron las chicas guapas a quienes pudimos soñar despiertos sin pedir permiso, y además tuvimos ese maravilloso aparato que cinceló con alegría nuestros días: el radio… a pilas.
PRIMER ACTO: EL PRIMER RADIO DE LA FAMILIA
Modelo del primer radio de la familia |
Cuando en 1958 mis padres llegaron con sus palos y esteras para fundar el barrio Prolongación San Isidro, entre sus escasas pertenencias trajeron un radio de fabricación japonesa marca JVC Nivico. Este receptor estuvo operativo en la familia hasta 1969. Entonces yo era un niño y casi no lo recuerdo funcionando, con excepción de la mañana del jueves 3 de octubre de 1968 en que, caminando a través de la cocina-comedor de la casa con dirección a la puerta de la calle para ir a la escuela, me sobreparé por un instante a escuchar la noticia que la radio propalaba: en horas de la madrugada el Presidente Constitucional de la República, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry había sido derrocado por el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, General Juan Velasco Alvarado.
Allá por la década sesenta, e incluso hacia el año 1950, la radio era un medio de comunicación social masivo. Omnipresente en los hogares del Perú. Y el melodrama era su principal género de programación. Este período fue antes que la televisión. Emisoras limeñas como América, La Crónica, El Sol, y Central (Radio Programas del Perú) fueron pioneras en la difusión de radionovelas, o radioteatros como también se las llamó.
La radionovela más popular de aquella época fue “El Derecho de Nacer”, llegó al Perú desde La Habana, Cuba y fue una historia de amor donde la trama central no giró necesariamente en torno a la pareja principal, sino alrededor de Albertico Limonta, un hijo ilegítimo blanco que fue criado por una sirvienta negra, la recordada Mamá Dolores.
Acuden a mi mente, a este punto, flashes fugaces de mi niñez donde veo a mi madre contándome pasajes de sus novelas favoritas, y aún resuena el eco de una risotada que ella solía soltar al imitar la siniestra carcajada que por aquel tiempo popularizó la radionovela “En las Garras del Diablo”.
También a esta época corresponde “Capablanca”, de aquí salió el apelativo “Beto” con que siempre llamamos a mi hermano menor Alberto. Igualmente “La Doctora Corazón”, la cual no fue una radionovela pero tenía secciones dramatizadas, y era un programa de consultas amorosas.
Después que nuestro primer radio se malogró, por algunos años permaneció desarmado sobre una mesa en el cuarto de mis padres. Aún recuerdo su cubierta de madera color marrón, sus dos perillas grandes, sus teclas de color marfil, y su logotipo pequeño y elegante sobre el fondo claro de la parte frontal: “JVC NIVICO”.
Con la esperanza de verlo funcionar otra vez, un día de 1972 mi mamá lo llevó al taller “El Transistor” del radio técnico don Vidal León Rosales, ubicado a una cuadra de mi casa en la avenida Aviación. Allí estuvo por mucho tiempo a la espera de unos tubos de cristal que debieron ser enviados desde Lima por ser necesarios para su reparación. Los repuestos nunca llegaron, y ese fue el desenlace final del primer radio de mi familia.
SEGUNDO ACTO: CUANDO NO TENÍAMOS RADIO EN LA CASA
Año 1969: hermanos Roger, Eduardo y Fernando Quevedo Serrano |
Ya hemos mencionado que nuestro primer radio dejó de funcionar en 1969. El remplazo se tomó su tiempo en llegar, arribó recién en 1974. Cinco años pasaron sin radio y una pregunta se impone, ¿cómo nos la arreglamos sin uno de esos aparatos en la casa?
Posiblemente mis padres tenían demasiado trabajo sobre sus hombros como para extrañarlo mucho. A lo mejor, parecido fue el caso de mis hermanas mayores, también ocupadas entre sus tareas escolares y los quehaceres domésticos en una familia de diez miembros. ¿Y los varones, aceptamos esta ausencia con resignación? Desde luego que no.
El fútbol, por ejemplo, pasión de multitudes como bien se lo llama, ya nos había atrapado en su telaraña magnética y nosotros queríamos estar al tanto de cada noticia. De tal suerte que no faltaron noches en que mis hermanos mayores Roger y Fernando y yo deambulamos por las calles del barrio en busca de casas que tuvieran su radio sintonizando las transmisiones deportivas, y así poder escucharlas desde la puerta o la calle.
Mi primer recuerdo “oficial” de una transmisión radial de fútbol data de la noche del martes 24 de febrero de 1970. La selección peruana de fútbol ya se había clasificado para el Mundial de Mexico ’70, y aquel día jugaba un partido amistoso frente a la selección de Bulgaria en el Estadio Nacional de Lima. En el primer tiempo los búlgaros se imponían por uno a cero, pero en la segunda mitad el técnico peruano Didí hizo ingresar al jugador suplente Hugo Sotil, y éste le dio un vuelco al partido. Ganamos por cinco tantos a tres y “El Cholo” anotó tres golazos. Premonición de lo que pasaría poco después en el debut del equipo peruano en el mundial, precisamente frente al mismo equipo europeo. Aquella noche yo tenía nueve años de edad, y lo escuché en el radio del sastre Vicente Oncoy, quien vivía en la avenida Aviación a media cuadra de mi casa.
En realidad tengo un recuerdo anterior al que acabo de detallar. Un partido de fútbol que se jugó seis meses atrás: el domingo 31 de agosto de 1969 para ser exactos. Yo lustraba zapatos en las calles de Chimbote, y ese día alternaba entre mis dos lugares favoritos: la Plazuela 28 de Julio (hoy Plaza Grau) y la avenida Bolognesi. De rato en rato me detenía la curiosidad de ver a la gente que seguía una transmisión radial que yo aún no entendía del todo. Poco después, en la avenida Bolognesi vi a una bulliciosa caravana de vehículos con banderas peruanas y pintas hechas a Griffin en las lunas. Alguien me lo explicó: “Cachito” Ramírez había anotado dos goles en “La Bombonera”, el Perú había eliminado a Argentina y clasificado para el mundial.
Hacia 1971 mi hermano Roger ya tenía dos sitios “estables” donde escuchar los partidos. Fiel a nuestra costumbre, Fernando y yo lo seguimos a estos nuevos lugares también.
Uno de ellos era la esquina de la familia Blas Estrada, ubicada a tres cuadras de mi casa camino al cine San Isidro, para el lado de la urbanización 21 de Abril. La matrona de esta familia, doña Lucía Estrada Orbegozo, vendía anticuchos y chunchulís frente a la puerta. En su esquina había un murito de cemento y aquí se reunían más de una docena de muchachos de la época para oír las transmisiones deportivas. Ellos eran amigos de Roger y sus edades iban desde los quince años para arriba. Fernando y yo éramos más “mocosos” y debimos soportar sus bromas, al tiempo que de la parrilla emanaba una tortura más deliciosa: el olor de los anticuchos y chunchulís cocinados al fuego lento del carbón.
El otro lugar fue la sastrería de don Javier Pereda, ubicada casi al frente de doña Lucía, para el lado del barrio San Isidro. Era un local alquilado por el vecino Anastasio Córdova Lavado y su esposa Margarita Carranza Escudero. El sastre conectaba su radio y el mismo grupo de muchachos se congregaba aquí también, entre ellos recuerdo a Jorge “Chino” Vásquez Solís, Marcelino “Lolo” Vásquez, Rolando Arenas Cortijo, James y Pepe Barbarán Quiñones, Benjamín “Toto” Vergara, Pedro Reyes, Santos Vargas Laureano, Daniel “Carraguay” Cruz Paredes, Manuel Pardo Mariños, Félix Merchán Paredes, Gregorio Montalvo Mejía, Enrique “Chupa” Chumacero, Sixto, y Verónico. En la sastrería literalmente… no cabía un alfiler más.
Año 1971: escena de la bronca en "La Bombonera" Partido Boca Juniors - Sporting Cristal |
Recuerdo memorables partidos sintonizados en ambos lugares. La noche del miércoles 17 de marzo de 1971, por ejemplo, en la sastrería seguimos los detalles del encuentro jugado en “La Bombonera” por la etapa clasificatoria de la Copa Libertadores de América entre el Boca Juniors de Argentina y el equipo peruano Sporting Cristal. Se trataba del partido de vuelta, pues dieciséis días antes, en Lima, el Cristal ya se había impuesto por dos a cero.
Arremolinados en torno al radio del sastre, con pesar escuchamos el segundo gol del Boca, con el cual se ponía adelante por dos a uno. Pero en el segundo tiempo vino la reacción “rimense”, y con tanto de Carlos Gonzáles Pajuelo el marcador se emparejó dos a dos. El partido se puso “caliente” y hubo conatos de bronca. En el minuto 41 el zaguero “cervecero" Fernando “Cóndor” Mellán trabó fuertemente a Ángel Clemente Rojas, quien cayó al gramado. Vino el “xeneize” Oscar Antonio Pianetti y aplicó a Mellán un puntapié en la cabeza, éste perdió el conocimiento, sus compañeros Orlando “Chito” La Torre y “El Doctor” Eloy Campos acudieron a defenderlo.
Arremolinados en torno al radio del sastre, con pesar escuchamos el segundo gol del Boca, con el cual se ponía adelante por dos a uno. Pero en el segundo tiempo vino la reacción “rimense”, y con tanto de Carlos Gonzáles Pajuelo el marcador se emparejó dos a dos. El partido se puso “caliente” y hubo conatos de bronca. En el minuto 41 el zaguero “cervecero" Fernando “Cóndor” Mellán trabó fuertemente a Ángel Clemente Rojas, quien cayó al gramado. Vino el “xeneize” Oscar Antonio Pianetti y aplicó a Mellán un puntapié en la cabeza, éste perdió el conocimiento, sus compañeros Orlando “Chito” La Torre y “El Doctor” Eloy Campos acudieron a defenderlo.
A partir de ahí, la cancha de “La Bombonera” se convirtió en escenario de una colosal pelea: todos contra todos. De esa noche es famoso el tacle del peruano Alberto Gallardo en la cara del argentino Rubén José Suñé, dejándole impreso los toperoles del zapato en la mejilla. Sólo tres jugadores no participaron en la gresca: el arquero peruano Lucho Rubiños, el guardapiolas argentino Rubén Omar Sánchez, y el jugador peruano del Boca, Julio Meléndez. El árbitro expulsó a nueve jugadores del Boca y diez del Cristal, y suspendió el partido. Todos los jugadores fueron detenidos en una comisaría local, con excepción de Fernando Mellán, Eloy Campos, y Rubén José Suñé quienes fueron inmediatamente hospitalizados.
Mientras Roger, Fernando y yo salíamos por las noches para oír las transmisiones radiales mi papá se ocupaba de su tienda. Desde su mostrador atendía a la clientela. A menudo llegaban algunos conocidos para consumir cerveza, en tales casos mi padre cerraba el negocio más tarde que de costumbre. Mi mamá, luego de terminar las labores domésticas se dedicaba por las noches a sus costuras, sea reparando ropa de la familia, o cosiendo encargos para sus clientes. Por lo general mi papá no sabía de nuestras correrías nocturnas. Nosotros no le pedíamos permiso a él sino a mi madre. Ella nos dejaba ir y nos decía siempre: “No se hagan muy tarde para que su papá no se enfade”.
El año 1972 fue bastante significativo tanto en la vida familiar, como en los deportes que yo apasionadamente seguía. Ese año mi papá dejó su tienda de abarrotes para iniciar un nuevo trabajo fuera de la casa. En marzo se desbordó el río Lacramarca inundando parte de Chimbote, y golpeando severamente el jirón Balta y la avenida Aviación. La temporada profesional del José Gálvez FBC fue formidable y fuimos al estadio para verlo jugar de local, o en la radio escuchamos sus partidos de visitante. Y ese mismo año Universitario de deportes estuvo a punto de tocar el almíbar de la gloria: fue subcampeón de la Copa Libertadores de América, siendo la primera vez que un equipo peruano pudo acceder a la final de esta justa continental.
Los lectores que siguen Confesiones a un Árbol saben que 1972 fue un año especial en mi niñez, un año que recuerdo con desmesurada nitidez, no siendo una coincidencia que varios de mis relatos correspondan a este período. Una pena que no tuvimos un radio en este año, ni tampoco en el siguiente cuando el José Gálvez FBC disfrutó su última temporada en la década setenta en el fútbol profesional, despidiéndose el domingo 9 de diciembre de 1973 con una victoria por tres goles a uno sobre el Juan Aurich de Chiclayo en el estadio Vivero Forestal de Chimbote.
Pero como bien dice mi madre, “no hay mal que por bien no venga”. La falta de un radio nos hizo más creativos y le buscamos alternativas a su ausencia. Así, en 1973 inicié el buen hábito de caminar por las noches a la Biblioteca Municipal de la ciudad, donde devoré de punta a punta las páginas deportivas de los grandes diarios capitalinos de la época.
TERCER ACTO: EL SEGUNDO RADIO DE LA FAMILIA
Modelo del segundo radio de la familia |
En 1974 mi madre había venido ahorrando en forma secreta parte de los ingresos por sus costuras. Cuando supo que ya tenía suficiente dinero, caminó los quince minutos de distancia entre mi vivienda y el mercado Modelo de Chimbote. Una vez allí, hurgó entre los artefactos que exhibían los ambulantes apostados contra las amarillentas paredes del lado de la avenida Gálvez. Y jubilosa regresó a la casa trayendo en sus manos lo que sería el segundo radio de la familia.
Era un receptor portátil marca National de tamaño mediano, color predominantemente negro, algunas partes plásticas y otras con acabado metálico, funcionaba con tres pilas grandes, tenía dos perillas sobre el lado frontal-derecho para el volumen y la sintonía, y debajo de éstas, un botón para la onda corta o larga.
El arribo de este receptor marcó un punto de inflexión en la rutina de mi familia. Para mis padres y hermanos mayores fue una segunda oportunidad de entretenimiento, pero para los menores nos significó una experiencia inédita. La radio nos transportó a un mundo diferente. Las radionovelas llegaron unas tras otras, los noticieros también, y la música fue una sinfonía que endulzó nuestra adolescencia.
Ya hemos dicho que hacia entonces mi padre no estaba en la casa durante el día. El panadero de su juventud en Trujillo, y tendero de Chimbote, en 1972 había iniciado el tercer y último oficio de su vida, abrió un taller de triciclos y bicicletas en la avenida Buenos Aires de la ciudad. Ese mismo año mi hermano Roger terminó la secundaria e incursionó en un mundo más independiente del nido familiar. En tanto que mi hermana mayor Nelly en 1975 ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Trujillo, y se mudó a esta ciudad para iniciar un nuevo capítulo en su vida.
Los que permanecimos en casa nos cobijamos en el regazo de las ondas sonoras del nuevo radio. A la hora de almuerzo, por ejemplo, todos escuchábamos las radionovelas. Nos familiarizamos con Perfecto Gil, el niño malvado de “La Casa Roja”. El Doctor Tovar y Aleida Arrigual en una saga romántica. La mexicana Kitty de Hoyos en “Codicia”. Nuestra compatriota Saby Kamalich traqueteando su máquina de coser en “Simplemente María”. La voz mustia de Raúl Vásquez en la cortina musical de “Natacha”. Y cuando las pilas del receptor se bajaban y el sonido era insuficiente, acercábamos más cerca nuestras cabezas a fin de no perder detalle alguno del melodrama.
El Segundo Radio de la familia y los Noticieros:
Periodista Teobaldo Arroyo Icochea, Director del Radioperiódico "Embate" |
Mi padre fue un autodidacta. Una persona culta e informada. Él nos inculcó el interés por conocer los acontecimientos de la ciudad, el país y el mundo. Fue natural, entonces, que los noticieros locales se convirtieran en parte infaltable de la rutina del hogar. Por las mañanas, mientras mi madre preparaba el desayuno, y mi papá se alistaba para ir al trabajo y los hijos a la escuela, en la radio escuchábamos estos radioperiódicos:
- “Embate”, de Teobaldo Arroyo Icochea, por Radio Bahía.
- “El Noticiero de ENRAD Perú” (Empresa Nacional de Radiodifusión del Perú), de Radio Nacional a través de Radio Chimbote.
- “Voces y Canciones de mi Tierra”, de César Huerta Cruz, por Radio El Mundo.
Periodistas deportivos de Chimbote. (1) Ver mayor información de la foto al final del relato |
A partir del mediodía, y antes de las radionovelas, con mi mamá oíamos alternativamente lo siguiente:
- “Música y Noticias”, de Víctor Manuel Zavaleta, por Radio Interamericana.
- “Impacto”, de Alfredo López Aguilar y Juan Alvites Mendoza, por Radio Bahía, aquí la voz de don Alfredo iniciaba el programa con la frase: “Respetar para ser respetados, y siempre vigilantes contra todo tipo de mordaza”.
- “Boletín Sonoro El Noticioso”, de José “Pepe” Pascual Bueno, por Radio Interamericana.
- “La Hora de Enrique Huerta”, de Enrique Huerta Díaz, por Radio Progreso.
- “Panorama”, de Wilfredo Peláez Gularte, por Radio Progreso.
Y por las noches, con mi papá de vuelta en casa:
- “El Santa”, de Fernando Montenegro Centurión y Francisco “Paco” Romero Loli, por Radio Interamericana.
- “La Voz de Chimbote”, de Pablo Silva Villacorta y con quien estas líneas escribe, por Radio Bahía.
- “Yo Soy el Pueblo”, de Manuel Ríos Mantilla, por Radio Bahía, aquí recuerdo a la voz gallarda que iniciaba este programa con la célebre frase del mártir chorrillano José Olaya Balandra: “Si tuviera mil vidas gustoso las perdería antes de denunciar a mi compatriotas o de traicionar a mi patria”.
Periodista Jorge Alberto “Cocobeto” Rodríguez
Castillo, Director del programa Deportivo
“El Mundo de los Deportes”
|
Así que, con mi padre a bordo, fuimos asiduos oyentes también de los siguientes programas :
-“Chimbote en el Deporte”, de Manuel García Villanueva, por Radio Chimbote.
- “Progreso en el Deporte”, de Emerson Sánchez Matos, por Radio Progreso.
- “El Mundo de los Deportes”, de Enrique Morales Pumarica, y también Jorge Alberto “Cocobeto” Rodríguez Castillo, por Radio El Mundo.
- “Ondas del Deporte”, de Jorge Ocampo Boza, por Radio El Mundo.
- “Firmamento Deportivo”, de Carlos Gamarra Moreno, por Radio Interamericana.
- “Ecos del Deporte”, de Rolando Jimenez Uyequi, por Radio Interamericana.
- “Interamericana Deportiva”, de Manuel Novoa Valentín, por Radio Interamericana.
Periodistas deportivos de Chimbote. (2) Ver mayor información de la foto al final del relato (Foto: cortesía de Miguel Company Bisbal) |
Junto a los periodistas deportivos que preceden, recordamos también a otros más, y en forma especial a: Alejandro Torrejón Casana, Delmer Lara Gonzales, Bonifacio Torres Llerena, Juan Donayre Sihuas, Carlos Ignacio Barreto Vidal, Antonio Machuca Julca, Víctor Mantilla Marreros, Santiago Arauco Bueno, José Castillo Benites, Juan Cano Jara, y Miguel Company Bisbal.
Siempre pensé que los mejores narradores de la década setenta fueron Emerson Sánchez Matos y Jorge Ocampo Boza, sumándose a ellos Oscar Ortega Taboada quien llegó de Barranca a Chimbote a mediados de los ’70. Y de los comentaristas me gustó la trajinada experiencia de don Alejandro Torrejón Casana, y la capacidad analítica del padre Miguel Company Bisbal, quien en 1977 a su sotana le sumó el micrófono radial para deleite de la afición deportiva.
El Segundo Radio de la Familia y la Música:
La música que ingresó a mi casa con el nuevo receptor, me halló esperándola desde siempre. Fue un amor anticipado, como el de un amante que en una banca aguarda por alguien que aún no conoce, pero seguro está que ha de llegar.
Raphael fue sin lugar a dudas el primer cantante que admiré, imposible olvidar sus éxitos “Yo Soy Aquel”, “Digan lo que Digan”, “Cuando tú no estás”, “Llorona”, y “Ave María”. Las ondas del receptor nos trajo también a Jeannette con una canción que a mi adolescencia le cayó como anillo al dedo, “Soy Rebelde”, igualmente a Nicola Di Bari con “El Último Romántico”, al grupo I Pooh con “Debes Comprenderme”, y a Salvatore Adamo con “Es mi Vida”. A la lista de españoles que inició El Niño de Linares se sumaron Nino Bravo, Manolo Otero, Rocío Jurado, Peret, Camilo Sesto, Danny Daniel, Rocío Dúrcal, El Grupo Fórmula V, Julio Iglesias, Dyango, y muchos más.
Entre algunos de los grandes de nuestro continente que, igualmente, disfrutamos a través del segundo radio. De Chile: Juan Carlos, y su éxito “Los Perdidos”; Buddy Richard, y “Amor por Ti”; y grupos como Los Ángeles Negros, Los Galos, Los Cristales, Los Golpes y Los Cuatro Soles. De Argentina: El Greco popularizó “La Nave del Olvido”, y grandes fueron también Yaco Monti, Elio Roca, Palito Ortega, Leo Dan, Sandro y Leonardo Favio. De Brasil: Nelson Ned, José Augusto, Nilton César, y Roberto Carlos. De Uruguay: Los Iracundos. De Venezuela: Los Terrícolas. De Mexico: Armando Manzanero, Angélica María, Juan Gabriel y José José. Sin dejar de mencionar al puertorriqueño José Feliciano, y a Claudia de Colombia.
Entre lo nacional, Los Doltons con la voz de César Ychikawa grabaron una buena versión de Pearl Jam’s “Last Kiss” (“El Último Beso”). Destacaron también Lucho Barrios, Pedrito Otiniano, César Altamirano, Anamelba, Edwin Alvarado, Homero, Mitchel, Raúl Vásquez, Sagitario, Fabrizio, Edith, Rholando, Leoncio Burgos, Dino, La V Rebelión de Huancayo, y los grupos chimbotanos Los Fantásticos, Marco Merry y sus Golfos, Sama, y en forma especial Los Pasteles Verdes cuyos grandes éxitos dominaron la década setenta.
Por aquel tiempo la salsa aún no tenía mucha difusión en las emisoras de Chimbote, siendo la cumbia tropical la más popular del género bailable. Me vienen a la mente, por ejemplo, Los Destellos de Enrique Delgado, Pedro Miguel y sus Maracaibos, Los Pakines, Enrique Lynch y su Conjunto, “El Flaco” Freddy Roland y su Orquesta, Manzanita y su Conjunto, Juaneco y su Combo, Otto de Rojas y su Orquesta, La Parranda de Panamá, Hugo Blanco y su Conjunto, Popy y sus Pirañas, Los Girasoles con la voz de “El Chévere” Félix Martínez, Los Beta 5, Los Ecos, Los Yungas, Los Mirlos, Los Hijos del Sol, Los Diablos Rojos de Marino Valencia, Rulli Rendo Orquesta y Coros, el Grupo Celeste, y la orquesta Los Rumbaney de Chimbote.
Ahora bien, en cuanto a programas de música emitidos por las emisoras de Chimbote recuerdo que mis hermanas escuchaban a Antonio “Chito” Balta Rodríguez por Radio Chimbote; “El Show de Pepe el Cariñoso” y “El Show de Beto el Popular” por Radio El Mundo. Yo preferí la sobriedad profesional de Radio Progreso, donde admiré la diáfana dicción de Enrique Huerta Díaz y la melodiosa voz de Ernestina Miranda Pardo, locutores que evoco siempre con especial predilección.
El Segundo Radio de la Familia, Mi Papá y el Fútbol:
De los diez miembros que tuvo mi familia (mis padres y sus ocho hijos), nueve fuimos hinchas de Universitario de Deportes y el José Gálvez FBC. Mi hermana María fue la “oveja descarriada”, ella apoyó a nuestros clásicos rivales: Alianza Lima y Deportivo Siderperú. Excepción aparte, puedo decir que el haber disfrutado o sufrido juntos en familia, tanto de las penas como las glorias de nuestros equipos favoritos, fue un legado especial que el deporte nos obsequió en esta etapa de la vida.
“Pregón Deportivo”. Dupla de Oro: la voz
comercial de Carlos Alberto Sosa y la
narración de Oscar Artacho Morgado
|
El segundo radio nos permitió ponernos en contacto con dos legendarios programas deportivos de Lima, verdaderas catedrales de la radiofonía nacional: Pregón Deportivo, bajo la dirección de Oscar Artacho Morgado a través de Radio Unión, “La Radio”. Y Ovación, de Alfonso “Pocho” Rospigliosi Rivarola, por Radio El Sol, “Un Perú en Sintonía”. En mi casa sintonizábamos más al primero que al segundo, no solamente porque Radio Unión llegaba a Chimbote con más nitidez, sino también porque fuimos hinchas acérrimos de Oscar Artacho y su plantel.
Pregón Deportivo empezaba cada noche con el Himno de las Américas y terminaba con la voz de Artacho recitando dos frases: "Visite el Perú, conozca el Perú y compruebe el verdadero valor de la tierra de los incas”. Y la otra: “Cuide al niño, ayude al niño, el niño peruano es el futuro de nuestra nación”. Entre sus grandes narradores, aparte del mismo Oscar Artacho, recuerdo a Juan Velarde Grabulosa, Raúl Maraví Ayala, y Pedro Mina Silva. Entre sus comentaristas, Raúl Goyburo Ezeta, Miguel “Miguelito” de los Reyes, José “Pepe” Quelopana Rázuri, y Marco Aurelio Hidalgo. El reporte de resultados que llegaban de diversas partes del mundo a cargo de José “Pepe” Olivera. Y la locución comercial en las voces inconfundibles de Carlos Alberto Sosa y Hugo Almanza Durand.
Inevitable viene a mi mente “El Comentario de Don Raúl Goyburo Ezeta”, el cual era una sección dentro del programa, y que yo seguía con vivo interés. Igualmente, aquellos momentos cuando don José “Pepe” Olivera quería dar a conocer algún “flash” informativo e interrumpía la narración así, “Atención Artacho…”, y éste le contestaba, “Un momentito Pepe Olivera”, hasta que don Oscar encontraba una pausa y le daba el pase. Fue Oscar Artacho, precisamente, quien popularizó en el Perú el grito cantado de “¡Gooool!”, tal y conforme se escucha hoy en las transmisiones de fútbol.
Plantel de “Ovación”. (3) Ver mayor información
de la foto al final del relato |
Entre tanto, en Radio El Sol, don Alfonso “Pocho” Rospigliosi Rivarola transmitía su programa Ovación, teniendo como lema, “Ahí donde se hace deporte, ahí está Ovación”. Al igual que Pregón Deportivo tuvo también un plantel de lujo. En la narración Lucho Yzusqui Tataje, Juan Iglesias Menéndez, Miguel Portanova Claros y Roberto Zegarra. En los comentarios “Koko” Cárdenas Burga, Enrique Valdez Jaña, Lucho Garro, Luis Valdez Reluz, Littman Gallo “Gallito”, Carlos Enciso, Teodoro “Lolo” Salazar, y Renato Gonzáles “Mr. Huifa”. Las voces comerciales de Antonio Llerena Marotti, Alberto Cuya Rivera y Germán Villalobos Lino. Y los reporteros Orlando Huapaya “Huapayita” y Ramón “Chocherita” Sandoval. Un clásico de Ovación fue escuchar a Pocho preguntando, “¿Cuál es la pila Chocherita Sandoval?”, y éste que le respondía, “¡Rayovac es la pila!”.
No siempre fue fútbol, a través del segundo radio vibramos también con la actuación de nuestras matadoras que formaban la selección nacional de voleibol, quienes bajo la batuta del japonés Akira Kato escribieron páginas de gloria para el deporte peruano, con gratitud recordamos a Esperanza “Pilancho” Jiménez, Irma Cordero, Luisa “Lucha” Fuentes, Norma Velarde, Ana María Ramírez, Mercedes “Meche” Gonzales, Ana Cecilia “Anacé" Carrillo, Teresa Núñez, Olga Asato, Delia Córdova, Maruja Ostolaza, y otras grandes más de la década setenta.
En este mismo período también hizo noticia el equipo peruano de básquetbol femenino, donde destacaron Karin Junek, Bertha Román, Marilú Menéndez, Lidia Quintana, Roxana Rivera, Ketty Rojas, Rosa Quelopana, Kattia Manzur, Shelah Allison, Betsabé Dávila, y Rosa Salhuana. Me vienen a la mente el brasileño Ary Vidal y el norteamericano James “Jim” Sims entre los técnicos a cargo de nuestra selección.
Clemente Torres Rojas, piloto chimbotano
posa junto a su auto Volvo
|
También seguimos de cerca las peleas del boxeador de peso mediano Marcelo Quiñones, quien en 1976 llegó a ser campeón sudamericano. E, igualmente, le pusimos atención a las carreras de autos “Caminos del Inca”, “Presidente de la República”, “Seis Horas Peruanas”, y otras más en las que acumularon triunfos los pilotos Federico “Pitty” Block, “El Rey de las Curvas” Arnaldo Alvarado, “El Gringo” Henry Bradley, “El Zorro” Teodoro Yangali, Luis Carlessi, Peter Kube, y Julio César de las Casas.
Hubieron algunas competencias que incluían a la Panamericana Norte, tramo Chimbote en su ruta, en estos casos mis hermanos y yo con radio en mano subíamos a las lomas de arena de Laderas del Norte. Y desde ahí esperábamos ver pasar a don Arnaldo Alvarado y al chimbotano Clemente Torres Rojas para hacerles barra. Entre tanto, en la radio, desde los distintos puntos de transmisión se iba dejando escuchar el clásico anuncio de “¡Coooche a la vista!”.
Fui un fanático de los deportes, lo confieso. Y fui hincha a muerte de la “U”. Seguí cada noticia, cada partido, cada campeonato. Ninguna limitación fue obstáculo para estar bien informado. No tengo duda que mis mejores recuerdos de esta época se vinculan con mi padre: sea cuando lo “reclutamos” para los deportes, o cuando fuimos juntos al estadio Vivero Forestal para ver al José Gálvez FBC, o cuando en familia escuchamos los partidos de Universitario de Deportes.
Podría rememorar un sinnúmero de encuentros que en el segundo radio oímos con mi padre por aquellos años, pero me voy a referir sólo a uno, tal vez el que atesoro con más cariño y nitidez.
En 1974 la “U” cumplió sus Bodas de Oro y lo celebró con una campaña espectacular, fue campeón y estableció el récord de 36 partidos sin perder. Su técnico fue el argentino nacionalizado uruguayo, Juan Eduardo Hohberg. Este título le permitió al cuadro merengue participar en la edición 1975 de la Copa Libertadores de América, enfrentando en la fase eliminatoria al equipo peruano Unión Huaral y a los uruguayos Peñarol y Wanderers.
Como parte de esta etapa, la noche del domingo seis de abril de 1975, la “U” llegó al Estadio Nacional de Lima para jugar con el Peñarol el último partido de esta fase. Los cremas necesitaban ganarlo para pasar a la siguiente ronda de la Copa Libertadores, si empataban quedaban eliminados por diferencia de goles.
El primer tiempo concluyó con el marcador en blanco. La historia, en realidad, se escribió en la segunda mitad. La “U” se puso adelante por intermedio del “Gato” Cuéllar, pero vinieron dos goles uruguayos a través de Lorenzo Unanue y del artillero Fernando Morena. Corrían los minutos y seguíamos perdiendo. Luego Jota Jota Oré puso el empate para Universitario, lo cual seguía siendo insuficiente para pasar a la siguiente ronda de la justa continental. La “Garra Crema” siguió atacando, y faltando siete minutos para el pitazo final, el volante merengue Rubén Techera, de espectacular volea definió la clasificación en favor de la “U”.
Una explosión de júbilo se vivió en mi casa, e indescriptible fue la celebración en el Estadio Nacional. Rubén Techera, el charrúa que en 1971 llegó de Uruguay para jugar inicialmente por el José Gálvez de Chimbote, fue el héroe de la noche. Y esta memorable jornada dio lugar al nacimiento de la canción “Y Dale U”, interpretada por el mismo Rubén Techera, y que el paso del tiempo convirtió en himno de la hinchada crema.
“Y Dale “U”, vídeo producido por el director de
Confesiones a un Árbol.
EPÍLOGO:
Hacia fines de 1977 empecé un progresivo y claro desapego de la radio. Un cambio fundamental se produjo en mi vida entonces. Yo había cumplido diecisiete años de edad e inicié una militancia política a la cual me entregué en cuerpo y alma. Mi rutina, mis prioridades, y el uso de mi tiempo cambiaron radicalmente. Luego, en mayo de 1980 llegó el primer televisor en blanco y negro a mi hogar. Y el radio, tan importante en otro tiempo, se fue enmudeciendo en algún lugar de la casa, como aquellos juguetes viejos que son desplazados por uno nuevo.
El mundo era otro en 1980. Y yo también. Pero aun siendo cierto que uno cambia, en esencia seguimos siendo los mismos. En mi vida adulta viví una década en Inglaterra, y ahí me reencontré con la radio. Fui fanático de la BBC de Londres y a diario disfruté de sus programas. El año 2003 me mudé a Estados Unidos y aquí, a primera vista, fui flechado por NPR (National Public Radio), la tengo configurada en el dial de mi auto y nunca la cambio por otra estación. Ambas emisoras tienen algo en común: son progresistas, serias, e independientes de los grupos de poder. Y las voces de sus locutores son cautivantes, sobrias y profesionales.
Indudablemente son radios de otra dimensión, pero que me recuerdan al profesionalismo de Radio Progreso y a mis locutores favoritos, don Enrique Huerta y Ernestina Miranda, a quienes escuché allá en la década setenta en el puerto de mis amores. Anteriormente escribí algo sobre Ernestina, y hoy me viene a la mente. En mi relato titulado “Tacorita” (donde cuento la historia de los días en que trabajé con mi padre en su taller de la avenida Buenos Aires de Chimbote), dije lo siguiente:
“Tacorita es como una película en mi mente. Veo a un adolescente que en los rieles trabaja con un martillo, los cerros pétreos de Chimbote le devuelven el eco de su propio martilleo, y desde un radio a pilas, una locutora de nombre Ernestina, va tatuando al adolescente con la tinta indeleble de canciones como Es Así Como Te Quiero de Los Galos, El Último Romántico de Nicola Di Bari, o Amada Amante de Roberto Carlos”.
New Hampshire, USA
Marzo, 2019
DETALLE DE FOTOS:
(1) Periodistas deportivos de Chimbote. Junto a Humberto Martínez Morosini (centro), entre otros, aparecen: Víctor Mantilla Marreros, Rolando Jimenez Uyequi, Delmer Lara Gonzales, y Manuel Novoa Valentín.
(2) Periodistas deportivos de Chimbote. Arriba: Delmer Lara Gonzalez, administrador Carlos Mantilla, Miguel Company Bisbal, y Alejandro Torrejón Casana. Abajo: NN, y Antonio “Chito” Balta Rodríguez.
(3) Año 1978: Plantel de “Ovación”. De izquierda a derecha: Germán Villalobos, Carlos Enciso, Héctor Madrid, Luis Ossio, Antonio Llerena, “Koko” Cárdenas, “Pocho” Rospigliosi, Enrique Valdéz, Luis Izusqui, Juan Iglesias y Miguel Portanova.
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Excelente relato que nos brinda un repaso del valor de la radio en las décadas ’60 y ’70 y de su importancia para las familia peruanas de entonces. Escrito con la reconocida pluma de nuestro promo Eduardo Quevedo Serrano, para leerlo de un tirón de principio a fin. FELICITACIONES.
ResponderBorrarMuchas gracias a toda la gente de mi Promoción 72. Mi cariño para todos por Perú y por las diferentes partes del mundo donde se encuentren. Mi recuerdo para los que nos adelantaron en el camino. Abrazos.
BorrarCierto sólo el medio de comunicación masiva era la radio. Felicitaciones por hacernos revivir nuestra época. Eduardo Quevedo Serrano.
ResponderBorrarGracias don Manuel, hablando de usted y de su programa “Yo Soy el Pueblo”, digo en el relato: recuerdo a la voz gallarda que iniciaba este programa con la célebre frase del mártir chorrillano José Olaya Balandra: “Si tuviera mil vidas gustoso las perdería antes de denunciar a mi compatriotas o de traicionar a mi patria”. Abrazos.
BorrarGracias por hacerme recordar mi paso por la radio allá por 1964. YO SOY EL PUEBLO.
BorrarExcelente recuerdo de nuestra infancia y adolescencia mi estimado Eduardo. Saludos y que sigan los éxitos promoción. Claro la radio fue y será siempre muy importante, recuerdo que teníamos en casa un radio que funcionaba con 4 pilas y pasaban todo respecto al terremoto del 70, con las frases familia....Blas, etc sin novedad o familia ... Blas, etc con novedad.
ResponderBorrarHola Hugo, excelente apunte el que haces, efectivamente, durante el terremoto del '70 las emisoras propalaban el reporte del estado de las familias. No recuerdo si para entonces tú todavía vivías en el 21 de Abril, o si ya estabas en la calle Manco Cápac de mi barrio San Isidro. Abrazos.
BorrarMe encantó el relato y me llevó a Chimbote donde fuí recibido y querido como un hijo de esa tierra, gracias.
ResponderBorrarLas gracias a ti Rubén, te recordamos con cariño. Siempre fuiste GRANDE. Abrazos.
BorrarEduardito, siempre esperando leer tus hermosos relatos que con sencillez y claridad los haces. Veo que fuiste hincha de Ernestina Miranda, tuve el gusto de trabajar con ella en la UGEL, siempre escuché muy buenos comentarios sobre la calidad de voz y buena dicción, me alegra que alguien como tú se exprese muy bien de ella.
ResponderBorrarFelicitaciones por tus nuevos relatos que me encantan. Gracias, admiro mucho.
Saludos Flor, me honra tremendamente la atención que brindas a nuestros modestos trabajos. Abrazos.
BorrarExcelente relato Eduardo , la verdad que disfrute bastante y me contagie con todo lo que escribes y me remonta al pasado con todos los programas radiales de aquel entonces, especialmente trae a mi memoria las frases del periodista Jose Pascual Bueno en radio interamericana, cuando daba la hora equivocada a proposito para despues decir : miento ... o de donde si la gata no dice miau ....en fin bellos recuerdos rememorados gracias a ese gran talento tuyo, va mi agradecimiento especial x esta buenisima creacion tuya un abrazo a la distancia ..
ResponderBorrarUn transcurrir por el tiempo en ondas corta y larga, donde la radio era la maravilla que nos conectaba con el mundo, en un relato cargado de nostalgia y la sensibilidad de la pluma de Eduardo. Gracias por estos recuerdos, formé parte de la radio como comentarista de discos y animador en las radios Interamericana, Sudamericana y Progreso (1963-1966) , y esa etapa marcó mi vida.
ResponderBorrarUn abrazo grande Juan Julio, eres una persona que ha entregado su vida al arte y la cultura. Mi admiración siempre para ti.
BorrarFORMIDABLE artículo con visos enciclopédicos que va construyendo la historia de nuestro querido puerto. Y de la vida misma de nuestro Perú.
ResponderBorrarSumamente detallado y entretenido de principio a fin. Con nombres y fechas. Vaya trabajito, te tomaste tu tiempo o tiempazo, jaja.
¡Cooooooche a la vistaaaa!!! Jajaja
Como no recordar estas frases de los comentaristas radiales.
Mientras tú avistabas los coches de carrera en las arenas de Laderas del Norte, yo lo hacía en la avenida Pardo (entre Galvez y Balta), cerca a mi casa.
Como siempre decían los narradores deportivos: “Esto se está poniendo bueno”, así que voy a alistar las cosas en mi salón y regreso... ¿O debo decir?: “Un comercial y regresamos” Jaja.
¿Me estás hablando de la misma época cuando tenías a un pájaro cocho por mascota?: Mientras tú avistabas los coches de carrera en las arenas de Laderas del Norte, yo lo hacía en la avenida Pardo (entre Galvez y Balta), cerca a mi casa.
BorrarAmiguito que alegria ver tus Relatos de Antanio me uno a los Recuerdos de esos hermozos anios donde no habia celular, tablet ni menos una computadora. Pero eramos felices a nuestra manera yo vivi igual que tu pegada a un radio color verde a pilas y un Pickup que nos alegraba por las noches con los Discos de carbon de piedra, los Longplay.
ResponderBorrarA mi madre le gustaba las rancheras, su favorito era el famoso Pedro Infante. Mis hermanas mayores leyendo sus Novelas en las Revistas Corin Tellado. Esas epocas todo nuestros juegos eran sanos y divertidos.
Felicidades amiguito Eduardo por relatar tus historias vividas y que nuestra generacion de hoy sepan como fue la vida de un ninio y un adolescente en esos anios. No por ser pobres nos descarriamos todos somos personas respetadas y muy profesionales gracias a la buena crianza de nuestros padres y el complemento en nuestros centros educativos.
Saludos y bendiciones a tu hogar y familia. Francamente leyendo tus relatos uno se transporta a esa epoca y quisiera seguir y seguir leyendo y que nunca llegue al final.
Hola Beni, me alegra saber de ti, comparto plenamente tus conceptos, tenemos mucho de que sentirnos orgullosos en nuestro barrio San Isidro. Mi recuerdo para tus padres, cariños para la familia.
BorrarTUS RELATOS TIENEN ESA COSA BONITA DONDE LA SENCILLEZ SE VUELVE BELLO,, DONDE UNA COSA SIMPLE SE VUELVE UNA GRAN HISTORIA,, GRACIAS EDDY YA EXTRAÑABAMOS TUS RELATOS,, QUE TENGAS UN LINDO SABADOMINGO TE LO MERECES
ResponderBorrarMuchas gracias Teresa, recibo tus palabras con cariño y gratitud. Honrado de tu amistad. Abrazos.
BorrarHola Eduardo, recordé la noticia que salió en el diario El Faro de noviembre de 1963 donde hubo una pelea en radio Interamericana por un concurso de Twist y no había acuerdo por los ganadores ja ja ja. Recordé los avisos de radio Interamericana en los 1300 AM, Bahía en los 660 AM. Hay un audio de radio Victoria en el YouTube de 1966.
ResponderBorrarHola Jonathan, vamos a conversar sobre el tema (radio Interamericana/ concurso de Twist), me pregunto quiénes serían los locutores/animadores del concurso en esa época. Abrazos.
BorrarUn texto totalizador que cubre varios aspectos de la radiodifusión en nuestra ciudad durante los años 70. Gracias SAMPEDRANO Eduardo Quevedo Serrano, con su debido permiso estaremos compartiendo su publicación en nuestra página. Felicitaciones.
ResponderBorrarMi gratitud a mi Alma Mater, siempre. Desde luego, procedan a compartir mis publicaciones.
BorrarLa narrativa es tan amena y real que desde que se comienza a leer te obliga a terminar de leerla, nunca nos prives de tus trabajos mi amigo. Mil gracias maestro.
ResponderBorrarLas gracias a ti Rosa Esther, encantado con la atención que brindas a mis modestos trabajos. Abrazos.
BorrarCreo que la solida base de los padres se refleja en los hijos, estimado amigo Quevedo como te llamaba, lo que haces es cultivar una reflexion profunda de la historia que pocos lo hacen con bastante claridad y sentimiento como lo haces tu.
ResponderBorrarQuevedo iniciastes algo bonito y muy seguro lo seguiras haciendo mejor.
UN FUERTE ABRAZO A LA DISTANCIA
Muchas gracias Rolando, agradezco tus conceptos. Increíble el pensar que ya ha pasado medio siglo desde que compartíamos carpetas allá en nuestra escuelita primaria. Abrazos.
BorrarBuena reseña de las vivencias de la epoca, en esas epocas del 50' se sufria de agua. desague que desembocaban al mar por la calle Aguirre, aslfaltado de las calles, el polvo predominaba, se escuchaba Radio Trujillo, ademas nuestros gobernantes eran informales, acerca de la radio, en 1958 recien llega Radio Chimbote y era una alegria popular.
ResponderBorrarLos Chimbotanos hemos vivido de todas problemas como los 02 incendios del Barrio Acero, a raiz de ello nacio el 21 de Abril, inundacion de rio Lacramarca, terremotos, etc. y eso es un sello de porteño, con tu vivencias haz puesto el punto de recordar lo que uno ha vivido.
Gracias Eduardo y sigue en ese camino que se puede complementar con los narradores deportivo como Chalo Gutierrez , anecdotas del campo deportivo Vivero Forestal, Paul Harris, Pensacola, cancha Miramar,etc.
Saludosi estimado Eduardo un abrazo esperemos vernos.
Hola Pedrito, tenemos que reunirnos la próxima vez que viaje al Perú para seguir conversando sobre tantos temas que nos apasionan, y cuyos caminos siempre conducen a Chimbote. Un abrazo hermano.
BorrarHola Eduardo: interesante y excelente como todas tus demás creaciones. Te agradezco el haberme hecho retroceder en el tiempo y revivir muy bonitas epocas pasadas y disfrutar de los programas radiales de nuestra epoca, al igual que tu tambien tenia en casa un radio el cual nos tenia al tanto de las noticias y de la musica de moda de esos años.
ResponderBorrarMucho recuerdo al periodista Jose Pascual Bueno de radio Interamericana cuando en su noticiero daba la hora y luego decia: “¡miento!”, rectificánse a proposito ....y tambien decia: “de donde si la gata no dice miau” jejejeje frases que siempre eran motivo de la conversacion entre los muchacho del barrio e incluso a veces so le deciamos a él directamente a su paso por la emisora donde laboraba pues quedaba en Magdalena Nueva muy cerca de nuestro baŕrio . Algunas veces con los muchachos del barrio nos ibamos a la radio y presenciábamos en vivo los concursos y programas que se llevaban a cabo, en fin muchos recuerdos similares casi como los tuyos experimenté y hace 2 dias que tuve el placer de leer tu nueva creacion, me reencontre con esa bella epoca de mi vida.
Felicitaciones estimado amigo por este nuevo relato y un abrazo a la distancia.
Hey Koky, gracias por los aportes. Aquí va una lista de las frases famosas de Pepe Bueno:
Borrar"¡Miento!!"
"De donde michi si la gata no dice miau”.
"¡Qué pasa en el Congo, qué pasa en Camboya, qué pasa en Sebastopol!" (refiriéndose a algún problema o noticia fuerte de algo que acontecía en algún lugar).
Y, refiriéndose a algunos de sus auspiciadores morosos, decía: "Nuestro amigo X tiene que pasar por los estudios de Radio Interamericana para recoger una encomienda que ya está oliendo mal".
Nombres de muchos vecinos conocidos, también calles y negocios de nuestro barrio quedan registrados para la historia a través de este bello relato. Felicitaciones.
ResponderBorrarMuchas gracias, saludos para los amigos y vecinos de nuestro barrio. Abrazos.
BorrarMe encanto tu relato eduardo, bastante historia, bastante gente de san isidro sale del anonimato gracias a tu escrito, esperamos tu proximo relato, felicidades.
ResponderBorrarSaludos Claudia, gracias por la lectura y tus palabras. Abrazos.
BorrarMaravilloso relato Eduardo. Me hiciste recordar el taller de Electrónica del Dr. Vidal. Yo hice mis prácticas en el verano del 73. Con ello fui acumulando certificados para optar mi Título.
ResponderBorrarAprecié dos etapas de la radio en tu vivencia lo cual recuerda mi época de estudiante. Primero estudiamos la Radio.TV. con los llamados Tubos o válvulas luego vinieron los Transistores que justamente coincide con la segunda radio que adquirieron. Ya más adelante la tecnología fue avanzando con la llegada de los circuitos integrados.
Que bello es recordar. Recibe mis cordiales Saludos Amigo.
Un abrazo grande Willy, me encanta saber que disfrutaste del relato, tratándose de radios estoy seguro que te sentiste como pez en el agua. Abrazos hermano.
BorrarEn primer término, debo exteriorizar los detallados recuerdos de tu niñez y adolescencia. Asimismo, la sabia recomendación de tu padre para comprometerlos a escuchar las noticias, que es una manera de inyectar cultura cotidiana.
ResponderBorrarNo hay duda que la radio, hasta hoy, es la vía de mayor alcance y recursos informativos. En su trascendencia, comparte con el poder de la prensa escrita. Tu relato, me ha traido memoria a colegas de antaño, como Alfredo López Aguilar, cuando con su característica voz empezaba con su lema:"Respetar para ser respetados y siempre vigilantes contra todo tipo de mordazas". Y en el plano nacional, a Littman Gallo "Gallito", quien como teníamos un parecido común, bromeando muchas veces nos fotografiaron juntos, en eventos celebrados en Lima.
En síntesis, tu narración no deja de ser un grato testimonio de una época que marcó en tu vida, adyacente al progresivo desarrollo de Chimbote. Y dice a la vez, de tu lucidez en el campo literario. Felicitaciones.
Los relatos de Eduardo no solamente son cautivantes y su lectura nos atrapa desde que leemos el primer párrafo, sino que además vienen documentando toda una época, el rigor con que escribe detalla nombres completos, fechas, contexto en que se dan los eventos. No tengo duda que serán fuente de consulta para las generaciones venideras.
ResponderBorrarLo recuerdo escribiendo con buen gusto y amplio conocimiento desde que compartíamos carpeta en el colegio San Pedro y él hacía casi solo las tareas (letras) del grupo… pero yo le pagaba el favor con las tareas de matemáticas jejeje.
Felicitaciones Ed, sé que en estos momentos estás chambeando como loco limpiando la nieve… pero no dudo que esos son también tus mejores momentos de inspiración!!
Sr Eduardo Quevedo Serrano, me encantan sus relatos, los leo y me transporta a mi Chimbote querido.
ResponderBorrarSon preciosos tus relatos llenos de pasión y el recuerdo preciso gracias amigo
ResponderBorrarEduardo, No solo es un relato, es una historia real que me ha permitido rememorar el tiempo vivido, recorriendo las mismas calles y recordar con nostalgia el tiempo ido, las voces de la radio, viejos periodistas, sus famosas frases, nuestra música favorita, los relatos deportivos en fin Recuerdo en la Radio progreso la voz de Mirtha Villanueva, de Ana Maria Comezaña anunciando los Hits del momento. En suma, leer tu relato,ha sido un viaje al pasado, reencontrarme con lo que ya se creía olvidado pero que esta aqui en nuestra memoria. como reza la frase "RECORDAR ES VOLVER A VIVIR".
ResponderBorrarGracias Eduardo. Un abrazo
Gracias amigo, por tenerme presente en tu relato, te felicito EDUARDO,, que nos hace vivir nuestro hermosos recuerdos, estoy pendiente de tus nuevas.
ResponderBorrarEduardo felicitaciones por tu relato, muchos recuerdos de tu vivencias de tu infancia, soy testigo del relato por que siempre llegaba a tu casa cuando era niño, un fuerte abrazo a la distancia.
ResponderBorrarBarrio San Isidro de Chimbote x supuesto k si kerido Edu y como vecinos desde niños conocemos todo lo de tu casa xq? Mi padre Sr. Teófilo Rodríguez iba de vez en cuando a tomar unas cervezas en el negocio de tus padres, y hasta yo iba a comprar. Son recuerdos muy lindos de nuestra niñez...MUCHOS ÉXITOS... Saludos a la distancia.
ResponderBorrarMuy aleccionador, reflexivo y emotivo tu apreciable confesión que haces a través de un relato histórico y anecdótico. Constituye el hermoso lado humano de tu niñez y adolescencia, que pasa a insertarse en las páginas literarias. Felicitaciones.
ResponderBorrarPara leer esta historia tenia q estar sola y aislada de todo. Será porque al igual que todos los que te conocimos desde entonces, estamos ansiosos por leer cada uno de tus relatos. Gracias amigo Eduardo Quevedo Serrano por trasladar mi mente a aquellos años de una infancia tan feliz, tambien recuerdo con cariño y nostalgia a todas las personas q mencionas de la Av. Aviación, y tambien cuando dices que tener una radio en casa era muy importante y sí, habia q esperar los horarios q se trasmitian cada programa.
ResponderBorrarSomos muchos los que nos sentimos tocados emotivamente en tus historias, musica del recuerdo, y todo lo que aki relatas es fantastico… pero a medida que iba yo leyendo hubo algo que me impacto é hizo que mi corazón se llenara de emoción porqué recordé con mucho alegria el origen de mi apodo CHISITA. Un sobrenombre que con amor llevo gracias a mi recordada madrina, no detallare xq es larga la historia pero fue casualmente por la novela que mencionas y estaba de moda en esa época: NATACHA. Desde entonses (10 años tenia) para todos en el barrio y escuela asi me llamaban.
Una ves más gracias amigo y de mi parte que Dios te siga iluminando con amor y sabiduria y continues regalando alegria a tus seguidores, desde Argentina muchas bendiciones para toda tu familia… tu amiga del alma CHISITA.
El paso de la radio por nuestras vidas es notable "nos acerco", "nos junto con la familia y amigos" por muchos años, luego el desarrollo de otros adelantos de comunicación masiva lo fueron desplazando, pero tal como paso con el libro "siempre tendrá seguidores", yo aun me acompaño de una radio, Gracias Eduardo por revivir acontecimientos tan importantes, tu obra es reconocida y perdura en forma escrita y posiblemente se la haga conocer a través de la radio. Un abrazo
ResponderBorrarInteresante tu relato y me haces recordar mi infancia en los 70 y después mi adolescencia en Chimbote, te felicito y sigue escribiendo sobre nuestro querido Chimbote
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