sábado, agosto 04, 2012

Tacorita


TACORITA
Tacorita, 1974.  Los tres niños del centro son los hermanos 
Alberto, Fernando y Eduardo Quevedo
“¡El tren... se viene el tren!”, grita alguien con urgencia. La gente de los talleres de la segunda cuadra de la avenida Buenos Aires de Chimbote corre a remover sus enseres y herramientas dispersas sobre la línea férrea. Y, a ambos lados de los rieles, forman una especie de “callejón oscuro” por donde con las justas debe pasar el tren.
El terremoto de 1970 afectó la infraestructura del ferrocarril Chimbote-Huallanca-Chimbote, y el servicio de pasajeros y carga dejó de funcionar. Varios años después los rieles empezaron a ser desmontados. Una locomotora con vagones a remolque y un cargamento de durmientes pasaba a menudo por la avenida Buenos Aires camino a la estación central del jirón Olaya.
Poco después del terremoto un grupo de mecánicos, artesanos y negociantes en el rubro metálico se habían instalado en la segunda cuadra de la avenida Buenos Aires, entre los jirones Pizarro y Garcilaso. Hacia 1972 los talleres cubrían el lado sureste de esta cuadra, y una tercera parte del lado noroeste. Ambas hileras de talleres se ubicaban a escaso metro y medio de los rieles, y formaban un mercado persa llamado “Tacorita”, o simplemente “La Línea”.
Ese mismo año, mi papá adquirió la transferencia de uno de estos talleres, ubicado cerca de la intersección con el jirón Garcilaso, y se dedicó al rubro de las bicicletas, triciclos, pintura, además a la compraventa de repuestos y diferentes partes metálicas.
Años ‘70. Artesanos de Tacorita posan para el recuerdo
Desde el primer día trabajé en este taller a la salida de la escuela, los fines de semana y las vacaciones escolares. Ya anteriormente he contado que laboré aquí diariamente hasta 1977, y que durante los cuatro años siguientes mi papá me llamó de vuelta sólo durante los días de mayor trabajo.
Siempre he creído que aquellos años en el taller tuvieron una importancia decisiva en mi etapa formativa. Mi padre tuvo el don de la palabra y la sabiduría, y yo me nutrí de su sapiencia. Muchas cosas emocionantes me ocurrieron durante este período. Al final, estuve listo para mirar a la vida directamente a los ojos. 
Fue la etapa de las primeras enamoradas. El año 1972 había empezado de la mejor manera para mí: Tenía once años de edad y por primera vez estudié con chicas en la escuela... Y algo me dijo que la vida iba a ser un carnaval. Los años en el taller confirmaron este pálpito, fueron tiempos de popularidad entre las jovencitas, y del aprendizaje de las primeras letras del alfabeto del amor.
Los romances se sucedieron uno tras otro. Todos breves y candorosos. Rosa y sus grandes ojos. Sandra y los paseos en bicicleta. Gloria y su carcajada ruidosa. Nelly y el primer beso bien dado. Vicky, quien siendo mucho mayor que yo, mantuvo las cosas en la inocencia. Y Ana, con quien exploramos el abecedario sin llegar a la Zeta.
Y también hubo mucho fútbol.
Frente al taller de mi padre, todos los días jugaba un grupo de peloteros brillantes. En aquel arenal polvoriento se gestó la semilla del Club Honorio Gozzer. Mi padre casaba la apuesta de los partidos que, entre otros, jugaban: Julio “El Tío Yuly” Horna Vásquez, Jorge “Cachita” Nonato, Beto “Babá” Aguilar, Fernando Peralta, Alfonso "El Kayser" Martínez Loyola, José “EL Zorro” Gil Quintana, Samuel Campos, Leandro “Chancaca” Osorio, Celso “Chaqueta” Horna Vásquez, Arturo “Gato” Tarazona Villanueva, Jorge “Palito” Castillo, Oswaldo “Ñico” Silva Solórzano, y Federico “Toto” Hermosa.
Varios de estos muchachos integraron el Honorio Gozzer, campeón de Chimbote en 1976. La séptima cuadra del jirón Garcilaso fue escenario de una celebración que duró varios días. Ahí vivían don Augusto “Cucho” Lozano, entrenador del equipo, y don Ángel “El Chileno” Vargas Letelier, mecenas del club. Este último era dueño de un taller de autopartes, y de un camión llamado “Anvalet” al cual nos trepábamos los domingos para ir al estadio a alentar al “Poder Lila”, como también se conocía al equipo Honorio Gozzer.
Frente al taller de mi padre había una “Cámara de Gas” (Bar de mala muerte donde gente alcohólica consumía tragos fuertes y baratos). Aquí llegaba un señor de cabello blanco, a quien los palomillas del barrio siempre le gritaban “¡Suegro bichi bichi... suegro bichi bichi!”, y el pobre hombre se encolerizaba, insultaba y perseguía a pedradas a los muchachos. Cosa diferente ocurría cuando se acercaba un parroquiano de apellido Castillo. Era alto, delgado, blanco, de cabello cano, e hincha a muerte del equipo Strong Boys. Los mismos palomillas le gritaban “¡Fabuloso... fabuloso Strong Boys!”, y el hombre alzaba la mano y sonreía con un aire de celebridad ante el aplauso de los muchachos.
Chimbote antiguo. Primera cuadra de la avenida Buenos Aires
Eran épocas que después del mediodía, y por un momento, Tacorita se convertía en un museo de estatuas: El martillo del herrero suspendido en el aire, la chispa eléctrica del soldador apagada, el estaño del arreglador de primus derritiéndose sin ton ni son, y en mi propio taller los aros de bicicleta giraban sin atención. La razón del encantamiento era una bella mujer. Aparecía en la esquina de Pizarro y diagonalmente cruzaba la calle frente a los talleres. Era alta, de largos cabellos, y de líneas hechizantes. Sabíamos que era secretaria, pero no conocimos su nombre. Con buen tino, alguien nos había advertido: “Pueden mirarla, pero no le digan nada. Su marido es un tombo violento”.
Tacorita era una ventana a la realidad de la vida. Ahí conocí a la primera “mujer mala”, como en aquellos tiempos se las llamaba. Respondía al nombre de Rosa Blanca, era joven, alta, delgada y buena mozona. Había establecido su “ruta” en Tacorita, y visitaba cada uno de los talleres en su afán por promocionarse. Me gustaba su presencia porque me hacía sentir parte de las ligas mayores, pero yo era demasiado joven como para ser admitido. Hablando de ligas, también las había más modestas: Los borrachines de la Cámara de gas también tenían su favorita, la llamaban “La Mona” y era una “mujer mala” cuya tarifa estaba al alcance de los menesterosos.
Un día escuchamos el grito: “¡El tren... se viene el tren!”, y todos corrimos a despejar los rieles. En su camino el tren cogió un catre de metal de uno de los talleres vecinos, y éste desencadenó un alud de fierros retorcidos que se agrandó a medida que el tren avanzaba. Desde el interior de nuestro taller, mi papá, mis hermanos y yo, vimos pasar nuestras pertenencias convertidas en un amasijo metálico.
Artesanos de Tacorita en los Años ‘70
El ocho de diciembre de 1982, los talleres de Tacorita fueron reubicados en el mercado Bolívar de la calle Jorge Chávez. Un año antes yo había dejado de trabajar para mi padre. Y atrás habían quedado también mi niñez y adolescencia. Cuando la juventud llegó, Tacorita seguía siendo parte de la trama de mi crecimiento, por ese entonces mis amigos más cercanos rebautizaron el taller: Lo llamaron “El Sheraton”.
Mi hermano Fernando y yo nos turnábamos para dormir en el taller. Lo hacíamos para evitar los robos nocturnos y también... por otras ventajas adicionales: Al final de noches de juerga, mis amigos y yo terminábamos durmiendo amontonados en el taller. Incluso, no faltaron quienes me pedían prestada la llave para otros menesteres. En esos tiempos se popularizó la frase: “Eduardo, ¿y cuándo me toca turno en El Sheraton?”.
Para entonces Tacorita tenía sus días contados. La locomotora no pasaba más. El vagón postrero se llevó los últimos rieles y sus durmientes. Finalmente los talleres fueron reubicados a otra parte de Chimbote. Y la mudanza  marcó el punto final de mi vínculo con Tacorita.
Post Data: Tacorita es como una película en mi mente. Veo a un adolescente que en los rieles trabaja con un martillo, los cerros pétreos de Chimbote le devuelven el eco de su propio martilleo, y desde un radio a pilas, una locutora de nombre Ernestina, va tatuando al adolescente con la tinta indeleble de canciones como “Es Así como te Quiero” de Los Galos, “El Último Romántico” de Nicola Di Bari, o “Amada Amante” de Roberto Carlos.
New Hampshire, USA
Agosto, 2012
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53 comentarios:

  1. BERNARDO CABELLOS SABINO4 de agosto de 2012, 9:51 a.m.

    Eduardo:
    Al empezar a leer tan fascinante artículo me traslada a mi infancia. Por esos años vivía en la sexta cuadra del Jirón Manuel Ruiz, y podía oír la llegada del tren. Con tú maravilloso relato y descripción, que es propio de tu pluma, pude recordar aquellos años de infancia, cuando nuestros padres llevaban a sus hijos a compartir labores. Vaya manera sabia la de educar y formar a sus hijos, diríamos teoría y praxis.

    Hoy, nos preguntamos, TACORITA porqué te fuiste, porque al irte te llevaste muchos recuerdos de nuestra adolescencia y juventud, aún está presente el olor a disolvente y combustibles inflamables, que podíamos sentir en el ayer, y hasta hoy permanecen con nosotros.

    Eduardo, gracias por permitirme revivir momentos de la juventud compartidos contigo, interminables conversaciones tratando temas llenos de rebeldía, cambio, revolución. Nuestra pasión la política. Sin duda TACORITA fue testigo de nuestras estrategias para la lucha de la vida. Y del Sheraton, artículo aparte.
    Un fuerte abrazo amigo,
    Bernardo

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    1. Hey Bernardo, gracias por escribir. Aprecio cada una de tus sentidas líneas. Cambiando de tono: ¿Recuerdas quién bautizó el taller como "El Sheraton"? ¿No te acuerdas? Acá te doy un indicio: Su nombre empezaba con "B".
      Un abrazo hermano,
      Eduardo

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  2. Sr. Quevedo:
    Gracias por compartir y permitirme conocer a través de sus líneas un poco más de la historia de nuestro querido puerto, quedé fascinada con tan amena lectura.
    Felicidades.
    Sonya

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    1. Señorita Sonya, bienvenida a CONFESIONES A UN ÁRBOL, y gracias por sus generosas palabras.
      Buena suerte!!
      Eduardo

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  3. VÍCTOR RAÚL ARELLANO SALAZAR4 de agosto de 2012, 3:29 p.m.

    El logro de todo buen escritor radica en capturar la atención de sus lectores cotidianos y de los que sin serlo se interesan por que la casualidad los lleva al encuentro con su pluma.

    En resumen podría decirse que esta historia tiene motivación, recuerdo, enseñanza, introspección, síntesis y explosión de mensajes expuestos y subliminales. Un tratamiento del discurso que te traslada de una orilla a otra en esa corriente de frescura literal llamada historia vivencial con la seguridad de un viaje placentero en el que pasas por todas las etapas de tu vida.

    Quien en su lugar de origen no conoce un lugarcito llamado Tacorita, lo hay en Trujillo, en Lima, en Tacna, en Piura, etc. Y cuantos recuerdos del paso por él, para comprar, para vender, para reparar, para comerciar, para intercambiar, para aprender a no dejarse engañar.

    Exacto el lugar, oportuna la historia, eximio el escritor, afortunados los lectores, fortalecido el árbol abundante en confesiones.

    Un delicioso manjar para el deleite de los que leen.
    Víctor Arellano

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    1. Hey Víctor, siempre un placer recibir unas líneas tuyas. Muchas gracias por tus palabras.
      Abrazos!!
      Eduardo

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  4. MUY BONITO RELATO DE ESAS VIVENCIAS DE LA JUVENTUD QUERIDO AMIGO. QUIEN NO SE ACUERDA DE ESTOS LUGARES, ES COMO VOLVER EN EL TIEMPO Y VIVIR MI NIÑEZ, YA QUE ME ENCANTABA PASEARME EN EL TREN .
    FELICITACIONES EDUARDO ESTA MUY BONITO EL RELATO DE TUS VIVENCIAS.
    TU PATA:
    SHACA.

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    1. Hey Shaca, no sé si recuerdas que cuando éramos niños, y antes del terremoto del '70, íbamos a los rieles (A la altura de la subidita al Cementerio Viejo en el Barrio El Progreso), ahí manipulábamos la dirección de los rieles para ajustar (y cambiar) la puga de nuestros trompos. ¡Increíbles tiempos!
      Tu pata: Chato

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  5. Gracias Eduardo por compartir en este artículo experiencias de vida, de enseñanza, aprendizaje, obediencia y respeto. También de amores, de encantos y desencantos, de grandes amistades que aun perduran con el tiempo, y que hoy gracias a tus exitosos artículos disfrutan reviviendo experiencias compartidas.

    En las fotos publicadas e podido reconocer a personas trabajadoras, luchadoras, una de ellas es el señor Mariños que al igual que tu padre fueron hombres ejemplares, dignos de ser elogiados.

    Eduardo te felicito por el exito de "CONFESIONES A UN ÁRBOL".
    Tu amiga Ana Beatriz

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    1. Anita, gracias por escribir. Efectivamente, el señor Mariños aparece en varias de las fotos que acompañan el relato. Te hago llegar mi recuerdo para tu padre, quién tuvo un taller grande de pintura al duco en un lugar diferente, pero que fue gran amigo de mi padre, y llegaba a Tacorita. Ambos sostenían interminables tertulias.
      Cariños,
      Eduardo

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  6. Ratón (Jorge Cabanillas)4 de agosto de 2012, 3:50 p.m.

    Tacorita, el tren... y las gorreadas al ultimo vagon... las amenazas del conductor...los correazos al llegar a casa (cuando antes de uno ya habian llegaban los chismes)... buenisimos recuerdos... pero ...Un dia de estos tienes que escribir sobre el CALDO'E JETA, tan unido a Tacorita... y a los que volvian de madrugada... un abrazo Chato.
    Tu amigo "Ratón"

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    1. Hey Pericote, efectivamente, Tacorita y el Caldo 'e Jeta están unidos por el cordón umbilical de la cercanía (...y en mi caso personal: por el vínculo adicional de las travesuras) Le daré vueltas a la idea, mientras tanto te hago llegar un fuerte abrazo!!
      Tu amigo Chato

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  7. BUENOS RECUERDOS EDUARDO QUE NOS HACE RETROCEDER A NUESTRA NIÑEZ UNO QUISIERA RETROCEDER EL TIEMPO UN ABRAZO

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    1. Hola Pepe, gracias por escribir. Muchos de los recuerdos que menciono deben resultarte bastante cercanos a ti, especialmente lo de "El Chileno".
      Un abrazo hermano,
      Eduardo

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  8. NARCISA VÉLEZ OLAZÁBAL4 de agosto de 2012, 8:28 p.m.

    EDUARDO:

    Cada espacio, cada lugar que uno habita o habitó y mucho más en la infancia, queda impregnado en nuestra memoria y tiene una gran importancia para el hombre como en el caso tuyo con TACORITA.

    Mediante tu hermosa poesía y tu relato podemos apreciar tu formación, experiencia y crecimiento, y sobre todo al lado de personas tan importantes como son tu : hermano y padre. Tu padre, el hombre que te guió, orientó y mostró el camino correcto de la vida y por quien después fuiste el chico estudiante y trabajador como hasta hoy lo eres.

    El hermoso relato de tus vivencias y amores de adolescente, con un ramillete de flores, lástima que no llegaste a la Zeta ja ja.

    Te queda el bello recuerdo de la empresa familiar, el fútbol tu pasión que hasta el día de la fecha recuerdas : el día , la hora, y el jugador del equipo que cabeceó contra el travesaño en el estadio
    nacional en épocas remotas ja ja.

    El Tren, la vía férrea de comunicación que surge después de la segunda guerra mundial, como una fuerza de producción, sinónimo de progreso de los pueblos, que permite al hombre desplazarse y vincularse con otros por la fuente de trabajo y que debería haberse valorado, arreglado y reconstruido, fue totalmente mutilado, destruido, ante los ojos de un pueblo pasivo que no ofreció ninguna resistencia, Chimbote.

    Finalmente, muchas gracias, por que a través de TACORITA, nos traes a la memoria, paisajes y lugares recorridos en nuestro querido lugar, Chimbote.

    Besos y abrazos

    Tu amiga NARCISA.

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    1. Narcisa de mi corazón, gracias por el tiempo que te tomas para leernos y escribirnos tan bellas e interesantes líneas. Parece que fueran ayer los días cuando caminábamos por el centro de Chimbote junto a otros amigos comunes; sin embargo ya han pasado varias décadas, pero nuestra amistad se mantiene fresca como siempre. Muchas gracias!!
      Eduardo

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  9. Qué emocionante resultó este nuevo episodio llamado TACORITA, no hay duda que esos tiempos fueron de inocencia y aprendizaje camino al despertar de la vida de Uds. mis hermanos, por ese lugar donde mi padre Alejandro Quevedo tenía su taller, que era el mas limpio, ordenado y reforzado. Sé cuanto lo quiso, y Uds. mis hermanos también. Ese taller si existiera ahora junto a los demas, ya no sería como fue pacífico y "sin miedo"; actualmente existe mas delincuencia y la gente ya no respeta nada en Chimbote, cada día hay noticias que nos alarman, e igual está ocurriendo en todo el norte del Perú: Trujillo, Chiclayo, etc. NO estoy alarmando, el resto de lectores puede corroborar la inseguridad ciudadana que vivimos; en las encuentas está como el primer problema nacional.

    Eduardo, me da un enorme gusto que hayas empezado "tus proezas" desde ese ámbito (taller) porque ahora hay otras modalidades que asustan, y usa la juventud para entretenerse. Esas eran épocas mas sanas porque el deporte ayudaba a los niños a desarrollarse, al ver a sus mayores jugar futbol en las canchas de barrios polvorientos. Parece mentira el avance y desarrollo o modernidad trae a velocidad, vicios y curiosidades para los niños no tan niños, y eso es un juego peligroso. Por eso digo, en tu época todo era hecho con un calor inocente, había temor y a la vez respeto, claro hablo tambien dentro el marco de familias con valores aun siendo pobres, como nosotros y los que mencionas que practicaban deporte por el barrio frente a TACORITA. Unos nombres, me suenan familiares.

    Lo bueno es, que esta tierna y bella historia quedó grabada en tu memoria y las experiencias de TACORITA te sirvieron "gratuitamente" a ti, hermanos, amigos para abrir los ojos inocentes para luego convertirlos en ojos chispeantes y alegres en su creencia que ya la sabían todo con lo "aprendido", al menos sirvió Tacorita para el trabajo, aprendizaje en un oficio, el inicio de niños hacia un trance adolescente y para quienes gustaban escuchar comentar a "Don Alejandro" como llamaban a nuestro padre, sus sabias enseñanazas llenas de valores y positivismo, la doctrina partidaria del APRA antiguo que abrazaba sanamente ¿y quien no, cuantos niños y jóvenes y adultos fueron voluntarios escuchas de cuanto decía y enseñaba EL?.
    Un abrazo.
    Nelly

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    1. Nena, tus escritos (comentarios) le están haciendo la competencia a mis artículos Jajaja...!! Es una broma, sé que te gusta escribir bastante. Gracias por las reflexiones que siempres nos presentas. Cariños por casa!!
      Eduardo

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  10. FRECIA GONZALEZ FLORES4 de agosto de 2012, 10:05 p.m.

    HOLA EDUARDO:

    ACABO DE LEER TU MENSAJE Y NO RESISTO LAS GANAS DE ESCRIBIRTE.

    ME PARECE QUE CADA VEZ ESOS DEMONIOS VAN SALIENDO DE TI, TE VAN LIBERANDO CON LOS RECUERDOS, Y ME RESULTA MARIVILLOSA TUS VIVENCIAS Y LA VALORACION QUE HACES DE TU PADRE, AQUEL QUE AUN NO ACABA DE HACERTE HOMBRE. ESA HUMILDAD EN LA EXPRESION Y ESE AMOR EN EL SENTIMIENTO POR TU PADRE DE QUIEN HAS RESCATADO SABIDURIA Y VALORES. Y MIRA TU CUANTAS PERSONAS LEYENDOTE ESTAMOS DESCUBRIENDO CUANTO HAN HECHO POR NOSOTROS NUESTROS PADRES, Y QUE ABSURDA RESULTA AQUELLAS EXPRESIONES COMO HAY QUE EDUCAR A LOS HIJOS PARA QUE SEAN MEJORES QUE LOS PADRES, CUANDO MUCHOS DE ELLOS INVIRTIERON SU SABIDURIA PARA FORJAR HIJOS GRANDES, QUIZA TAN GRANDES COMO ELLOS.

    ESTO ES UN APRENDIZAJE DE VIDA QUE YA QUISIERAMOS TODOS PODAMOS HACER. ME GUSTA TU NARRATIVA, COMO DESCRIBES LAS ESCENAS, LOS PERSONAJES Y LAS HISTORIAS QUE SE FORJARON, AUNQUE ES LINEAL AUN, ES UNA NARRATIVA CARGADA DE IMAGENES Y DE UNA EMOTIVIDAD QUE ENCANDILA AL LECTOR.

    MAS AUN, CON GRAN ALEGRIA HE LEIDO EL POEMA QUE HAS PUBLICADO, DONDE HAY IMAGENES BIEN LOGRADAS Y UNA PLUMA QUE REALMENTE PROMETE MUCHO.

    YA ESTAS METIDO EN LA LITERATURA POR LO QUE VEO, NO SE SI VOLUNTARIAMENTE O COMO UN MODO DE CATARSIS PARA TRANSAR CON TUS DEMONIOS, PERO COMO QUIERA QUE SEA TE FELICITO Y ESPERO QUE SIGAS ASI HASTA LAS ESTRELLAS...

    SE TE QUIERE MUCHO AMIGO Y SE QUE TRAS EL HOMBRE QUE TODOS CONOCEMOS ESTA TU ALMA DE NIÑO, QUE DEAMBULA POR LAS NOCHES DE INVIERNO ENTRE LA NIEBLAS PORTEÑA DE TU CHIMBOTE QUERIDO.

    CUIDATE Y SEGUIRE CON MUCHA MAS ATENCION LO QUE PRODUCES CON EL CORAZON.

    CARIÑOS

    FRECIA

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    1. ¡Ah, Frecia, Frecia!! Tú siempre tan aguda y acá me tienes recostado en el diván...Jajaja!! Gracias amiga por leernos y por escribir con esa facilidad que aprendí a admirar en los claustros de la Facultad de Derecho.
      Abrazos,
      Eduardo

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  11. Verdaderos testimonios para editar un libro sobre esta parte de la historia de Chimbote. Gracias Eduardo.
    Pisadiablo

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    1. Hola Pisadiablo, gracias por escribir. Éxitos en tus diferentes proyectos!!
      Eduardo

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  12. Hola Eduardo, gozando de tu maravillosa pluma que siempre nos hace soñar y tomar tus relatos como propios, por lo hermosos que son esos imborrables recuerdos en la memoria. Gracias por trasladarme a recuerdos agradables de aquellos tiempos.

    Esperando que te encuentres bien alrededor de la familia. Abrazos y esperando que el proximo articulo venga pronto.
    Víctor Santana
    Tampa, Florida, USA

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    1. Hey Víctor, gracias por escribir, y gracias por tu amistad. Saludos a los familiares tanto en la tierra huaralina como en los Estados Unidos.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  13. Pedro Wilfredo Haro Díaz5 de agosto de 2012, 12:56 p.m.

    Eduardo:
    Siempre existe un recuerdo del famoso tren, en esa época poníamos clavos de 4 o 5 pulgadas en los rieles, al pasar el tren el clavo era utilizado como una aguja. Se hacia el hueco y era para cocer costales o redes. Qué buen recuerdo de tus amigos, como Julio Horna que había estudiado primaria en la escuela 329, qué será de su vida. Su hermano menor Celso era un flaco también pelotero.

    Esperemos que sigamos con las remembranzas de nuestro querido puerto que siempre siguirá en la mente.
    Me despido y Cuidate
    Pedro

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    1. Hey Pedrito, gracias por escribir. Cuando éramos niños manipulábamos la dirección de los rieles para ajustar (y cambiar) la puga de nuestros trompos. Increible las cosas que hacíamos. En cuanto al Tío Yuli (Julio Horna) tengo entendido que actualmente es el utilero del José Gálvez FBC.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  14. ESTIMADO ED: "Tacorita" es tu nueva fuente de inspiración, con banda sonora incluida; junto a la hermosura de la prosa, resalto su histórico valor, porque antes que pase el tiempo, "Confesiones..." ya es un documento de rigor para quienes desean investigar sucesos del pretérito, me alegra leer y releer diversos pasajes que pertenecen a la historia de nuestra generación, como suele ocurrir en tus prosas, el reconocimiento al amor y a la belleza femenina siempre están presentes.

    Me permito detenerme en uno de tus personajes, el gran "Fabuloso Castillo", hincha a muerte del Strong Boys, generoso hombre de pesca que sucumbió al alcohol, fui amigo de él, en sus contados ratos de sobriedad solía contar sucesos del mar, gran persona, solidario, como diría el maestro Danny Daniel, todo ocurrió.."Por el amor de una mujer".

    Confieso mi disfrutar leyendo tus prosas, es como ingresar en la máquina del tiempo y revivir, recorriendo dichos sucesos.
    Un gran abrazo de admiración.

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    1. Hey Ro, gracias por escribir. En mi modesta opinión el Tío "Fabuloso" forma parte de la historia popular del Chimbote de nuestros tiempos. Ojalá que algún día podamos rescatar su biografía a través de alguna prosa.
      Abrazos,
      Ed

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  15. Estimado Eduardo: Interesante y extraordinaria remembranza de una parte importante de la historia de Chimbote, recordando un lugar histórico: la segunda cuadra de Buenos Aires, más conocido como Tacora o también La Línea, donde -efectivamente- se jugaron los mejores partidos de aquellos años. Dentro de ellos hay varios nombres que me son familiares por haber compartido -como compañeros o adversarios- muchos encuentros deportivos. Quiero agregar -con todo el respeto y abusando de tu confianza- que dichos encuentros se remontan algunos años anteriores a los narrados, esta vez en Cinco Esquinas, cuando la Iglesia Señor de los Milagros quedaba entre Garcilazo y Buenos Aires. Allí, comenzando la cuadra fueron los primeros encuentros entre los muchachos de Buenos Aires y Garcilazo frente a los aguerridos de la cuadra seis de Derteano, capitaneados por el suscrito. Qué recuerdos maestro me han traído a la memoria lo relatado en tu artículo. Me alegra que hayas mencionado a Arturo Tarazona, simplemente "Gatito", amigo personal y promoción del Colegio San Pedro, 5to. A.

    Ver la foto de la línea férrea por donde pasaba el histórico Ferrocarril Chimbote-Huallanca y del garaje de los trailers me traslada a aquellos años de mi infancia, dentro de los que estás presente, aún cuando eres un poco menor que yo. Pero eso me trae a la memoria que en la segunda cuadra de Buenos Aires, histórica cuadra como la seis de Derteano o La Bajada, mucho antes de lo que describes, funcionó por mucho tiempo -años 60'-la siempre recordada "Paradita" y en la primera cuadra se ubicaban los puestos mayoristas de abarrotes; todo esto dentro del flujo comercial que generaba el ferrocarril. Me emociona, hasta llegar a la nostalgia, aquella foto del señor Hipólito Mariños (QEPD), "don Polo" para nosotros de la cuadra 18 de Aviación, muy querido por mi familia por la cercanía y por ser mollepatino pomo mi padre y mis abuelos.

    La remembranza nos traslada a aquellos años maravillosos de nuestra adolescencia y juventud, como en tu caso, para rendirle tributo a nuestros seres queridos -en este caso tu señor padre- y a los amigos que más tarde, como bien lo señalas, formarían el histórico "Poder lila". También para recordar a la peluquería de una japonesa, en la esquina de Buenos Aires y Pizarro, a la tía Pitu y la Funeraria Martinez, único lugar que se mantiene firme a pesar del paso de los años. Asimismo, para evocar los momentos felices e inolvidables de una parte de tu vida, que se manifiestan magistralmente en el poema adjunto al artículo. Poema que refleja todo el sentimiento y los recuerdos que quedaron grabados en tu alma de una parte importante de la historia de Chimbote: TACORITA.

    Nuevamente felicitaciones Eduardo por tan inolvidables recuerdos que ayudarán a los que nos siguen a ir formando la verdadera historia de Chimbote, la historia no contada, pero no por ello menos importante e interesante. Todo ello quedará como la biblioteca de consulta de quienes amamos a esta tierra de promisión. Saludos hermano y miles de bendiciones.
    Papi Sánchez

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    1. Estimado Papi, gracias por enriquecer el relato con tus evocativass líneas, todo lo cual, en suma, enfatizan la afinidad y vínculos comunes de nuestras vidas. Habría mucho que decir sobre tu aporte, pero no quiero dejar de referirme a nuestro querido vecino Hipólito Mariños, quién trabajó en Tacorita, y cuyos hijos fueron mis grandes amigos.

      De igual manera conservo en mi mente la imagen de la señora japonesa que tenía su peluquería en la esquina de Buenos Aires con Pizarro, casi frente al local del José Gálvez FBC. Siempre pensé en su singular condición de realizar un oficio que en esos tiempos era exclusivo trabajo del género masculino.
      Un abrazo grande para tí Papi,
      Eduardo

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  16. Pepe (Por intermedio de Nelly)
    He leído ahora lo escrito por Eduardo - sinceramente que me ha gustado. Gracias por el envío (poema). Envíale de mi parte mis felicitaciones por su dedicación en escribir versos; de igual forma cariñosos saludos míos para todos ellos y muchas felicidades en el desarrollo de sus vidas.
    Pepe

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    1. Gracias Fernando!!
      Nelly: Sabemos que Fernando no tiene acceso regular al internet, y de lo que escribe parece que sólo le ha llegado el poema, pero no el relato. Si tuvieras la oprtunidad de hacérselo llegar, te lo agradecería bastante.
      Abrazos,
      Eduardo

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  17. Aunque ahora es una hermosa avenida Buenos Aires, asfaltada, siguen los "fierreros" haciendo sus negocios, pegados a los costados, los corralones del taller de López, de Farro García, siguen con el mismo negocio, es decir Tacorita se mantiene.
    Saludos.
    Fernando Bazán

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    1. Hola Fernando, gracias por escribir. En cuanto al Tacorita que en este relato refiero, los talleres fueron reubicados en el Mercado Bolívar de la calle Jorge Chávez, el Ocho de Diciembre de 1982.
      Saludos,
      Eduardo

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  18. MARCO ANTONIO ARROYO BENITES10 de agosto de 2012, 9:31 a.m.

    Eduardo, te conozco de toda la vida, y puedo decir lo siguiente:

    Si yo prendo mi televisor mental, te veo en el taller de tu papá. Y te veo “a colores” martillando en los mismos rieles por donde pasaba aquel tren que mi papá utilizó para llevarme varias veces a la sierra ancashina. La línea férrea pasaba delante de la casa de mis abuelos maternos (a dos cuadras de “Tacorita”), y pasaba también cerca de la chacra que mi abuelo Víctor Benites tenía en el Km. 5 ½ de la campiña chimbotana.

    Yo iba de mi casa a la de mis abuelos caminando entre los rieles, haciendo equilibrio con mi hermano Jorge. Por otro lado, mi papá Felix Arroyo, quien, como tu sabes es joyero, iba a “Tacorita” a purificar oro con esos fundidores de soldadura autógena (... como se muestra en una de las fotos que ilustran tu artículo).

    El sitio de los rieles, donde de niño arreglabas tu trompo, quedaba justo frente de la casa de mis abuelos, y a metros de distancia quedaba un grifo de agua, y también se “estacionaban” los burros que traían la alfalfa de la campiña. Cuando desarmaron los rieles sentí una gran pena, sentí que con ello se iba parte de mi infancia.

    Siempre fuiste popular entre las chicas, así que no me extraña que en esa época hayas tenido un ramillate de admiradoras. Y claro, me acuerdo que terminado el trabajo en el taller, éste se convertía en “El Sheraton”...

    No quiero pasar por desapercibido el poema a Tacorita. Es de excelente factura, y no tiene nada que envidiar a los poemas de los escritores consagrados.

    Los recuerdos se convierten en ecos que hasta ahora escuchamos, y se encargan de que tan bellas vivencias sigan presentes en el tiempo.

    Un abrazo de pelícano,
    Marco

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    1. Hey Marco, gracias por escribir. Tus líneas me traen muchos recuerdos, especialmente aquellos días cuando de chicos tu abuelo Víctor, en su camión "Luchito", nos llevaba a sus chacras para ayudarlo a cosechar los choclos. Recuerdo que nos decía que su maiz daba "cuatro choclos por planta". Al final de cada jornada me traía hasta mi casa, y descargaba un cargamento de choclos para mi y mi familia.
      Abrazos,
      Eduardo

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  19. Eduardo, cuando leo tu artículo sobre Tacorita, me viene a la mente las películas italianas como Il Brutti, sporchi e cattivi, de Ettore Scola, cuyas historias cuentan de personajes urbanos de la I
    Italia post guerra. No recordaba que el tren transitó hasta después del terremoto. Conocí los talleres de la Av. Buenos Aires cuando me iba al vivero y cortaba camino por ahí, de igual manera cuando tomaba el auto que me conducía hasta Cambio Puente para luego caminar hasta la chacra de mis tíos en Lacramarca Baja. Alguna vez fui con amigos a vender cobre a uno de esos talleres. Muy jocoso lo del nombre "SHERATON" que bautizaron tus amigos.

    En suma tu artículo es un despertar de la memoria límbica, de cosas que al recordar nos hacen sentir una alegría casi sin explicación ya que también vivimos esas experiencias paralelas.

    Eduardo sé que estás en Perú y ojalá podamos encontrarnos para darte un abrazo en físico.
    ALBERTO

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    1. Hey Alberto, gracias por escribir. Recuerdo la época del cobre y el bronce, muchos andábamos con nuestros alicates en el bolsillo... ya sabes para qué!!

      P.D.: Me pondré en contacto contigo para que ese abrazo físico se haga posible. Gracias!!
      Eduardo

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  20. EDUARDO, TE ACUERDAS CUANDO IBA A VISITARTE A TU TALLER,Y TE ENCONTRABA TRABAJANDO JUNTO TUS HERMANOS FERNANDO Y ALBERTO, Y TU RECORDADO PADRE. AQUELLOS FUERON BUENOS TIEMPOS QUE SE QUEDARON GRABADOS EN NUESTROS RECUERDOS, Y QUE HOY LOS EVOCAMOS CON UN POCO DE NOSTALGIA Y MUCHA ALEGRIA.

    ME ENCANTA LEERTE.
    BUENA SUERTE,
    TU AMIGO JORGE

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    1. Hey Jorge, gracias por escribir, y gracias por esta amistad que se va perpetuando en el tiempo, y que empezó en los años de nuestra niñez.
      Abrazos,
      Eduardo

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  21. José Luis Murillo Chinchayán28 de septiembre de 2012, 5:32 a.m.

    ¡El tren...se viene el tren! palabras que evocan el recuerdo mi apreciado Eduardo, cuando corria con mis chapas a colocarlas en los rieles para que el tren las aplastara, luego les hacia un par de huecos, su pita y ya tenia mi run run. Por la espalda de la casa de mis abuelos pasaba el tren (Pizarro cdra. 1) con ellos vivi casi tres años.

    En cuanto a Tacorita debo decir que si lo conoci pero previamente debo señalar que a fines de 1970 acompañe a mi mamá a una ceremonia de despedida a una Monja Misionera de nombre Catalina que despues de muchos años retornaba a su pais, EE.UU., mi madre fue la encargada de las palabras de despedida, este acontecimiento se realizo en un salón comunal cerca a la Iglesia del Señor de los Milagros. La Madre Catalina nos tuvo mucho cariño lo mismo que nosotros, causándonos mucha tristeza su fallecimiento en un accidente de transito en su patria.

    En el jiron Garcilazo de la Vega vivia mi tio abuelo, algunas veces acompañe a mi abuela y a mi mamá a visitarlo, mi tio tenia su panaderia y sus panetones de navidad se vendian en el Hueco de la Pared. En cuanto al entrenador que mencionas, Cucho lozano, es hijo de la esposa de mi tio abuelo, una sra. muy buena que queria mucha a la familia. Seguramente Eduardito debes haber conocido a mi primo Alfonso Albarran (Pocho) nieto de mi tio abuelo, el vivia al costado de su casa en Garcilazo, mi primo era Abogado y aprista, el fallecio a los 35 años en un accidente de transito en Chimbote hace aprox. 17 años.

    Como podras apreciar Eduardito debo haber pasado por el Sheraton, un abrazo para ti y tu linda familia.
    José Luis

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    1. Hey Pepelucho, gracias por escribir. Indudablemente que debes no solamente haber pasado, sino también conocido el Sheraton. Has tenido muchas conexiones familiares en el área. Un gusto tremendo el tenerte de vuelta en CONFESIONES A UN ÁRBOL!
      Un abrazo,
      Eduardo

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  22. "Y Ana, con quien exploramos el abecedario sin llegar a la Zeta".

    Nunca leí frase mas excitante, sutil y tierna.

    Te sigo gracias a Marco y me encantan todos y cada uno de tus relatos.
    Mañana te agrego.

    Gracias por escribir y hacer que nos sumerjamos en los rincones de tu vida y tu memoria.

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    1. Hola Anian, gracias por escribir y bienvenida a Confesiones a un Árbol (en términos formales). Me encanta tu observación, te la agradezco de una manera especial!
      Eduardo

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  23. La vida nos da oportunidades de vivir remembranzas de un pasado que fue muy bonito, donde la inocencia y honestidad de la gente era muy palpable, es grato muy grato lo que escribes, yo he vivido en esa época y mi casa estaba a unas cuantas cuadras de aquel famoso tren.

    Lo que manifiestas es lo que se vivió en realidad en la época, por los años 70, me acuerdo que en el Jr. Pizarro estaba el local del José Gálvez F.C. cerca muy cerca a la estación del tren y que luego fue trasladado justo frente a la puerta de nuestro querido Colegio la G.U.E. San Pedro y podíamos ver todos los días a don Cesar Cueto, Moloche Palacios, el uruguayo Mastoro, Demetrio Mazo, Otorino Sartor y otros. Bueno me salí del tren, te olvidaste de relatar el famoso Caldo de Jeta justo habían señoras que preparaban Caldo de Gallina y Caldo de Cabeza en la Av. Buenos Aires entre los Jirones Garcilazo y Pizarro en las madrugadas para la gente que trabajaba de noche o para los que libaban licor en fiestas hasta la madrugada.

    Bueno aquel tren nos trae muchos recuerdos, ya en los últimos años del Colegio muchas veces en la estación celebraban bailes al aire libre pero cobraban la entrada y nos la ingeniábamos para colarnos pero allí siempre entrabamos, si me acuerdo del famoso chileno que tu relatas, del tío Yuli y de las faenas que se hacían para alentar al cuadro Honorio Gozzer. Tacorita tuvo su historia, hoy aún queda algo pero muy poco, la modernidad ha generado que por la zona haya mas tiendas de reparación y ventas de celulares, venta y pelado de animales domésticos, venta de herramientas de primer y segundo uso, mercado, y otros tipos de actividades que difieren mucho de la TACORITA de antaño.

    Me acuerdo que con el transcurrir de los años pudimos ver que el alcohol llevó a la perdición a un gran jugador como Demetrio Mazo que deambulaba siempre por esa zona en los años 80 y 90, no se que sería de su vida.

    La vida ha cambiado bastante por dicha zona, hoy pulula cerca la gente de mal vivir.
    Muy bueno lo que escribes Eduardo, en verdad es la historia de nuestro querido pueblo CHIMBOTE y que nos da mucho gusto leerlo y nos transportas a nuestros años mozos a recordar con mucha nostalgia años vividos con mucha historia personal, tienes una memoria envidiable y la forma especial como plasmas lo que escribes hace muy entretenido tu relato.

    Felicitaciones por lo que haces en la vida siempre hay momentos para recordar y tu nos transportas muy gratamente a esos momentos a esos años en que la música romántica tenía mucho sentido tenía mucho mensaje y la relacionábamos mucho con las vivencias que teníamos o queríamos tener, al primer amor , al amor de turno al amor platónico a nuestra propia timidez, eran tiempo muy románticos, como no recordar a Los Galos, Capablanca, Angeles Negros, Nino Bravo, Los Golpes, Los Mitos y tantos cantantes de la época con muy buenas canciones que permanecen en nuestros recuerdos.

    Espero tener pronto otro de tus relatos muy interesantes, y doy gracias a Dios de ser tu amigo porque con tu obra brindas imágenes vividas muy gratas y placenteras.
    Jhonny Sanchez Taboada

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    1. Hey Jhonny, muchas gracias por escribir. Tus líneas aportan un cúmulo de recuerdos y hechos de la época, y contribuyen a registrar la historia de Chimbote.
      Un abrazo hermano!!
      Eduardo

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  24. Muy buen trabajo para conocer la historia de Chimbote ...

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  25. Hola Eduardo, te dire que me gusto mucho la forma como relatas lo que viviste hace muchos años, no se te olvido nada!. Todo lo recuerdas, al hablar de tu vida me hiciste revivir esos momentos cuando nos conocimos de adolescentes.

    Gracias Eduardo por tu relato, muy bueno, tan original, me gusto mucho... Muchas felicidades y suerte. Bendiciones.
    Tu amiga Ana Luisa.

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    1. Hola Anita, bienvenida a Confesiones a un Árbol, gracias por escribir. Lindos recuerdos de nuestra amistad.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  26. Segundo Antenor Feria Crisanto2 de octubre de 2013, 5:41 a.m.

    EDUARDO, CUANTOS RECUERDOS VIVIENTES AL LEER TU RELATO REFERENTE A "TACORITA", QUIÉN NO VIVIO AQUELLAS ETAPAS DE TU RELATO NO PODRA ENTENDER LO QUE ES "RECUERDOS", ME ENCANTO TU FASCINANTE RECUERDO DE "LOS PRIMEROS AMORES" Y "EL FABULOSO" A QUIEN CONOCI, ESTUBO MUY DIVERTIDO Y SENSACIONAL HABER LEIDO TU ARTICULO, ABRAZOS Y SALUDOS.

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    1. Hola Segundo, muchas gracias por escribir. Un abrazo grande para ti, cariños para la familia por Milán, Italia!
      Eduardo

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  27. Eduardo:
    Recién termino de leer esta historia que me remonta a mi niñez. Mediante ella pude rememorar tu lindo rostro y tu mirada encantadora, al igual que a tu papá y a tus hermanos en las épocas de las bicicletas.
    Realmente te felicito por tu excelente literatura, espero que continúes escribiendo, porque verdaderamente naciste para ello. Es admirable tu dedicación, tu pasión y tu talento. Me sorprendiste, sos increíble.
    Muchos cariños y éxitos.
    Tu seguidora, Juanita.

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    1. Muchas gracias Juanita! Aprecio tremendamente tus palabras y, en forma especial, me encantan porque vienen de una persona como tú que fue parte de la misma época y del mismo grupo de amistades.

      Un abrazo estimada amiga!!
      Eduardo

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