sábado, junio 16, 2012

Una Cámara de Medio Peso


UNA CÁMARA DE MEDIO PESO
Una Cámara de Medio Peso es una historia (... también de medio peso) que se inicia con una travesura de muchachos. Una picardía que lejos de terminar mal, resultó providencial para documentar un pedazo de la historia de mi familia. 
Ocurrió en 1969. Entonces mi hermano Coco tenía 14 años de edad y yo ocho. Él era el mayor de los ocho hermanos y fue el héroe de mi niñez. Y un mediodía de aquel año me hizo subir a la caña de su bicicleta y pedaleó con dirección al centro de Chimbote. 
¿A dónde íbamos? En ese momento yo aun no lo sabía. 
En diferentes oportunidades he contado que nací y crecí en el barrio San Isidro. En aquel tiempo un lugarcito humilde de Chimbote al cual Santa Claus y el Conejito de Pascua nunca visitaron, y en donde la mayoría de los niños de mi tiempo crecimos sin juguetes ni propinas.
Por tal razón, aquel mediodía de 1969 camino al centro de la ciudad, cuando mi hermano me reveló que tenía un dinero “grande” para algo “grande”, yo no pude salir de mi asombro. “No te preocupes. Lo importante es que mi papá no se entere”, dijo Coco para tranquilizarme, y siguió pedaleando la bicicleta.
Llegamos a la intersección de la avenida Pardo con el jirón Manuel Ruiz. Nos detuvimos en la esquina de la antigua tienda “La Mercantil”. Aquí mi hermano me pidió que me quedara cuidando la bicicleta, mientras él cruzó la berma central de la avenida e ingresó a la tienda “El Sótano”. Luego salió con un paquetito en sus manos.
“¿Qué es eso?”, le pregunté. “Una cámara fotográfica Kodak”, respondió. “¿Y cuánto te ha costado?”, inquirí. “Ciento treinta soles”, contestó. “¡Mi papá nos va matar!”, le dije asustado. Le consulté de dónde había sacado tanto dinero. Él explicó que poco a poco lo había ido “ahorrando” del cajón donde mi papá guardaba el dinero de su tienda...
La presencia de la cámara trajo momentos de alegría y emoción a mi familia. Todos supimos de su existencia, menos mi papá. Coco tenía un lugar secreto donde la guardaba: la ponía en el interior de varias bolsas de plástico y la escondía entre las esteras del techo de nuestro dormitorio.
En mi casa nunca se tomaron fotos antes de 1969. Las primeras tomas fueron gracias a la cámara de medio peso. Sólo funcionó un año, pero nos dejó medio centenar de fotografías que documentan nuestras vidas. La travesura de Coco perennizó la juventud y belleza de mis padres, y capturó la inocencia de los ocho hermanos.

Hay imágenes que nos muestran con la mamá Carolina, la única de nuestros cuatro abuelos que llegamos a conocer. La madre de mi mamá llegaba de Trujillo a visitarnos y nos llenaba de cariño. Hasta que un día se despidió para siempre, y fuimos niños cuando aprendimos que a pesar de tanto amor, hay partidas que no podemos evitar. 
Algunas fotografías muestran a Olga, mi hermana menor. Ella nació la Navidad de 1965 con una enfermedad y no caminó hasta los cinco años de edad. En las primeras fotos aparece con su armadura de yeso, y en las siguientes con una barra de metal que separaba sus pies. Cuando caminó por primera vez lo hizo en la vereda de la calle, ante la vista de familiares y vecinos. Dio sus primeros pasos tarareando “La Plañidera”, una canción de moda del cantautor Raúl Vásquez.
Mil novecientos sesenta y nueve es el año en que conocimos a los primeros familiares de mi padre, sus sobrinos Lázaro y Franciles. Y también es el año en que sus hermanas María y Sofía nos visitaron por primera vez. Ellas llegaron de Lima sin anunciarse y mi casa se llenó de alegría. Coco sacó la cámara de su escondrijo y tomó fotos de mi papá con todos sus familiares. Tan contento estuvo mi padre que ni se le ocurrió preguntar por el origen de la cámara. 
Otras fotos capturan el jirón Unión. La calle de mi niñez donde jugué fútbol cada vez que mi papá se descuidó. Aquí, el vecino Pedro Pizcoche tenía uno de los pocos televisores del barrio, y el 20 de julio de 1969 previo pago de medio sol pude ver a Neil Armstrong, comandante del Apolo 11, pisar por primera vez la superficie lunar, y pronunciar la frase: "Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”.
La mayoría de las fotos de 1969 fueron tomadas en el corral de mi casa. Pueden verse los ladrillos que el vecino Ricardo Pinedo Machay fabricaba por encargo de mi padre para una panadería grande que venía construyéndose en nuestra propiedad. Entonces nadie sabía que unos meses después el terremoto de 1970 destruiría toda la obra humana en Chimbote y la región Ancash.
Era 1969 y Chimbote se acercaba al centro de una tormenta perfecta: La destrucción y recuperación del terremoto, los triunfos del José Gálvez FBC, y la música de la orquesta Los Rumbaney que entendía el alma de los chimbotanos. Una trilogía que se adentra a las entrañas de nuestra identidad porteña.
¿Cuál es mi fotografía favorita de este relato? Es la escena inicial: 
Coco maneja la bicicleta. Yo voy en la caña. Nos dirigimos a la tienda “El Sótano”. Avanzamos por la avenida Gálvez. Palmeras se elevan en la berma central. No hay microbuses ni combis en la pista, sólo colectivos y pájaros cochos. En una esquina del mercado Modelo el “Loco” Ciriaco Moncada con certera lucidez predica su verdad. En la otra esquina, el chuncho Orlando Ávalos Pacha ofrece sebo de culebra, curas para el amor, remedios para la mala suerte, y lee el destino en la palma de la mano.
Si aquel mediodía soleado de 1969, el mismísimo chuncho Ávalos me hubiera dicho que algún día yo estaría escribiendo sobre una cámara de medio peso, no se lo hubiera creído. 
Pero acá estoy, 43 años después, poniéndole punto final al relato. 
New Hampshire, USA
Junio, 2012 
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46 comentarios:

  1. Bernardo Cabellos Sabino16 de junio de 2012, 10:31 a.m.

    Trato de recordar a tu hermano Coco, la primera vez que lo conocí, un tipo muy formal e intuitivo, siempre anduvo un paso más adelante que los demás. En esta ocasión Coco fue el hacedor de perennizar momentos importantes de la familia con las imágenes que hoy puedes mostrar.

    Eduardo, y con tu pluma perennizas la fantástica historia de dos hermanos que juntos caminaron siempre.
    Un fuerte abrazo amigo.
    Bernardo

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    1. Hey Bernardo, gracias por escribir. Tú, como amigo cercano, conoces bastante de nuestra amistad con Coco. Buenos tiempos en Chimbote contigo y con él!!
      Abrazos,
      Eduardo

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  2. Te felicito Eduardo, por la impresionante precisión de tus memorias y recuerdos, felicito a tus padres por tener un hijo escritor que escribe sus memorias en las cuales relata, describe y vuelve a vivir las experiencias del ayer, las cuales te marcaron e hicieron posible esta narración y a la cámara de Coco que inmortalizaron aquellos momentos felices de tu familia.
    Un abrazo a la distancia,
    Janeth

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    1. Hola Janecita, gracias por escribir. Si ves con detenimiento, algunas de las fotos muestran parte de tu casa.
      Cariños,
      Eduardo

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  3. MARY QUEVEDO DE ALEMANIA16 de junio de 2012, 11:20 a.m.

    Extraordinario y original con los años que mencionas y nos llena de nostalgia el ver aquellas fotos tomadas con la cámara de medio peso...me llenó de profundo sentimiento tu relato hermano y me remotó a lejanos recuerdos de nuestra niñez...cómo añoro esos años...gracias por revivirlos en nuestros corazones!!!!
    Tu hermana Mary.

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    1. Hola Mary, Ja! ya me imagino la nostalgia que te debe causar ver esas fotos. A mi posiblemente me causa menos, pues son parte de mis escritos y las veo todo el tiempo.
      Abrazos,
      Eduardo

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  4. Moises Herrera Infantes16 de junio de 2012, 12:03 p.m.

    Eduardo, nuevamente llenas de alegria mi corazón, y mi mente actúa como tu cámara de medio peso al pasar las imágenes del vivo recuerdo de la epoca del 69.
    De verdad amigo te felicito. Un abrazo fuerte y que sigas adelante escribiendo tus vivencias. Saludos.
    Moisés

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    1. Hola Moisés, muchas gracias y un feliz día del padre para ti. Saludos por la ciudad de Tacna!!
      Eduardo

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  5. Pedro Wilfredo Haro Díaz16 de junio de 2012, 12:38 p.m.

    Buena remembranza. Cuando uno es pequeño nuestra naturaleza es inocente y siempre decimos la verdad. La mentira, el engaño y la hipocrecía no existen. Siempre cuando escribes existe una paralelo con mi niñez, en esa época del barrio San Isidro ir en bicicleta al centro era de tener un miedo, con decirte que yo vivía en la primera cuadra de Bolognesi, mi límite era el cine Chimbote. Ésto era porque los padres eran bien estrictos y respetados por sus hijos.

    Acerca de la cámara, es un ser viviente que demuestra fotos de tus vivencias con tu querida familia, pero siempre con nostalgia, a veces uno quisiera volver a esos tiempos de la niñez, solo queda el recuerdo.
    Me despido y cuídate.
    Pedro

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    1. Hey Pedrito, gracias por tu lectura y por escribirnos con regularidad. Siempre encuentro apasionante el conocer recuerdos de tu temprana edad en el Chimbote de entonces. Cuídate hermano y un fuerte abrazo.
      Eduardo

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  6. Marco Antonio Arroyo Benites16 de junio de 2012, 1:50 p.m.

    Me encanta este relato porque prueba algo importante: de como un tema sencillo puede devenir en una historia apasionante que atrapa al lector. Y todo ello gracias a la pluma del escritor. En este caso el acostumbrado estilo de Eduardo se muestra a plenitud: sencillez, honradez, humanidad, conocimiento del tema... y sobre todo una pluma exquisita!!!!!!
    Felicitaciones y saludos Eduardo.
    Un abrazo de pelícano.
    Tu amigo Marco

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    1. Hey marco, gracias por tus palabras, espero que la frase "Vuelve a tus raices" esté funcionando... (...ya sabes a qué me refiero)
      Abrazos,
      Eduardo

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  7. Querido y recordado Eduardo:
    Mil gracias por esta nueva entrega un regalo exquisito para todos nosotros. Hace unas semanas yo terminé de organizar más de 1,500 fotografias, todas muy antiguas que andaban estorbando muchos cajones de mi casa.
    Y ese mismo día tuve una regresión al pasado, a mi propia vida y a la de seres que amé, amo y seguiré amando, seguramente por siempre.
    Y te cuento esto porque ese día valoré realmente lo que es una foto versus las imagenes que ahora digitalizamos y que por desidia ya ni se imprimen. Imagenes que seguramete con un Ctrl D, eliminaremos sin pena ni gloria en algun momento. Realmente como a ti las fotografias me hicieron vivir mi propia historia y ahora me permiten darme cuenta de la exquisita sensibilidad de toda una generación de soñadores insomnes a la que pertenecemos. Saludos y Bendiciones para ti y tu familia.
    Frecia

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    1. Frecia de mi corazón, lo que nos dices es tan bello que no quiero agregarle ni una coma, ni una palabra porque temo lastimar su perfección.
      Cuídate,
      Eduardo

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  8. Eduardo, en primer lugar déjame felicitarte por tener esa memoria "de elefante" (grande) como dice "Tio Felix", hermano de nuestra madrecita adorada. En segundo lugar, mirando las fotos de nuestra infancia, veo, que "no me veo tan mal" en la bicicleta o la que estoy abrazada a nuestra abuela Carolina, y es porque siento que ahora soy guapa (ja ja ja). Por último a ésta alturas de mi vida llego a enterarme como consiguieron la cámara de medio peso y que sirvió muy bien para perennizar estratos de nuestra vida familiar, hace tantos años atrás y por consiguiente cuantos recuerdos nos trae al verlas en tu Blog.

    La pluma sencilla que has empleado para narrar esta nueva historia refleja picardía de niños, admiración al hermano mayor, inocencia y pureza de sentimientos a la familia y las huellas profundas que marcan en el corazón esas pequeñas cosas como las que cuentas y que sin embargo fue película en tu cerebro cuando niño y ahora en la adultez, la trasladas con el buen gusto de tu escritura, a los lectores que somos tus fans en este Blog, para compartir esos sentimientos de inocencia. Enhorabuena Eduardo!
    Nelly

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    1. Hola Nena...Jajaja... tú siempre enterándote de las cosas al último. Creo que tienes las mejores o más significativas fotos (por lo menos para mi): La mamá Carolina, la bicicleta, el jirón Unión, la fachada del vecino Justo Guzmán, etc.
      Cariños,
      Eduardo

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  9. Víctor Unyén Velezmoro16 de junio de 2012, 3:29 p.m.

    Eduardo, he venido leyendo tus relatos plenos de nostalgia telúrica y amor a la sangre; ahí está permanentemente la vena del escritor que no olvida sus raíces y que lo perenniza en el tiempo, pese a la distancia que te engrandece. FELIZ DÍA DEL PADRE QUERIDO AMIGO.
    Que el Dios Todopoderoso te proteja y a tu familia por siempre. BENDICIONES.
    Víctor Unyén Velezmoro

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    1. Don Víctor, Feliz Día del Padre para usted también. Y muchas gracias por escribirnos.
      Bendiciones,
      Eduardo

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  10. MUY BONITOS RECUERDOS AMIGO Y ME ALEGRA QUE SIEMPRE NOS REFRESQUES LAS MENTES CON TAN BELLOS PASAJES DE TU VIDA. ¿SABES? HAY UNA PARTE DE RELATO QUE JAMAS LO OLVIDARE, ES QUE, SI TU TE ACUERDAS, ESE DIA DEL APOLO ESTUVIMOS JUNTOS, SI NO ME EQUIVOCO ERA LA CASA QUE CONTINUABA A LA TUYA, ESE DIA SIEMPRE LO LLEVO EN MI MEMORIA Y SIEMPRE LO RECORDABA.

    ¿SERA QUE ESPERABA QUE ALGUN DIA ALGUIEN COMO TU LO MENCIONARA?
    UN ABRAZO AMIGO.
    TU PATA ,CHACA.

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    1. Hey Chaca, es muy posible que ese día estuvimos juntos. Efectivamente, como tú lo dices, la casa con la Tele (del vecino Pedro Pizcoche) quedaba a continuación de mi casa. Luego, la siguiente casa era la carpintería de la familia Obregón. Pero la casa con la tele era la que seguía a mi casa.

      Sucedió hace 43 años. Increible ¿Verdad Chaca?
      Un abrazo hermano,
      Chato

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  11. Mi estimado Eduardo:
    Siempre he agradecido por tus escritos y esta relato que sea un agradecimiento desbordante. Aunque esta vez sea una historia mas, este acontecimiento histórico leído sigue siendo grande y agradable, por la forma de escribir y plasmar lo acontecido, consecuentemente esto hace vivir un viaje imaginario de los hechos. En tu relatos caes simpático y tiene el gusanillo de seguir.

    Hay que agradecer a Coco por las fotos. Tu tuviste a Coco y demás hermanos mayores, yo tuve a mis hermanos Jorge y Marco que marcaron en mi muchos acontecimientos y enseñanzas en mi vida. Solamente me falta el estilo que tienes para escribir (perdona la humildad).
    SI Don Victor Unyén te ha catalogado como escritor entonces mis felicitaciones, él sabe quien son sus semejantes.

    Un abrazo fraternal para ti y dos saludos afectuosos para tus dos mujeres.
    ¡¡¡¡¡¡ Feliz día del padre !!!!!!
    DAVID ARROYO BENITES

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    1. Hey David, siempre es un placer leerte. Gracias por tu compañía. Recuerdo mucho a tus hermanos mayores Jorge y Marco desde los días de nuestra niñez. Tú eras un chiquitín entonces, hoy eres un padre amoroso y ejemplar. Feliz día del padre para ti también!!
      Tu amigo Eduardo

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  12. Gracias Eduardo por tremendo regalo por el día del padre. Uno, imaginariamente, siempre hace suyos tus escritos. Siempre con el estilo que ya te caracteriza. Acá estoy gozando de tu hermoso relato alrededor de mis compañeros de trabajo.

    Te deseo un hermoso día del padre alrededor de los tuyos.
    Cuídate,
    Víctor Santana- Tampa Florida Usa

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    1. Hey Víctor, un buen día del padre para ti también. Gracias por escribir y gracias por tu amistad.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  13. QUE BONITAS VIVENCIAS, ESTIMADO EDUARDO, GRACIAS POR COMPARTIRLAS. FELIZ DIA DEL PADRE, QUE DIOS TE COLME DE BENDICIONES AL IGUAL QUE A TU FAMILIA.
    GASPAR FLOR DE MARIA

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    1. Hola amiga, feliz día del padre para Enrique y todos los papás en tu familia!! Gracias por escribir!!
      Abrazos,
      Eduardo

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  14. Oye Eduardo parece que por cada día de tu vida tienes una historia para contar,jajaja. Escribes casi con fruición tus memorias que están llenas de nostalgia y me apropio de ellas. y a manera de Deja Vu me parecen haberlas vivido yo mismo. Ese año 1969 yo caminaba todos los días por la Av. Aviación rumbo a mi escuela en tu barrio "San Isidro" tal vez recuerdes estos apellidos de mis amigos de esa ruta: Pumarica, Córdova, Portilla, Villegas, etc.
    ALBERTO BAZÁN

    Gracias Eduardo por poner en marcha nuevamente esa maquinita del tiempo. Un abrazo por el día del Padre.

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    1. Hey Alberto, gracias por escribir. Desde luego que todos los apellidos que mencionas nos resultan familiares. Hemos nacido y crecido en el mismo ambiente y más o menos en la misma época así que la ruta regresiva del la máquina del tiempo te irá proporcionando más Deja Vu sensaciones.
      Feliz Día del Padre para ti también!!
      Eduardo

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  15. Estimado Ed:
    Gracias a las cámaras que podemos saborear la historia gráfica y gracias a tus prosas podemos deleitarnos con "la sucesión de sucesos sucedidos", gratitud también a Coco, por su precocidad al adquirir tan oportuna máquina fotográfica que inmortalizó las primeras instantáneas de tu digna familia.
    Resalto los peruanismos que usas, (los que hicieron grande a Vargas Llosa), me agrada leer el término "caña" para definir a ese tubo horizontal que servía como eventual asiento en las añejas bicicletas, son vocablos de nuestra pertenencia, gracias por reafirmarlos como nuestros.
    Seguro que el Chuncho tuvo para ti, buenas premoniciones, porque conociendo tu talento, no se necesitaba ser adivino, para avizorar tu grandeza.
    Como siempre, es una delicia leerte, por ello mi admiración.
    Ro.

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    1. Hey Ro, gracias por escribir y por tus palabras generosas. "Caña" es una palabra cercana a nuestros afectos, crecí en un mundo de bicicletas y "cañas", esa, posiblemente sea la razón por la cual la usamos con naturalidad.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  16. Un gran abrazo Chato... y nuevamente evocando los buenos recuerdos, cuando la vida era bella, clara, transparente y no tan complicada como ahora. Me auno a las palabras de Don Victor. Espero que esto sea el inicio de algo mas grande. En verdad lo espero. Chimbote necesita gente asi. Gente que ame, sienta y quiera algo diferente para la poblacion. Necesita alguien en quien creer. Gente a quien seguir un ejemplo veraz de identidad.

    Un gran abrazo Chato... a ti tambien Chaca.

    Koky Cabanillas (Ratòn)

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    1. Hey Pericote, gracias por escribir. Estuve conversando con Chaca hace unos días y cada vez aparecen más recuerdos increibles de aquella época de la niñez que también compartimos contigo.
      Un abrazo,
      Chato

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  17. Julio César Sifuentes Arias20 de junio de 2012, 8:06 p.m.

    SIEMPRE TRANSMITE FELICIDAD...gracias amigo Eduardo
    Qué bueno para los amigos de saber de tus virtudes y ese grande amor para tu familia y amigos; hermoso es ver a nuestros hijos crecer en valores y coronar sus sueños e ideas. Felicito tu hogar. Dios los bendiga siempre.
    Mi afecto y estima son tuyos.
    Julio César Sifuentes Arias

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    1. Hey Julio César, gracias por tu compañía, por leernos y escribirnos. Saludos para tu familia y un abrazo cariñosa para tu señora madre.
      Eduardo

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  18. Hola Eduardo, he leido con mucha interés este nuevo artículo que con cariño publicas para deleite de tus lectores, y en donde relatas tus vivencias en nuestro querido y añorado Chimbote, y en donde muestras tu maravillosa pluma y tu ingenio de gran escritor.

    Me gusta mucho como relatas con tanta precisión cada una de tus vivencias y anécdotas familiares, tal como si fuera ayer y que, en este caso, han quedado perennizadas en cada una de las fotos presentadas en tu artículo (y de seguro también en las que debes tener guardadas) Hermosos recuerdos que jamas serán olvidados y si se olvidan, alli estás tú para trerlos nuevamente a la mente, aquellos momentos de cada uno de los integrantes de tu familia y de los amigos del barrio que hemos tenido la suerte de compartir nuestra amistad contigo y que hoy siguimos con gran interes cada uno de tus excelentes artículos.

    FELICIDADES Y EXITOS A MI PAISANO.
    ANA BEATRIZ

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    1. Hola Anita, gracias por tus lindas palabras y gracias por tu amistad que, como bien lo dices, se remonta a los días de nuestra niñez en el barrio y la escuela primaria.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  19. 1969 no sólo fue el año de la llegada del hombre a la luna, sino el año que la tecnología ingresó a la familia Quevedo Serrano. Imagínate, una cámara de 130 soles debe haber sido una de alta calidad gracias a la iniciativa de mi gran amigo y compañero de estudios Coco. Pero 1969 también fue el año que nos dimos el gustazo de eliminar del Mundial de México 70' a los soberbios argentinos en la misma Bombonera. Estos dos sucesos fueron los primeros que pudimos apreciar en ese aparatito, el peor invento del hombre, llamado televisor.

    El artículo, además de recrear hechos que forman parte de nuestra historia, es también un tributo y un reconocimiento a la familia. Gracias a esa cámara de medio peso, hoy ustedes pueden recordar a sus seres queridos, aquellos que nos antecedieron en este proceso de vida. Como en anteriores artículos, pones de manifiesto tu conocida y prodigiosa memoria, y la narración es, como siempre, excelente que nos traslada a aquellos años, los años maravillosos de nuestra vida como si fuese ayer lo que sucedió hace 43 años. Como en anteriores oportunidades, FELICITACIONES hermano. Eres grande, no lo dudes.

    Asimismo, aprovecho esta oportunidad para pedirte, de todo corazón, disculpas por haber demorado en comentar tu artículo. Como te dije anteriormente, estoy pasando momentos difíciles que no me permiten tener la tranquilidad necesaria para darle tiempo a una lectura tan importante como tu artículo. Me sentía incómodo ver en mi casilla tu nombre y no poder abrirlo por los motivos expuestos. Pienso que no hubiese justo ni para ti ni para mi. Ahora aproveché un momento de tranquilidad y te estoy enviando mi comentario. Pienso que debo yo mismo darme ánimos para recibir con las pilas puestas los 56 años este 28 de junio.
    Un abrazo hermano y muchas bendiciones.
    Papi Sánchez

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    1. Hey Papi muchas gracias por escribir. Para la gente de nuestra generación, 1969 y la televisión están asociados en nuestros recuerdos con la llegada del hombre a la luna y con el partido de La Bombonera. Ciento por ciento de acuerdo contigo.
      Cuídate hermano y que las cosas vayan mejorando. Junto a mi abrazo va mi cariño y admiración por ti.
      Eduardo

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  20. Mi estimado Eduardo,,,,QUE EMOCION!!!!!! has hecho que sienta este relato muy cercano, primero porque fue en 1965 el año de mi nacimiento,,,y aunque nos habla de la urb. San Isidro de Chimbote, al cual nunca en mi vida he ido, pero que me pareciese muy cercano, por los acontecimientos de los años 60s en que escuchaba tambien La Plañidera y salíamos con mis hermanos en mancha por el barrio en las bicis. Y MIRA QUE GRAN HISTORIA DE SUPERACION EN TIEMPOS DIFICILES, ahora que lo necesitamos tanto y que las carencias en PERÚ son mucho mayores que por estos lares, pero que sin embargo nuestra genialidad y ganas de vivir y tirar para delante no nos amilana ante nada ni ante ninguna circunstancia y que ayuda a los que leemos a seguir adelante porque de muchas peores hemos salido.

    Esa complicidad de los hermanos para mantener una DICHOSA CAMARA DE FOTOS, UNA MARAVILLA PARA PERPETUAR MOMENTOS FELICES...como nos haces recordar , aroñar aquellos años maravillosos, nuestra niñez, nuestro país, nuestro barrio,,,,,HERMOSO RELATO PARA COLGARLO EN EL CUADRO DE NUESTRAS VIDAS PARA RECORDARNOS AQUELLOS AÑOS MARAVILLOSOS.
    Nena Arréstegui

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    1. Nena, mientras leo tus líneas, mi mente vuelve a los años '60s y me parece imaginarte cuando eras una chiquilla en la Urbanización La primavera de Trujillo. Estoy seguro que como buena trujillana te encantó La Plañidera.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  21. Todos los días de nuestra vida son dignos de perennizar; a lo largo de esta época nosotros y nuestras familias hemos vivido el mismo relato, también hemos compartido la misma historia y devienen en real tus recuerdos y los nuestros... A ti te costo medio sol ver a Neil Armstrong a mi perder diez soles con billetera y todo en esa misma noche, por la espectativa de tal evento... Y lo peor de todo es que "Los Americanos después de llevarnos a conocer la Luna, nos dejaron en la Luna...".

    Ahora, tu familia goza de la más fidedigna perennización de su historia, rescatando los héroes y personajes, sus filosofías y atrevimientos, los encantos y sus momentos, los vivos escenarios y sus rincones... Porque Confesiones a un Arbol, es la foto que nos muestras en cada relato, con un proyector de mucho peso... Gracias Eduardo...
    MANUEL LOPEZ

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    1. Apreciado Manuel, siempre es un placer recibir tus palabras. Ellas vienen cargadas de recuerdos, fineza, y fraternidad.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  22. Querido amigo Eduardo, tus recuerdos nos hacen revivir el pasado, como si fuera ayer, las anecdotas de tu vida familiar son muy interesantes.
    JORGE

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    1. Hey Jorge, gracias por escribir. Para mi próximo viaje espero reencontrarme contigo y departir como siempre lo hacemos en Chimbote.
      Un abrazo,
      Eduardo

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  23. “Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor…. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos”. (Jorge Manrique, 1440–1479, Coplas por la Muerte de su Padre.)

    Eduardo, pese a la distancia que nos separa, no metafísicamente, siempre después de hoy te pediré disculpas por la licencia particular que me tomo para expresar mis impresiones sensoriales y espirituales ante tus escritos viejos pergaminos de nuestros pasados ayer, pero quise iniciar con esta bella copla de Jorge Manrique, suscribiendo tal sentir ante la muerte del ser terrenal más querido por un hijo, solamente haciendo una pequeña aclaración: Que para nuestra amistad, nuestras vidas no son ríos que van al morir, sino, almas penitentes que ya fueron mañana y que hoy son en el pasado grabado en tu cámara de medio peso.

    Nos has enseñado que no debemos morir, que si eso es el sur, entonces iremos al norte, que es el mar de los recuerdos, templo sagrado donde las garras de la muerte no tienen plenitud. Ayer, te dije titán atrevido que pretende atrapar el tiempo entre sus manos, hoy me corrijo y te reafirmo que junto a tus manos están nuestras, las aquellas que corren presurosas con la pluma atizando el fuego de tus y nuestros recuerdos.

    Mis sinceras felicitaciones por tan magistral relato, no sé si tu familia sabe de ellos, pero tengo la sensación que los ocho y los dos frondosos árboles paternales, están presurosos corriendo por los caminos de tus añoranzas, y tú, como el viejo idilio muerto del hermano César, te estarás preguntando, mientras miras las fotos, entre una pequeña lluvia que brota de tu rostro, “Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Olga, Betty, Coco, Beto, y ya no recuerdo más, de zapatitos traviesos y vestiditos de percal planchados con almidones, ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita la sangre, como flojo coñac, dentro de mí.

    Saludos de tu amigo Luis Alegre Calderón.
    PD: Ya sabrás que debo terminar con mis disculpas.

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    1. Hey Luchito, muchas gracias hermano por tu lectura, por tus palabras, y por tu amistad. Tenemos no sólo muchos años de amigos, sino también una variedad de elementos espirituales comunes. Una afinidad que se añeja con el tiempo, y de la cual me alegro.
      Abrazos,
      Eduardo

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