MIS VECINOS IRVING & BÁRBARA
Fue recién el viernes 14 de noviembre cuando me enteré que mi vecina Bárbara había dejado de existir, a eso de las siete de la noche me lo confirmó mi esposa. Había llegado del trabajo y noté que frente a su casa había un cartel que decía “En venta”, a continuación abrí mi puerta y saludé a Terry pero ella me recibió con una pregunta: “¿Has visto el letrero?”. En ese mismo instante sentimos una revelación, ella saltó a su laptop y escribió el nombre de la vecina, luego alzó la vista y con la voz quebrada me dijo: “¡Dios mío, ha fallecido el 30 de julio!”.
Terry, mi hija y yo nos habíamos mudado de Europa al estado de New Hampshire en USA el año 2003. Inicialmente vivimos en la ciudad de Portsmouth, luego en Dover, y en junio del 2005 nos establecimos en Rollinsford. Anteriormente ya he mencionado que aquí soy el único inmigrante latino, la población es exclusivamente blanca y los lugareños mantienen una cordialidad distante e inexpugnable. Sin embargo, mi vecino Irving Young fue el primer amigo que tuve en el pueblo.
Lo conocí el sábado de mi primer fin de semana en la nueva casa. Ese día, mientras rastrillaba el grass reparé que desde el jardín vecino un hombre de aspecto mayor y semblante amable me seguía con la mirada, por unos minutos pretendí no darme cuenta, pero luego corté por lo sano: esbocé una sonrisa y lo saludé con una venia, él correspondió de la misma manera. Entonces dejé mis herramientas en el suelo, me retiré los guantes y me acerqué para presentarme. “My name’s Irving”, me respondió.
Era un gringo alto, de setenta años de edad y jubilado de la General Electric. No me pareció notar en él signos evidentes de una salud resquebrajada. Lo que sí resultó obvio fue su buen talante para la amistad y la conversación. Muchas veces me esperó en su puerta a que volviera del trabajo, en ocasiones cruzamos un saludo y en otras compartimos una breve charla, pero los fines de semana conversábamos con amplitud mientras yo limpiaba mis jardines y cortaba el grass.
Al atardecer del jueves 27 de octubre del mismo 2005 intercambiamos un saludo desde nuestras puertas. Más tarde fui a la vecina ciudad de Dover para mi acostumbrada clase de yoga y a mi regreso, desde la distancia, vi una ambulancia y un carro policial frente a la casa de Irving. Era una noche fría y en penumbras. Las luces de emergencia de las unidades proyectaban presagios amorfos en la oscuridad de la calle. Y yo me fui a dormir con el mal sabor de la incertidumbre.
La llegada del nuevo día confirmó lo que yo había soñado toda la noche: Irving ya no estaba más en este mundo. Falleció en la misma casa donde nació y vivió toda su vida. Había sido un amplio conocedor del pueblo, sus calles y sus casas. Durante los cinco meses de nuestra amistad me repitió siempre lo mismo: “Anda a descansar, nunca va a crecer grass en tu corral. Conozco tu casa desde que fue construida y a todos sus dueños antes que tú. Ahí criaron animales por muchos años y estuvo siempre cubierto de excremento”. Yo lo escuchaba con respeto, y en mi mente me decía: “Carajo, si ésto ha estado empapado de abono, mayor razón para que crezca el grass”.
Un día toqué su puerta, quería pedirle permiso para hacer un pequeño jardín alrededor de un árbol asentado sobre la misma línea medianera. Escuché el ruido del televisor adentro pero no abrían la puerta, cuando estuve a punto de retirarme salió Bárbara, hermana mayor de Irving y a quien yo todavía no conocía. El encuentro no fue auspicioso. No sé si fue la barrera del idioma o tal vez la desconfianza, pero el punto es que ella no me dio razón de su hermano. Yo hice el jardín de todas maneras, días más tarde él me lo agradeció y dijo que le gustaba.
Después de la muerte de Irving comencé a ver a Bárbara con mayor regularidad, especialmente los sábados a las ocho de la mañana en que nuestras rutinas coincidían y ambos llevábamos la basura al relleno sanitario del pueblo. Para entonces nuestro saludo no pasaba de una ligera inclinación de cabeza. Ella se había mudado de New York donde tiempo atrás trabajó como oficinista y se instaló en la casa de Rollinsford. Para el cuidado del grass contrató a un vecino quien poco después perdió su propia casa por deudas al banco y finalmente dejó el pueblo. El césped comenzó a lucir abandonado. Algunas veces tuve la iniciativa de cortarlo, en otras ocasiones lo hizo el vecino del otro lado de la casa de Bárbara. Lo mismo hacíamos con las hojas del otoño. Y en el invierno Terry limpiaba la nieve de la puerta para que Bárbara pudiera salir en caso de emergencia. El hielo de la desconfianza inicial pronto dio paso a la amistad.
Un día terminé de cortar su grass y Bárbara salió a mi encuentro. Traía dinero en la mano y me lo ofreció. Yo no lo acepté. Ella avanzó hacia mí para poner los billetes en mi bolsillo y yo retrocedí, ella me persiguió y por un instante parecimos colegiales correteando durante el recreo, hasta que me detuve, la miré a los ojos, y le expliqué que yo no esperaba ningún pago a cambio de mi ayuda. Aquel día me di cuenta que ella tenía un cierto parecido a mi madre, tiempo después me enteré que también tenían la misma edad. Desde entonces, en ocasiones me he preguntado si aquella fue la razón por la que siempre me sentí a gusto haciendo algo por ayudarla.
Es muy posible que fui yo quien recogió la última correspondencia que llegó para ella. Fue el sábado primero de noviembre. Al romper el alba ya me encontraba limpiando las hojas del otoño frente a mi casa, y luego pasé a la vía de entrada de Bárbara para hacer lo mismo. Cerca al buzón del correo, casi sepultado por las hojas, encontré un catálogo comercial dentro de una bolsa plástica. Lo arreglé con cuidado para que no se mojara, y lo puse sobre su carro pensando que lo vería a las ocho de la mañana cuando saldría a llevar su basura.
Quienes siguen de cerca mis relatos saben que escribo desde la misma ubicación: Una mesa contra la ventana que da frente al árbol de mis confesiones. A un paso del árbol está la vía de entrada a la casa de Bárbara, lugar donde ella siempre estacionó su auto Ford Taurus color plateado, de tal suerte que siempre lo he tenido a la vista. Últimamente había dejado de ver a Bárbara pero no tenía plena conciencia de ello. Un indicio importante de su ausencia me lo dio el catálogo que puse sobre su auto, pues pasadas dos semanas éste continuaba en el mismo lugar.
Hoy sábado 15 de noviembre me asaltan sentimientos encontrados. Sigo pensando en Bárbara. Falleció el 30 de julio mientras yo me encontraba en Perú, y desde que regresé no supe leer los signos de su partida hasta recién anoche cuando vi el letrero frente a su casa. Esta madrugada estuve escuchando canciones de Leonardo Favio, pero la música no me trajo el sosiego que buscaba. A través de la ventana veía al árbol sin hojas, al auto plateado sin dueño, y a la casa vacía sin su única ocupante. Horas más tarde, por fin Terry se levantó de la cama y tomó su primer café de la mañana, señal que ya podíamos conversar.
“Quiero escribir sobre Bárbara”, le dije. Mi esposa tomó un sorbo de su taza, me observó con compasión y me respondió: “Desde anoche vengo esperando esas palabras”. Volví a mirar hacia afuera y reparé en la belleza del nuevo día. El cielo era azul y alrededor de la casa mi gato Kitty correteaba ardillas en el grass que logré hacer crecer pese a todo. Ya sin dudas, empecé a escribir este relato.
New Hampshire, USA
Noviembre, 2014
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Sentimientos encontrados en el relato y lindos gestos de tus dos vecinos,me recuerda a la amabilidad y cariño que recibo de las familias alemanas donde trabajo.
ResponderBorrarEs una pena que en muchos países desarrollados las personas ancianas no tienen familiares a su lado, por eso me gusta más las costumbres de Perú y los países latinos.
Suerte Hermano…..
Saludos Mary. Gracias por tus palabras. Espero que el clima esté bueno por Berlín. Bendiciones!
BorrarEduardo
Muy bello relato Amigo Eduardo. Cuando uno comienza esa relacion de Amistad algo tímido o lento y luego se va haciendo grande con el pasar del tiempo y la buena camaradería que luego la vecindad fuera como nuestra familia.
ResponderBorrarQue pases un excelente fin de semana.
Willy Martínez Loyola
Hola Willy, un buen fin de semana también para ti y los tuyos. Gracias por tus palabras, concuerdo con tus conceptos.
BorrarUn abrazo hermano,
Eduardo
Hola Eduardo, estoy yendo al trabajo, es un día un poco frío y triste… un marco ideal para leer tu relato, viene a mi mente mucha gente que vive sola y lo único que le acompaña es alguna enfermedad, a veces esperando la compañía, alguna conversación para llenar sus vacíos, cuanto me alegra saber de tu espíritu solidario con tus semejantes… me has dejado muy conmovido con tu relato mi querido amigo.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo y saludos para tu familia.
Javier
Hola Javier, siempre un placer recibir tus palabras. Estoy contigo: Clima-estado de ánimo-inspiración son una trilogía que van de la mano.
BorrarUn abrazo hermano, que las cosas vayan bien en el trabajo, cariños para la familia.
Eduardo
Buen relato de la vecindad porque al vivir siempre existirá las vivencias de nuestros vecinos en tener amistades cercanos y apoyo.
ResponderBorrarUn abrazo y cuidate
Pedro
Un abrazo Pedrito. Un buen fin de semana, cariños para la familia y amistades por Trujillo-Perú.
BorrarEduardo
CHEVERE EDUARDO, UNA BONITA AMISTAD Y LA PENA DE LA PARTIDA DE TUS VECINOS HAN INSPIRADO ESTE BELLO RELATO.
ResponderBorrarFELICITACIONES.
Chévere amigo! Un abrazo grande para ti.
BorrarAgradezco tus palabras.
Eduardo
Que bonito relato. Así empieza la amistad con nuestros vecinos,un poco distante,pero luego con la buena convivencia se hace fuerte y entrañable. Pero cuando ya no están con nosotros,sentimos su ausencia.
ResponderBorrarSaludos recordada Silvia, gracias por tu lectura, gracias por tus palabras.
BorrarUn abrazo,
Eduardo
Bello y tan real...es difícil, no imposible, establecer lazos amistosos con las personas naturales de este país, sumados al idioma, como tú recalcas, también se agregan prejuicios, ignorancia , desconfianza, etc. Todo esto afortunadamente son superados por la fuerza del corazón, la sinceridad que emana del ser humano, cualquier sea su raza, color o religión. He vivido estás experiencias y ya sé, que la formula es sólo sinceridad, muchas gracias estimado Eduardo Quevedo Serrano. Un tema permanente y actual!
ResponderBorrarHola querida Beatriz, agradezco la claridad y certeza de tus palabras, las comparto plenamente. Un buen fin de semana. Abrazos & bendiciones!!
BorrarEduardo
Admirado Ed: Cada vez quedan pocos "Irvings" y "Barbaras", felizmente existe Eduardo Quevedo para trazar sus semblanzas como justo homenaje a quienes tratan bien a los inmigrantes, a quienes ayudan a la integración sin fijarse en razas ni medios económicos.
ResponderBorrarEstas prosas atesoran justicia, pero también gratitud, son las reciprocidades que la vida exige y demanda, para un mundo mejor, aunque ellos hayan marchado a otros confines, sus ejemplos quedan, pero seguro estoy, querido escritor, que allí donde se hallen desde sus propios firmamentos, sonreirán porque ha germinado la siembra que en su momento realizaron.
Un gran abrazo y nuevamente agradecido por esas lecciones que nos brindas a través de la elegante literatura, a partir de tus propias vivencias.
Un gran abrazo.
Ro.
Hola Ro, al escribir para agradecer tus palabras, lo hago sentado frente a la misma mesa y ventana que avistan la casa de Bárbara. Te cuento que el auto continúa en la misma ubicación, su color plateado casi se mimetiza con la nieve que lo cubre casi por completo. Anoche tuvimos 12º C bajo cero, hoy el cielo es azul otra vez y veo la nieve del carro derritirse gota a gota.
BorrarGracias otra vez, un fuerte abrazo, cariños para tus engreídos en Barcelona. Y salud por el amor!!
Eduardo
BUEN RELATO AMIGO EDUARDO,TRISTE ,PERO MUY RECOMFORTANTE EL SABER QUE PUEDO CONTAR CON AMIGOS COMO TU..
ResponderBorrarUN ABRAZO.
TU PATA ,,,CHACA.
Hey Chaca, gracias por tus palabras. Me alegró saber que te fue muy bien durante tu último viaje por Panamá y Perú.
BorrarUn abrazo,
Tu pata Chato
EDDY: ME ENCANTA TU RELATO PORQUE NOS MUESTRA LAS ANGUSTIAS,LAS DUDAS Y LA FELICIDAD DEL ESCRITOR,, LA LECTURA ATRAPA A TUS LECTORES,,, AL FINAL NOS QUEDA UNA SONRISA PORQUE EL ESCRITOR ES FELIZ.
ResponderBorrarOTRA COSA: CUANDO LEIA TUVE PENA PORQUE LA GRAMA NO CRECIA,, PERO AL FINAL DEL RELATO NOS ENTERAMOS QUE EN REALIDAD SI LOGRASTE QUE CRECIERA. FINAL FELIZ¡¡¡
TECHY TRUJILLO
Estimada Techy, tú también me has atrapado con tu bello comentario. Muchas gracias. Y gracias también por apreciar el pequeño detalle relacionado al grass.
BorrarUn abrazo,
Eduardo
Ed, tu relato es cautivante y mantiene al lector en vilo de principio a fin. Además este relato tiene algo adicional: muestras con más transparencia tus dudas y angustias pero siempre dentro de la línea sobria que te caracteriza.
ResponderBorrarLeyéndote, leyéndote voy aprendiendo un poco más y puedo apreciar tu técnica narrativa. La importancia del primer párrafo y el remate final. CONCLUSIÓN: Gol de media cancha!! Además, al final “amarras” los cabos sueltos que a propósito, y con la finalidad de hacerlo más interesante, vas dejando suelto a través del relato.
¿Doy en el clavo o no? Jajaja…
Un abrazo de pelícano,
Tu amigo Marco
Marquito, a este paso vamos a terminar tu escribiendo y yo comentándote... Jajaja!! Desde luego que das en el clavo. Gracias por tus palabras hermano. Me alegra saber que te está yendo bien en Tocco Salón.
BorrarCuídate y a trabajar duro se ha dicho!
Un abrazo,
Ed
Felicitaciones estimado Eduardo, como ya nos tienes acostumbrados un excelente relato que cautiva de principio a fin a todos sus lectores!...Éxitos & Bendiciones siempre!!..
ResponderBorrarSaludos Nena, gracias por tu lectura. Un buen fin de semana amiga.
BorrarAbrazos & bendiciones!!
Eduardo
ME ENCANTO!!!! SIEMPRE CON LUJO DE DETALLES QUE ES LO QUE CARATERIZA TUS RELATOS, LO LEI Y IMAGINE LAS IMAGENES QUE PASABAN POR TU MENTE MIENTRAS TE PREPARABAS PARA ESCRIBIR, ME GUSTA LO QUE ESCRIBES MI QUERIDO AMIGO, BUEN INICIO DE SEMANA. SALUDOS PARA TERRY Y DORTHY.
ResponderBorrarSaludos Gladys, aprecio tus palabras estimada amiga. Agradezco tu lectura y la atención que prestas a Confesiones a un Árbol. Que estés disfrutando de un buen fin de semana, cariños para la familia!!
BorrarEduardo
Hermoso relato, me encantó mucho, asi es al principio una amistad, despues cuando no están los extrañamos. Muchas gracias por tan bello relato.
ResponderBorrarCuídate, desde Tampa, Florida, USA… Victor Antonio Santana
Un abrazo grande Víctor Antonio, saludos para la familia y amistades por Florida y la tierra huaralina.
BorrarAbrazos,
Eduardo
La idiosincrasia presente en este relato. Eduardo, tu articulo nos sumerge en un mundo tan diferente al nuestro, tu pluma nos ilustra y nos hace participes de una historia trágica. Continúen tus éxitos, especialmente en el mundo literario. Un fuerte abrazo amigo.
ResponderBorrarEs indudable que un tema como el del presente relato evidencia las diferencias culturales. En Perú las noticias del vecindario vuelan, especialmente las malas. Otra cosa, coincidentemente Irving fue soltero sin hijos, y su hermana Bárbara también. Personas mayores y solas en una casa grande.
BorrarUn abrazo Bernardo, gracias por tus palabras
Eduardo
Eduardo, este es otro de tus bellos relatos que me gustó enormemente; sencillo, pausado, sentimental, digno de valorar el arranque de la virtud que hay en ti : generosidad y solidaridad. Es una pena que algún día todos tengamos que partir... anoche precisamente echaba cuentas de la edad de nuestra madre Elsa 81 años.....aunque no tenemos la vida comprada, cualquiera podemos "ir a dormir" a menos edad que Barbará o …"su gemela en la mirada".
ResponderBorrarEn realidad es un bello relato inspirado en una verdad que no siendo en cantidad, amical, lo fue en calidad, con tus dos vecinos más preclaros en tu barrio. Yo agradezco a Dios el paso de tus vivencias y la forma como pasas tus días junto a los tuyos, son pocas las familias perdurables; es que todo se debe a lo que se llama "tener aguante para vivir la vida día a día" que pocos lo tenemos, Ej. yo puedo ser impetuosa, pujante etc. pero mi gran defecto : la impaciencia con la que lucho cual guerrera y me vence la mayoría de veces , es por eso que no estoy en ese grupo admirable del gran "aguante" por más que lo añoro.
Solo Dios nos da y solo Dios nos quita; todos debemos empezar una reorganización en la vida que es : portarse bien para estar en paz con Dios, con los semejantes y con uno mismo. Es así como te veo en este relato, que aun habiendo partido ya tus dos grandes vecinos IRVING & BARBARA, pese ello no debes sentirte abrumado sino confiado de tu buena conducta con ambos; es decir que te quede ese sabor dulce y trivial de haber sido con ellos genero solidario, amistoso, y, un desinteresado buen vecino; la POLITICA DEL BUEN VECINO es la que toda persona debemos seguir como ejemplo porque la mirada atenta DEL QUE ESTÁ ARRIBA, eso quiere: que seamos justo, generosos , humildes y compartamos unos a otros lo que nos puso en la tierra para disfrute . Tu por Ej. Compartes con tu familia originaria, la nuclear, también con tus vecinos, amistades, así sea una sonrisa aun eso cuesta mucho, no tiene precio el efecto que surte en el instante preciso en el tercero agobiado, es como darle una palmadita cariñosa en el hombro y justo eso, el lo necesitaba.
Gracias por este nuevo compartir literario que no tiene nada que envidiar a cualquiera escrito esbozado por algún ganador de best seller
Hola Nelly, gracias por tu lectura y por tus palabras. Aprecio inmensamente la capacidad que tienes para analizar y/o interpretar los relatos que voy presentando.
BorrarPor favor, saluda a mi mamá de mi parte, le hago llegar un beso.
Eduardo
que hermoso relato,reflejo en ella tu solidaridad como ser humano hacia al projimo,dios te bendiga estimado amigo!!!!!!!
ResponderBorrarMuchas gracias amiga. Recibe un afectuoso abrazo, saludos para Enrique.
BorrarEduardo
Que bello relato amigo EDUARDO, tu relato tiene mucha demostracion de AMOR AL PROJIMO,, te felicito x que demuestran con valor nuestras costumbres, yo que tambien he salido al extranjero pude darme cuenta de la frialdad en las familias y mucho mas al inmigrante, sobre todo en la clase media alta,, no se ve esa demostracion de afecto, yo tuve la suerte de conocer personas muy buenas que tambien logre tener amistades sinceras, demostrando que sea cual sea el Pais, somos seres iguales.
ResponderBorrarTe deseo lo mejor y exito x esos lares, Dios te siga bendiciondo amigo.
Hola Eli, gracias por tu lectura. Gracias también por tus buenos deseos. Te deseo lo mejor querida amiga.
BorrarTu amigo de la chiquititud,
Chato
Una vez mas, nos transportas por ese mundo mágico de la literatura que tu ingenio y maravilloso arte nos hace ser muchas veces protagonistas de tus creaciones y nos cautivas de principio a fin. Tus vecinos Irving y Barbara, representan la realidad de la vida, es triste tener que decir, pero al llegar a esa etapa de la vida, se vive siempre rodeados por el fantasma de la soledad y que loable la iniciativa tuya de acercarte a ellos con mucho amor y entablar una bella relación amical, demostrando con ello tus buenas dotes de valores y amor hacia nuestro prójimo.
ResponderBorrarMuy interesante Eduardo este nuevo relato y desde ya mis felicitaciones por este nuevo exito, un abrazo a la distancia.
Hey Koky, muchas gracias hermano por tus bellas palabras, las recibo con cariño y humildad. Mis mejores deseos para ti y tu familia, salúdame a la gente del barrio.
BorrarTe reitero mi estima personal,
Eduardo
Hermoso !
ResponderBorrarMuy real; como la vida en otras partes de Tierra. Donde lo anónimo de los actos humanos comprimen o llenan de felicidad nuestras almas.
Felicitaciones nuevamente.
Un abraso a la distancia.
Alberto
Hola Alberto, muchas gracias por tus palabras. En realidad no sé cuál de los Albertos que conozco eres... ¿Acaso Alberto de Alemania?
BorrarDe todas maneras te hago llegar un abrazo,
Eduardo
Si el mismo! tu hermano menor: Alberto QS
BorrarOk Alberto, gracias. Cuídate hermano.
BorrarMi estimado amigo Eduardo Quevedo es un orgullo tener amigos como tú. Te agradezco y felicito a la vez por la amabilidad de hacernos llegar tus escritos, son tan hermosos que hasta uno se siente ser uno de tus personajes. Tus vecinos Irving y Bárbara, que lindos personajes, que lindos vecinos, que así de fácil no se encuentran y mas aun no siendo compatriotas nuestros.
ResponderBorrarTe diré q cada relato tuyo, traen un mensaje, y éste es uno de ellos, se ve una gran amistad sincera, honesta, cordial, etc. Espero seguir leyendo cada relato tuyo. Te deseo lo mejor. Éxitos. Un abrazote desde Perú.
Hola Elsa, muchas gracias por tus palabras, las recibo con mucho cariño. Cuídate querida amiga, cariños para la familia.
BorrarUn abrazo grande también para ti!!
Eduardo
Lo más precioso y valorable "la amistad"... qué expresiones tan bonitas!, haces conocer como somos los peruanos. Gracias Eduardo por hacernos disfrutar con tus maravillosos relatos, qué el Señor te bendiga a ti y a tu familia. Muchas felicidades.
ResponderBorrarHey Chana, muchas gracias por escribir!
BorrarBendiciones también para ti y los tuyos!
Un abrazo,
Eduardo
Hola Eduardo me estaba perdiendo la lectura de tus excelentes relatos. Una de las cosas importantes de la lectura es que nos hace conocer otras realidades, los cuales nos hacen reflexionar acerca de nuestras propias costumbres y de esa manera afirmarlas o desterrarlas...esa situación de tu vecina Bárbara no habría pasado desapercibida en nuestros barrios donde prácticamente somos una familia gigante; la familia barrial. Un abrazo mi querido Eduardo y gracias nuevamente por esta entrega.
ResponderBorrarHola Alberto, tu comentario toca un punto central relacionado a esta historia: la tremenda diferencia cultural. Si en nuestros barrios fallece un vecino, nos enteramos inmediatamente, pues como tu bien dices somos una "familia barrial".
BorrarUn abrazo,
Eduardo
EDUARDO:
ResponderBorrarNuevamente con un relato más!!!, con una mirada pormenorizada y gratificante porque con él nos acercas a hechos, sucesos de tu vida cotidiana, haciéndonos partícipes de tu experiencia de vida, en interacciones con tus pares en tu integración con otra cultura ¡!!!
En las migraciones siempre vamos a encontrar barreras: Idiomática, Laborales, adaptación al lugar, racismo, xenofobia, interpretación de rasgos Culturales, etc. Te digo esto porque yo las vivo en un país latinoamericano. A pesar de que es el mismo idioma, me cuesta un poco cierta terminología.
Y en el país que vives es mucho peor por la frialdad que arrastran estos habitantes que es ancestral, y que se debe no a porque ellos quieran ser así, sino que les impusieron en la infancia ciertos “Manuales de Crianza Infantil” (ALICE MILLER) populares en Europa y sobre todo en Alemania en las primeras décadas de este siglo, donde a través de una serie de reglas y consejos destruyen el espíritu de un hijo de modo que el adulto pueda dominar con facilidad, uno de cuyos principios es:
1) Responder a las necesidades de un niño está mal 2) Un alto grado de autoestima resulta perjudicial 3) Un bajo nivel de autoestima torna altruista a una persona.
Un eminente Psicólogo John B. Watson de la década de los 30, quien recomendaba el total desapego en la crianza de los hijos, advertía: “Nunca los besen ni los abracen, nunca los dejen sentarse en la falda”. Alice MILLER nos dice que dichos principios producen ciudadanos tan inclinados a obedecer al líder que “siempre tiene la razón”, que en Alemania dieron como resultado toda una masa de individuos propensos al autoritarismo y por lo tanto fueron elementos claves en la elección de Adolf Hitler, quien en su programa nacionalsocialista decía:
“Crecerá una joven generación ante la cual el mundo temblará. Quiero que los jóvenes sean violentos, dominantes, intrépidos, crueles… Deben poder tolerar el dolor. No deben tener ningún rasgo de debilidad o amabilidad. En sus ojos debe volver a relampaguear la libre y espléndida bestia predadora. Quiero que mis jóvenes sean fuertes y hermosos”.
Te profundizo el porqué de la falta de sociabilidad, solidaridad y la frialdad a fin de que no te afecte y lo tomes del lado que viene, de seres de carne y hueso como nosotros, pero con una crianza orientada para ser personas como lo son.
Fue muy bueno que pudieras entablar amistad con Irving, cómo debes haber sentido ese vacío de quedarte sin el único amigo del lugar, prácticamente tu familia porque sin lugar a dudas en eso es lo que se convierten las personas más cercanas cuando estamos lejos y solos y nos brindan una sincera amistad.
¡Hijo! Recién me entero que haces yoga, de las ¿carreras pasaste a esa disciplina?
“Me causó mucha gracia cuando Irving te dice: “Que el pasto no iba a crecer por el excremento de los animales en el lugar”.
“Tu correteo con Bárbara por el dinero” jajaja.
“Los Lugareños mantienen una cordialidad distante e inexpugnable”, linda expresión.
Te felicito una vez más por tus lindas experiencias de vida que nos acercas, dándonos un poco de alegría y un buen entretenimiento cultural, y que sigan los éxitos en tu linda carrera de escritor.
Un fuerte abrazo, hijo
Querida mami Narcisa, te has hecho demorar para alcanzarnos tus siempre esperados comentarios, pero a las cosas buenas siempre se las aguarda con gusto!!
BorrarMuchas gracias por tu interesante aporte y apreciación acerca de la psicología social que nos presentas. Como siempre te agradezco no sólo tu lectura, sino también tu tiempo para escribirnos.
Hago yoga desde hace muchos años. Lo empecé en Londres, en una etapa psicológica dura para mi, y alguien me recomendó esta práctica, la cual me ayudó bastante, especialmente la meditación y la buena respiración.
Un abrazo mami,
Tu hijo Eduardo
Querido Eduardo, recién hoy pude leer tu hermoso relato. Hay muchas cosas o situaciones que absorben nuestro tiempo y nos perdemos de deleitarnos con hermosas lecturas como esta. Soy una convencida de que la amistad perdura más allá de la vida terrena y tú lo estás confirmando en esta bella historia.
ResponderBorrarQue el Señor bendiga tu familia y los fortalezca cada día más.
¡¡Feliz Navidad!!!
Hola Clotilde, muchas gracias por tu lectura. Aprecio tus palabras.
BorrarMis mejores deseos para ti, siempre.
¡Feliz Navidad!
Eduardo
Edu:
ResponderBorrarTe felicito por tu relato a tus vecinos Irving y Barbara, nos ilustra las formas y costumbres de la sociedad donde habitas. Tu narrativa es muy buena, creo que la practica te lleva al perfeccionamiento.
Un abrazo
Ing. Carlos Castillo L.
Un abrazo Carlos, gracias por tus palabras.
BorrarÉxitos & Bendiciones para ti y los tuyos!
Eduardo