MI VIAJE AL PERÚ DEL AÑO 2022
Eduardo, cuarentena en USA |
A mediados de julio mi hermana Olga me hizo saber que mi mamá no se encontraba bien, lo cual tomé con relativa calma pues este tipo de noticias las vengo recibiendo durante los últimos diez años. Poco antes de mi viaje, en una conversación telefónica con mi mamá me hizo prometerle que esta vez yo me iba a dedicar más a ella y “menos a los amigos”. Y en estas cosas pensaba el domingo 24 de julio sentado en el avión con mi laptop frente a mí, mientras garabateaba apuntes sobre las cosas que quería hacer en el Perú durante las siguientes tres semanas.
Tenía la inquietud de comprometerme en un proyecto editorial para publicar dos libros. Quería que mi hermano Coco me fabrique dos soportes metálicos para subir a una parte alta de la Casita de Dorothy y poder darle mantenimiento. Deseaba que mi amiga Liliana me haga un par de pantalones que yo había diseñado para el clima de New Hampshire. Quería pasar por lo menos un día en Lima antes de viajar a Chimbote y otro más a mi regreso. También un día en Trujillo. Y todos los demás en Chimbote dedicados a mi mamá. Decidí que esta vez sólo iba a ver a un puñado de amigos.
A mi mamá la encontré relativamente bien. De buen ánimo y lúcida. Pero su locomoción se ha deteriorado bastante, y ha de necesitar una intervención quirúrgica que aún no sabemos si va a poder sobrellevar. En los tres primeros días establecí en la casa un orden y reglas de juego que aseguren mi estadía, y lo que venga después de mi viaje, en un ambiente de tranquilidad y eficiencia. Pero desde el día número uno me dediqué con alma, corazón y vida al cuidado de mi madre. He hice de todo sin excepciones.
Eduardo & Familia. Agosto 2022 |
Eduardo & Familia. Agosto 2022 |
Marco & Eduardo. Julio 2022 |
Un joven amable se apostó a mi lado con una silla de ruedas y me llevó a cada uno de los exámenes y análisis que se realizaron a fin de que el médico de turno pueda tener toda la información necesaria. Lo cual incluyó una sofisticada tomografía. Un covid test arrojó positivo. Mientras tanto vía suero se me inyectó medicina para el dolor y las náuseas. Cerca de la diez de la noche una bella doctora vino para hablar conmigo. Me dijo que la razón de mi dolor no era nada relacionado al covid, sino un cálculo renal de 6 milímetros.
La doctora me prescribió la medicina necesaria y me transfirió a un urólogo para que decida el curso de acción. Yo no tuve que pagar ni un céntimo, mi seguro privado lo cubrió todo. Entre tanto ya me sentía mucho mejor y con buen ánimo. Cuando ella me dio el alta yo tuve esa sensación de cuando somos niños y tu madre te da una palmadita en las posaderas, y te dice: “Anda a jugar con tus amigos”.
Ayer domingo 21 de agosto me hice una prueba para descartar el covid. Fue negativa. Ayer mismo empecé a integrarme a las tareas de la casa manteniendo aún los cuidados necesarios. Han transcurrido nueve días desde mi primer positivo. Hoy tengo cita con el urólogo. Dios mediante, mañana martes será un buen día para volver al trabajo después de cuatro semanas.
Post Data: Le agradezco a Oscar por las cervezas que nos tomamos en Trujillo en la casa de Joselo, fueron las únicas que disfruté durante mi estadía en el Perú. Si de algo me arrepiento es no haberle hecho caso a Olga cuando sugirió que abriéramos la botella de chicha que Liliana nos había regalado, yo quise esperar por un mejor momento, pero nunca llegó.
New Hampshire, USA
Agosto 22, 2022
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